Capitulo 27

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—Chicos ya saben, ni una palabra a ____. Ella no puede saber nada, hay que ignorarla. –dije sentándome en la cama.
—Se enfadará Justin.- Dijo Chaz.
—Por primera vez creo que Chaz tiene razón, ella se enojará si la ignoramos Justin. –Ryan dio su opinión.
—Es que entonces no resultará. ¿Entienden? Es ignorarla o ignorarla.
—Pensemos en otra cosa Justin, que no sea ignorarla. –Chaz siguió con su charla.
—Mira Charles, va a ser mi novia, no la tuya y quiero pedirle de esa manera así que así lo haremos. –le dije.
—Veamos si te dice que sí… -Chaz se burló.
—Dale buenas vibras Chaz, no lo maltrates. –Dijo Ryan riendo.
—Tienes toda mi suerte Bieber, aunque no la necesitas es seguro que te dirá que sí. –Chaz me dio unas palmaditas en la espalda.
—Primera vez que estoy tan nervioso, jamás me había pasado esto. Ni siquiera cuando salgo al escenario.
—Uh creo que ella es diferente.- Ryan hablo.
—Claro que lo es, Biebs. Tienes que cuidarla y mucho.
—¿Cuándo no he cuidado de una chica Charles? –fruncí el ceño.
—No lo sé, pero te digo que no tienes que ser igual con ella.
—No lo seré chicos, sólo tienen que confiar en mí.

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*Narras tú*
Justin no me había hablado en toda la tarde y eso era demasiado extraño ya que siempre la pasábamos juntos, o bueno la mayoría de las tardes, esta vez no fue igual, y me sentí un poco sola… Apenas me miraba y cuando yo lo hacía, él quitaba rápidamente su mirada de mi cara.
No entendía lo que estaba pasando ayer todo era flores y corazones pero hoy, todo cambio. No sabía si era algo bueno o algo malo, aunque si él quería ignorarme está bien, ya hablaríamos.



—¿Qué haremos hoy chicos? –pregunto Alfredo.
—Ustedes no sé, yo tengo mis planes hechos –Justin dio su respuesta.
—¿Y ustedes? –Alfredo nos miró a mí, Chaz y Ryan.
—Pues yo no sé, supongo que estaré aquí –respondí yo- ¿por qué?
—Pensé que podríamos hacer algo –Fredo nos dijo.
—Yo no puedo Fredo, sale tú con Elysandra –Justin le dijo.
—Pero podemos ir los que no tenemos nada que hacer –opine yo.
—No creo que sea buena idea _____.
—¿Por qué Justin? –le pregunté.
—Porque no, ya lo dije.
—Dame algún motivo –insistí.
—Mejor nosotros nos vamos, ¿cierto Chaz? –Ryan golpeo el hombro de Chaz.
—Eh sí, Fredo vamos a jugar Xbox con Ryan.
—Bueno ya vamos –Alfredo se rindió y se paró del sillón.
—Chicos ¿me puedo sumar a su juego?
—No creo que te guste jugar cosas de hombres –Justin me dijo.
—No sé, quizá pueda probar. ¿Puedo?
—Mejor quédate con Justin, así conversan o no lo sé. –Ryan levanto sus hombros.
—¿Qué les pasa? Hoy todos ustedes están actuando demasiado extraño.
—¿A nosotros? Nada –Ryan, Alfredo y Chaz dijeron al unísono.
—No claro que no, ugh, hombres tenían que ser –respiré profundo tratando de calmarme.
—Ya chicos, vayan a jugar ustedes –Justin los miro, y sonrió.
—Nos vemos –los tres salieron corriendo.
—Qué raro que están.
—¿Tú crees? Yo los veo normal. –Justin me respondió.
—No creo que eso sea normal.
—Tienes que acostumbrarte, así son ellos.
—Extraños –murmuré.
—Así los ves tú, pero luego eso te parecerá normal. Te lo digo por experiencia propia.
—Okay. Bueno, me retiro –me levante del sillón para poder ir a mi habitación pero Justin me detuvo.
—____... –me detuvo- Eh, ¿aun quieres dormir bajo las estrellas?
—¿Por qué me preguntas eso? –le pregunte con una carcajada.
—Sólo respóndeme, ¿aún quieres?
—Te dije que era mi sueño, pues claro. ¿Por qué?
—¿Qué te parece si armamos la carpa ahora? Digo para que durmamos esta noche. ¿Te parece? –me pregunto con una sonrisa, de esas que me enamoraban.
—¡¿En serio?! –pregunte saltando a sus brazos.
—Solo si tú aún quieres.
—Claro que quiero, si, si, si ¡vamos! –grite y lo abrace.
—Aw, ven acompáñame a buscar la carpa para que luego la armemos. –me tomo la mano y me llevo.


