Jugamos a las escondidas más de una vez en mi cuarto. Puertas cerradas y cortinas abajo. En la oscuridad sentía que todo era mas misterioso y podía sentir como debajo de tu piel salía algo diferente, cambiabas tus complejos por algo que simplemente no puedo describir con palabras.
Podíamos sentir las estrellas en nuestros pies que bailaban toda la noche.
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1996 y las cartas de la muerte
Non-FictionEn 1996 la muerte me trajo las ultimas cartas que él me había escrito, las cuales hasta el día de hoy las guardo con gran cariño.