La última reverencia

Mi prometido

La pareja fugada llegó al pueblo más cercano esa mañana. Wei WuXian había recuperado un poco la compostura tras la decisiva declaración de Lan WangJi. Se casarían. Ellos dos. Hoy. 

Si conocía a Lan Zhan, y seguramente después de Lan Xichen él era el más cercano al Segundo Jade de Lan, jamás se retractaría de su palabra. Ahora que lo pensaba bien, en cierto sentido casarse con Lan Zhan era algo que jamás se hubiera imaginado pero ahora mirándolo comer tranquilamente y manteniendo esa gélida expresión, un montón de mariposas se brotaban en su interior. 

"Estoy loco por este hombre", dijo para sus adentros. 

-¿No tienes apetito?- cuestionó WangJi al ver que su compañero no tocaba desde hacía rato el desayuno. 

La pregunta sacó finalmente a Wei WuXian de su extenso monólogo de recapitulaciones. -¡Al contrario, muero de hambre!- contestó. -Solo pensaba en cómo organizaremos nuestra boda. No me diste muchos detalles- aclaró disponiéndose a tocar su comida. 

Mientras Lan Zhan le servía un poco de té, habló: -No tienes que preocuparte. Me encargaré.

Wei Ying alzó una ceja ante esa declaración. -¿Eh?¡¿Cómo crees que te dejaría hacer eso?! También es mi boda.- le reclamó. -A no ser que hayas estado planeando esto hace mucho- susurró. 

Lan Zhan lo observó bien. No con odio sino  incrudalamente. Como si no pudiera creer lo que escuchaba. 

Metió la pata. Lo que siguió después fue un un silencio delatador.

"De verdad soy un idiota"  pensó bajando la mirada evitando encontrar los ojos de Lan WangJi. No quería decirle algo como "Lo siento, no fue mi intención", demasiado obvio y esas palabras entre ellos ya no eran necesarias. De verdad, Lan Zhan lo esperó por trece años y era más que claro que sus sentimientos hacia él venían de mucho más tiempo, cuando solo eran dos meros adolescentes estudiando en Gusu.

Lan Zhan se concentró en sus alimentos y suspiró: -Solamente tú. No he de imaginar, ni de concebir a alguien como mi compañero de cultivo más que a ti. Como mi esposo, alma gemela, simplemente quiero a Wei Ying-. La mirada de WangJi se suavizó y Wei WuXian sentía que sus orejas estallaban al escuchar esa declaración. 

Eso fue un golpe bajo.

Como si un niño se tratase, le dio una patada leve bajo la mesa. Con la voz temblorosa por la vergüenza, dijo: -Al-al menos quiero escoger mi traje. El rojo me sienta bien, ¿no, Lan Zhan?- preguntó ya con esa sonrisa que llenaba de calor el corazón de Lan WangJi.

-Mmn

-Supongo entonces que hoy dormiremos bajo un techo. Mmmm, la idea no suena mal pero Hanguang-jun, que no sea en una posada con dos pisos, ¡hiciste un desastre la última vez!-. 

Las orejas de Lan WangJi no tardaron en tornarse rojas pero el Segundo Jade de Lan esbozó una sonrisa incipiente en su rostro a pesar de ello. 

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Terminado el desayuno, llevaron a Manzanita a un establo para que se quedara el resto de la jornada. Ellos mientras seguirían con los preparativos para su simple ceremonia. Más allá del alcohol que sería fácil de conseguir, si creían necesario tener los atuendos apropiados. Por esa razón se dirigieron a la zona textil del pueblo. Tal vez, tendrían suerte. 

Era media tarde cuando Lan WangJi y Wei WuXian entraron a una pequeña tienda regentada por una pareja. Cuando estos les preguntaron que necesitaban, Lan Zhan tomó la palabra. Aunque los vendedores mostraron muecas de asombro ante el pedido, no dijeron nada más y se dispusieron a enseñarles sus creaciones. Wei Ying contuvo una risita para sí mismo, las bodas entre mangas-cortadas eran seguramente una cosa muy poco común más aúnsi estos venían tranquilamente a una tienda a preguntar por los atuendos tradicionales. Rápidamente, uno de los vendedores se marchó hacia el almacén para traer más muestras a la pareja de cultivadores dejando que Wei Ying husmeara las muestras de telas.