Fuimos a buscar la carpa y luego nos fuimos al patio trasero. Nos divertimos bastante armando la carpa, aún que fue un poco difícil ya que yo no sabía armar y Justin solo sabía un poco. Al final de todo pudimos hacerlo, pusimos unas frazadas dentro de esta y Justin puso una gran manta en el pasto para poder mirar las estrellas como yo quería.


—¿Dormiremos adentro o aquí a fuera? –pregunté.
—Miramos las estrellas y cuando ya nos esté dando sueño, entramos ¿Te parece? 
—Sí es perfecto eso…
—Mira está saliendo la primera. Y está alumbrando mucho.
—Esa no debe ser una estrella, es un lucero.
—¿Tanto sabes de las estrellas? –Justin pregunto pasando un brazo por mis hombros.
—Me encanta mirarlas, son hermosas y luminosas. Te podría contar muchas cosas cuando yo miraba las estrellas.
—Cuéntame, hay tiempo. –Justin beso mi mejilla.
—Bueno cada noche, cuando me iba a dormir miraba la ventana y siempre hay un lucero, el cual jamás dejaba de iluminar, siempre estaba brillante, era perfecto. Yo me quedaba minutos y minutos mirándolo pensando en ti. Siempre decía que algún día te iba a conocer y que tú serías mi lucero, que ibas a ser él que guiará mi camino. –lo miré con una sonrisa.
—Eso es… lindo.
—Claro que lo es, jamás pensé que iba a poder dormir bajo ellas, era como mi sueño frustrado. –reí.
—¿Sueño frustrado? 
—Sí, así lo llamaba yo.
—¿Jamás llamaste sueño frustrado a conocerme?
—No… siempre era sólo sueño. 
—¿Y por qué nunca lo llamaste así? –me preguntó.
—Quizá porque me enseñaste a creer y a no rendirme.
—Entonces no tendrías que haber llamado sueño frustrado a dormir bajo las estrellas.
—Sí tendría, ya que no quería dormir sola bajo ellas. Quería hacerlo con alguien especial.
—Lo estamos haciendo ahora.
—¿Quién dijo que tú eras especial para mí? –le pregunté riendo.
—¿Ah así que no lo soy?
—No. –reí.
—Pues dormirás sola aquí, yo me voy –Justin se levantó de la manta.
—No, no te vayas. –dije haciendo un puchero.
—Era broma. No me iré, dormiré contigo fea. –beso mis labios rápidamente- Pero sólo con una condición.
—¿Qué condición? –pregunte curiosa.
—Tienes que decir “Amo a Justin Bieber y jamás dejaré de hacerlo” 
—Eso es fácil para mí Justin, siempre lo decía.
—Entonces dilo.
—Amo a Justin Bieber y jamás dejaré de hacerlo.
—Bueno para la próxima las condiciones serán más difíciles.
—No te tengo miedo, Justina.
—¿Justina? ¡En serio! No puedes.
—Es lindo, así le pondré a mi hija cuando tenga una.
—No, no le pondrás así a nuestra hija.
—¿Nuestra? Será mía, no tuya.
—No seas egoísta, también tiene que conocer a su padre.
—Sí, quizá cuando tengamos una podremos elegir un nombre para ella. Pero por ahora no creo que sea buena idea.


La noche había caído, el cielo estaba estrellado y nosotros estábamos mirándolas y abrazados. Este momento jamás lo olvidaría. Sería el mejor de todos. Podría demostrarle a todo el mundo que los sueños, sí, se cumplían.


—¿Estás dormida? –preguntó.
—Nop, estoy despierta. –trace líneas imaginarias por su pecho.
—¿No tienes sueño?
—Aún no, ¿tú lo tienes? 
—Un poco. –dijo acariciando mi cabello.
—¡¿VISTE ESO!? ¡UNA ESTRELLA FUGAZ! VAMOS PIDE UN DESEO –me exalte y pensé en mi deseo.
—¿Qué pediste?
—Eso no se puede decir Justin, por algo es mi deseo.
—Yo pedí que dijeras que sí al ser mi novia.
—¿Qué? –dije impresionada.
—Eso… pedí que dijeras que sí cuando te pidieras ser mi novia.
—¿Estas bien o la falta de sueño te está afectando?
—No… _____, me encantas. Sé que esta no es la manera más romántica ni cursi de pedirlo pero quiero que estés siempre para mí. Quiero que seas mía y yo tuyo. Quiero que seas mi novia, así que… _____ ¿Aceptarías ser mi novia? 

Yo Soy BelieberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora