•33 | La mejor historia de amor.

121K 9.4K 21.3K
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


El pastel que Taehyung le compró para su cumpleaños 22 fue... Dulce, tanto, que no pudo comer el decorado debido a que estaba hecho con fondant de tono morado con pepas blancas. Fue muy hermoso verdaderamente, pero el problema que tuvo con ello yace a la poca tolerancia que últimamente tiene hacia lo dulce, proviniendo directamente de aquellos repetitivos mareos y dolor de cabeza que lo están azotando desde hace ya varios meses atrás, y de los cuales, no ha dado tanta importancia como debería.

Joder, solamente espera que no sea algo verdaderamente complicado o podría llorar por nunca tener un momento en su vida con completa paz.

Vamos, este ha sido su mejor época en años y no cree justo que algún problema con la azúcar le esté fastidiando justo ahora. Ha podido comenzar a organizar su vida de a poco, ya ha pasado un tiempo desde que le dejó en claro a NamJoon que no quería nada con él, que ha expresado todo lo que debía haber hecho desde hace años a YeonJun, y por si fuera poco, justo ahora está metido hasta el fondo con lo del consultorio en donde trabaja Hoseok. 

Es claro que Taehyung fue el principal promotor de ello, por supuesto. Pero mirar su convicción de querer ayudar con el corazón, hicieron que Jimin se motivara el doble y trabaja dedicadamente día y noche mientras atiende sus propios asuntos de la universidad.

A veces quisiera echarse un trimestre al hombro por lo cansado que se siente, pero luego recuerda que mientras él piensa en parar, hay mil personas allá fuera encontrándose en situaciones peores que siguen luchando por un mejor futuro, consiguiendo ser eso suficiente para cargar sus pilas y seguir adelante aunque esté agotado por las nulas horas de sueño que ha tenido. 

Ha sido duro estudiar ingeniería, más cuando no existía verdadera motivación para hacerlo, ganas. Él nunca ha sido persona de interesarse en cosas, pasa de ello de la misma forma que pasaba de las personas. Nunca había tenido verdadera vocación para nada más que intentar desesperadamente ser libre, y a pesar que puede dejar la carrera tirada e incluso así poder vivir una vida cómoda con todo ese dinero que su padre le ha dado, no quiere hacerlo. 

No es su estilo.

No puede negar que actualmente compra comida o lo necesario para el apartamento de aquellos millones que su papá colocó a su disposición para cancelar la matrícula universitaria, pero nada más. Sus caprichos, que no son demasiados a pesar de venir de cuna de oro, los cancela con dinero conseguido por cuenta propia. Quizás no sea constante, pero ha trabajado en los diversos negocios de sus tíos por parte de madre en algunas cosillas sencillas que le han dejado algunos billetes que trata de ahorrar.

Siempre recuerda eso que su abuela le dice cada vez que la visita, que no hay mejor dinero que el ganado con su propio esfuerzo. Gracias a ella, ha podido aprender el valor de su esfuerzo, de las ganas de seguir avanzando hacia un futuro brillante conseguido por sí mismo.

Sr. Jeon | KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora