La clase había comenzado, ese día estudiarían el Plan Alcatraz en el cual explicaban que en caso de que Sergio y Raquel corrieran peligro, necesitarían un plan de escape.
-Es posible que en algún momento, Lisboa y yo nos enfrentemos a una presión que amenace con sobrepasarnos… –Sergio explicaba a qué iba todo eso.
-Tendremos encima al ejército, a la policía y puede que las cosas salgan mal –Raquel complementaba sus oraciones de forma natural y Sergio amaba eso. Eran la combinación perfecta
-Pero para eso, tendremos el Plan Alcatraz. Si Raq...perdón -los demás sonrieron al ver que a Sergio se le escapaba por ratos el nombre real de Raquel - Lisboa y yo nos encontramos en una situación crítica, necesitaremos la mayor maniobra de distracción que seamos capaces de generar.
Solía pasar, de vez en cuando, en medio de una conversación o clase, Sergio confundía el nombre de Raquel, no se acostumbraba a llamarla Lisboa, y muchas veces se le escapaba un cariño en medio de una clase.
-El objetivo es que la policía, tenga que mirar a dos sitios a la vez, y solo hay una cosa más poderosa que capturarnos a nosotros dos –Raquel caminó por la sala hasta posarse al lado de Sergio, los demás los observaban como se complementaban
¿Que nos atrapen a todos? –preguntó Tokio
-Que vosotros os escapéis es el mayor señuelo que podemos montar... Se van a volver locos –respondió Sergio.
Raquel y el siguieron explicando el plan, era perfectos los dos haciendo eso, muchas veces Sergio se quedaba anonado al escuchar a Raquel completar sus ideas o sus frases, y hoy era una de esas veces, mientras Raquel hablaba Sergio la observaba con detención.
Amaba a esa mujer, la forma tan espontanea de hablar, lo bien que se había adaptado a la situación a pesar de que a veces ella le comentaba que sentía un poco de rechazo de parte del grupo a lo cual el había reaccionado diciéndole que se calmara y que les diera tiempo, que él estaría con ella en todo momento.
Amaba su expresión corporal cuando hacia su papel de profesora, todo eso lo ponía muchísimo, su forma de mover las manos, para explicar algo, la manera en que capturaba la atención de todos sin mucho esfuerzo. Se volvía loco al verla sonreír en medio de todo eso, al ver sus ojos llenos de mucho interés por el plan. Su boca era su debilidad, cuando no pensaba en el plan, su mente de llenaba de imágenes en las cuales el devoraba esos labios que a su parecer eran el manjar más delicioso que hubiese probado nunca.
-Sergio…ey Sergio…-Raquel lo llamaba sacudiendo su mano derecha en frente de su cara para ver si el reaccionaba, a lo cual Sergio volvió a la realidad
–cariño ¿Qué te pasa? –preguntó Raquel a la vez que se dirigía a recoger papeles que habían esparcido para explicar el plan.
-Nada, nada importante…es solo que me he distraído un poco…sigamos con la clase –Sergio volvió a ver y para su sorpresa el lugar estaba completamente vacío a excepción de ellos dos -¿A dónde han ido todos?
Raquel sonrió, en realidad había desaparecido por completo –están en un descanso, profesor.
-Entiendo –fue lo único que Sergio logró articular. Tomó el borrador de pizarra y comenzó a borrar las pocas letras que se habían escrito ese día. Sergio no se consideraba una persona muy sociable y tampoco era muy abierto con las palabras cuando de amor se trataba, pero necesitaba expresar sus pensamientos a cerca de Raquel y su papel en el plan.
-Raquel, cariño… ¿puedo decirte algo? –decía Sergio mientras continuaba en la tarea de borrar la pizarra.
-Claro –Raquel dijo sin levantar la mirada y aun un poco distraída levantando los papeles de la mesa.
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Mi profesora favorita
RomanceSergio ama la forma en que Raquel lo ayuda a la hora de explicar el plan, y no espera mucho para dejárselo saber. Por otro lado, Raquel tiene una platica con las chicas. Entren a leer la historia para saber más