Dolor punzante, permanente, agonizante y cada avez vez más difícil de aguantar.
No se puede mitigar.
Ni con abrazos, ni con palabras, ni con regalos.
Solo gritar me calma, de esos alaridos que se evaporan en el aire, que se desprenden de mi boca como cenizas.
Un horrible recuerdo del 20/11Duele recordar.
Papá.
¿Cuándo llamarás?
¿Cuándo?Nunca, es verdad.
Porque falleciste, y solo tu recuerdo quedará, mi necesidad de verte tranquilo en ese ataúd y los días que pasé junto a ti.
¿Papá?
Esa palabra que desde aquel día nunca más pronuncié.
Duele.
Papá.Papá, te extraño.
¿Estarás conmigo ahora mientras escribo esto?
Solo recuerdos me dejaste.
Míseros recuerdos.
Recuerdos que ahora duelen.
Recuerdos.
Papá.
Ven a recogerme y salgamos a pasear.
Mi hermana debe estar esperándolo.
Vamos a comer KFC, prometo no quejarme.
Prometo ya no quejarme, pero ven a recogerme.
Toca el claxon.
Prometo no menospreciar tu carrito papá.Te amo papá.
Te lo diré más feliz ahora.
Ya no será tan forzado.Te extraño papá.
Y quiero gritarte, llorarte ahora.
Mi pecho se cierra duramente, me asfixia.Mis lágrimas empañan mis lentes.
Papá.Te amo papá.
Yo era tu orgullo.
Pero no me importaba.Prometo esforzarme aún más papá.
Prometo ya no estresarme.
Prometo llamar si tú no lo haces.Papá.
Ven papá.
Vuelve.
Por favor.11 de noviembre del 2019