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"Cupido me a flechado, la riqueza me da igual.

Sólo a de consolarme mi marino audaz jovial..."


Resitaba El capitán del navío mientras observaba el horizonte, suspirando el aroma que desprendía su mundo, el oceano.
Cantaba pero en sus oídos no llegaba su canto, se deleitaba recordando aquella dulce voz.
Que alguna vez lo enamoró tanto.

Vio una última vez la nada, acariciando el pequeño ramo de flores en sus manos antes de arrojarlo hacía el mar.
Viendo este flotar hasta ese lugar que tantas veces había visto, siendo sin duda su parte favorita del océano.

Aunque para muchos sea sólo un poco más de agua, el hombre de 35 años podía admirarlo tantas veces como le fuera posible.

-- capitán... -- su primer oficial se paró junto a el siguiendo con su mirada el ramo que se perdía en el horizonte brillozo, esa secuela era repetida cada vez que volvían de tierra y pasaban por ese lugar -- podría preguntar, porque arroja un ramo de flores al océano cada mes?.

El joven chico que llevaba una bandana en su frente tirando su largos cabellos hacía atrás lo miro esperando una respuesta.

Pero taeyong sólo comenzó a recuerdar, cuando fue bendecido por el Dios al entregar su corazón a esa hermosa criatura que no encontró asilo en el arca a la hora del diluvio.

Tan prohibido, Pero hermoso.

Y volvió allí, a esa época que siempre llevaría con el en su presente...

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-10 años antes.-


Las olas arrastraban un pequeño vote a la deriva del oceano, mientras un chico de tan sólo 25 años en completo silencio era mecido por las suaves manos de la marea.
Estando inconciente, sin saber que en una orilla de su bote un precioso chico le esta observando curioso, mientras sus brazos se sostenían del pedazo de madera flotante.

Unos pequeños quejidos se sintieron entre tantas olas, y un cuerpo casi moribundo para la criatura se removió entre las maderas.
Abriendo sus párpados dejando a la vista sus verdes pupilas, Que casi hasta brillaban en el ocaso.
Este se sentó en el bote tocando su cabeza, sin sentido de donde estaba ni con quien observandolo.

Hasta que se dio vuelta pegando un salto haciendo que el muchacho que tenía la mayoría de su cuerpo en el agua se asustara alejándose un poco.
El mayor suspiro viendo mejor al chico, abriendo sus ojos en demacia por esa presencia.

-- Q-quien eres?-- el marino pregunto aún algo lejos de esa presencia inesperada, aún viendo lo hermoso que era ese muchacho. El cual creía estaba desnudo pero el oceano le servía de prenda--

mi marino audaz jovial - yongmark.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora