•15 | Cotidiano.

131K 15.3K 20.5K
                                    



¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


La belleza con la cual muchos aseguran fue bendecido, a veces, le trajeron mayor número de lágrimas de las que estuvo dispuesto a contar. 

Así como cuando sus ojos viajaron a la dirección equivocada apenas llegó a la universidad años atrás y lo puedo ver. Taehyung aseguró en más de una oportunidad que el no decir el nombre de esa persona en voz alta, era la mejor manera de olvidar que fue real. Porque eso fue lo que deseó ante el agonizante dolor de la pérdida. El darse cuenta que los susurros suaves que le aseguraron que nadie era más hermoso que él, eran falsos. Y que las verdades que resultaron ser mentiras, aniquilaron la creencia de todos esos libros que había leído de niño.

Que el amor no podía nacer con solo mirar una vez directamente a sus ojos, y que después de ese momento sus caminos no se iban a separar nunca más hasta el final de sus vidas.

Fue ingenuo.

Incluso después de ser tratado como mierda en la secundaria e instituto. Fue un tonto cuando creyó en el amor profesado por esa persona en la universidad, era verdad. Incluso ahora que no sabe qué esperar de su futuro, sabe que sigue siendo demasiado iluso, con demasiadas expectativas en algo que va a doler. 

Su padre siempre lo regañó por desobedecer en su niñez, por jugar con aquel cachorro que terminó desgarrando una de sus piernas en un mordisco. Por subir aquella pared y terminar con un brazo roto. Por intentar nadar sin un salvavidas y casi morir ahogado. Siempre fue así, independiente en sus decisiones, sin escuchar réplicas o detenerse a pensar mejor en las consecuencias.

KemBung tenía razón a fin de cuenta, la juventud no suele pensar demasiado, y eso, los lleva a vivir más de lo recomendado.

Sus ojos que hasta ese momento estuvieron perdidos en la pocas hojas secas colocadas perfectamente en un montículo a su lado, se centran finalmente en ese vehículo mercedes que se acerca con cautela hasta donde espera desde hace un par de minutos. Es sábado, este día debería ser un gratificante descanso para toda esa semana de mierda que tuvo, pero una vez la puerta es abierta desde adentro y aquel azabache le regala esa suave sonrisa apenas sus miradas cruzan, cualquier idea de volver a sus aposentos para dormir queda muy en el fondo del inframundo.

-Buen día... Entra, por favor—invita cordial.

-Buenos días para usted también—menciona Taehyung, una vez en el puesto de copiloto. Con cuidado, deja su pequeño bolso encima de sus piernas para proceder a cruzar el cinturón de seguridad por su cuerpo, sin embargo, Jungkook decide que debe ser él quien se encargue de aquello. Así que sin esperar, se acerca lo suficiente para tomar la tira del otro lado e intentar con demasiado cuidado ajustarla a su tamaño. Ambos intercambian miradas—p-puedo hacerlo solo.

-Siempre se traba—explica él, pudiendo demostrar su punto un momento después cuando intenta jalarla y la misma no cede ante la fuerza—entonces hay que devolverla a su lugar, y sacarla con sumo cuidado para que ella permita la salida—continúa. A pesar de ello, Taehyung definitivamente ya no está escuchando sus palabras explicativas. Prefiere centrarse en ese casi imperceptible olor fresa que desprende su boca al estar tan cerca, o a la forma brillante de su labio inferior debido a que ha humedecido con su lengua un instante atrás. Incluso, a ese lindo lunar bajo su boca o aquellos en su mejilla—... Listo, estás asegurado ahora—informa volviendo a su lugar.

Sr. Jeon | KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora