I. Prólogo

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Es sorprendente la manera de odiar a la persona que una vez llegaste a querer con todo tu ser, arrancar esa flor que una vez juraste proteger, y olvidar el reflejo del alma cuando solo queda oscuridad.

Un alma rota decide abandonar toda calidez humana, cerrando todo tipo de sentimiento que se vuelve en una roca fría, mientras que otra alma se aleja rencorosa con el despecho colgado de su pecho.

El espíritu se quiebra como cristal, tocado por el grueso piso, después de una larga caída y un crescendo que se logra escuchar a través de la sinfonía horrorífica, después de toda la tragedia.

Sus ojos se miran por última vez, unos más claros que otros, ambos quieren romper el gélido silencio pero su voz no deja que el sonido se manche de tintineos, quieren abrazarse pero los actos anteriores no dejaron que las ganas llegarán y solo se escucha como el viento habla por ellos.

La ausencia está presente aunque sus presencias físicas están ahí, sus miradas dicen más que cualquier cosa.

Una vez se dedicaron poemas pero quedaron inconclusos. Y solo ahí, en medio de las memorias entendieron lo destructivo que sería continuar.

Ambos sonrieron, una sonrisa rota, trágica, triste, efímera, sabían que su atracción los hacía zozobrar pero ambos estaban advertidos y conscientes, y enamorados, y jóvenes.

Pero toda tragedia tiene que tener un fin, toda odisea tiene que acabar y ellos por fin entendieron el desgaste forzoso de su relación, la injuria de amar injustamente , así que una última vez se miraron, sonrieron y decidieron amarse pero amarse de una forma real, de una forma lejana.

Dos almas que llegaron a un acuerdo, tomaron las tijeras de la ironía donde por fin dieron corte a ese hilo impuesto llamado destino. 

Pero, ese acuerdo fue acosta de dos almas inconscientes de la perversión mundana, dos víctimas ingenuas e inocentes.

¿Qué pasar entonces?

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Publicada: 3:02, 14 de mayo 2020.

Bueno esperó que les guste este pequeño prólogo, la verdad ya quería publicar esta historia pero no sabía porque rumbo terminaría, así que esperé para acomodar mis ideas y ahora que por fin las tengo en fila comenzaré a publicar poco a poco.

Aún sigo batallando con la ortografía, así que disculpen por eso.


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