Había una vez una niña llamada maría, es una niña muy aplicada todos los días va a la escuela porque le encanta estudiar, jugar con sus compañeras . Y un día que no podía dormir se levanto y fue al cuarto de su papa.
- ¡Papá, papá !, ¿es ya la hora de ir a la escuela? -
Pregunté a María a las cinco de la mañana, dando unos golpes sobre el hombro de su padre. Y sin que este abriera los ojos, respondió con una voz muy cansada y lenta: No, hija no, aún no es la hora de ir a la escuela. Acuéstate y duérmete de nuevo, que ya te avisaremos cuando sea la hora.
Como el papa le dijo eso, fue donde la mamá
- ¡Mamá, mamá !, ¿es ya la hora de ir a la escuela? -
Volvió a preguntar María, a las seis de la mañana, dando un beso en la mejilla de su madre. Y sin que ella abriera los ojos, le respondió con una voz muy cansada y lenta: No, hija no, aún no es la hora de ir a la escuela. Acuéstate y duérmete de nuevo, que ya te avisaremos cuando sea la hora
La niña regresó a su cama, pero no pudo dormir ya que en su cabeza solo veía a sus compañeras que ya habían llegado antes que ella a la escuela y estaban haciendo actividades muy divertidas; mientras, la maestra les explicaba cómo debían hacerlo bien. Luego se los imaginaba en el patio del colegio, formándose para jugar a "corre que te pillo", "al escondite", o "a la llevas tú" y, nuevamente, el nerviosismo y el deseo de estar en la escuela, la volvían a levantar de la cama, acercarse a la de sus padres y decirles: - ¡Papá, mamá !, ¿es ya la hora de ir a la escuela?
De esta manera transcurrió toda la noche hasta las 8 de la mañana cuando María volvió a despertarlos, con cara de mucho sueño por no haber podido descansar bien en toda la noche- se levantaron, se asearon, se vistieron, tomaron un sabroso desayuno y preparó un pequeño bocadillo y una manzana para el recreo de su hijita María, el cual impaciente ya había guardado todas sus cosas en la cartera de la escuela y esperé junto a la puerta de la casa, hasta que la llevaron a la escuela.
Ella muy ansiosa llega a la escuela saludando a su maestra ya todos sus compañeros y comienza a escuchar la clase. La maestra le dijo: maría, ¿puedes describir tu escuela?
Ella respondió: ¡Claro que sí, maestra!
"Mi escuela es grande, bonita y tiene muchos árboles. En ella hay muchas aulas de clase, dirección, biblioteca, cocina y sitios de recreación ". Por eso yo amo venir a la escuela porque allí aprendo muchas cosas importantes, mi maestra es muy cariñosa y tengo muchos amiguitos, juego, estudio y me divierto.
Todos los niños debemos ir siempre a la escuela para aprender y poder ser alguien importante en el futuro. Mi mamá y mi papá siempre me hablan de eso y me ayudan en mis tareas ¡cuánto les tengo que agradecer!
¡GRACIAS!