Kai caminaba sonriente de regreso a su auto, con la misma mochila que cargaba en la mañana y con sus lentes aún puestos, su sonrisa se torció cuando divisó la alta silueta de Chanyeol esperándolo cerca de donde su auto estaba estacionado, como ya se había hecho costumbre después de una semana completa de ir y venir juntos.
Le encantaba cómo los chicos no dejaban pasar absolutamente nada, todos estaban enterados de que el nuevo se quedaría por un semestre con el profesor Kim, nadie jamás se había quedado tanto tiempo, lo máximo había sido un mes y medio. Los jóvenes estaba que la cabeza les volaba.
¿Cómo terminaría Chanyeol después de seis meses conviviendo con Kai?
Había sido un día agotador, su primera clase no habían hecho más que preguntar por Chanyeol, a lo que Kai simplemente se limitó a anotar información en la pizarra, la cuál después explicó ignorando los comentarios de sus alumnos.
"Los chicos Kim" así se les llamaba a aquellos que habían pasado por la casa del profesor Kim Kai, debido a aquél factor común que los unía en un grupo: sus charlas. Por alguna razón, todos aquellos se la pasaban hablando de Kai y en todas sus conversaciones siempre había un lugar para él, siempre mencionándolo y siempre buscando estar atrás de él, parecían estar inoptizados, en un tipo de trance dónde solamente existía Kai, aunque unos pocos habían podido evitar ser incluidos en ese círculo, la mayoría lo estaba, así que la comunidad estudiantil estaba a la espera de nuevas noticias sobre el nuevo. Aunque a simple vista pareciese que nadie notaba nada relacionado con él, en las sombras y por las espaldas, se murmuraba y se apostaba sobre lo que terminaría haciendo a mediados y fines de semestre.
Kai había logrado escuchar unas de estas apuestas, no pudiendo evitar reír cuando éstas cruzaban por sus orejas, los chicos tenían mucha imaginación y hablaban cualquier cosa. Pero, por otro lado, le resultaba algo extraño que lo viesen como el culpable de esta "adicción" hacía él, cuando el moreno simplemente se limitaba a existir en su propia casa, si somos sinceros, él también deseaba saber por qué demonios las personas sentían un tipo muy extraño de atracción hacia él.
—Perdón por tardar —dijo mientras abría las puertas del coche.
—Siempre tardas, no ha problema.
Le gustaba que Chanyeol fuese una persona que tomaba confianza de manera rápida, sin más le había comenzado a hablar como si lo hubiese conocido de años atrás, pero no sabía si aquello le proporcionaba calma o lo alteraba un poco. ¿Sería que Chanyeol era por naturaleza así, o terminaría siendo otro chico Kim causándole problemas? Ya se iba imaginando el discurso que debía dar sobre el porqué era que no podía estar de forma tan afectuosa con él siempre. Mierda.
—¿Irás a entrenar hoy? —preguntó cuando se aproximaba a la casa.
—No —respondió mientras negaba brevemente. Por alguna razón, Chanyeol hoy se mostraba notablemen exhausto, aunque era difícil para Kai decir si era mental o físicamente, o si se trataba de un desagradable combinación de ambas. Más no se atrevió a preguntar sobre ello, sólo se humedeció los labios y terminó de estacionarse.Cuando se adentraron en la casa, Chanyeol botó su mochila a un costado de la puerta y subió escaleras arriba rápidamente, Kai lo miraba preocupado mientras ponía las llaves del auto a un lado, posteriormente puso sus manos sobre sus caderas y ladeó la mirada.
Le preocupaba que los chicos de la escuela le pudiesen haber dicho algo que realmente haya logrado herirlo, o peor aún, algo que haya cambiado injustificada y drásticamente la idea que Chanyeol tenía sobre él.
¿Debía llamar a SuHo?
Su relación con Chanyeol parecía ser muy estrecha, así que supuso que él mismo lo llamaría si algo le incomodaba, pero de todas formas, llamaría mañana si es que Chanyeol persistía con tal comportamiento.
Entró a la cocina y se sirvió un vaso de agua que tomó lentamente, tanto que casi parecía ser una bebida alcohólica muy fuerte, la cuál no te permitía más que tomar pequeños sorbos de ella. Los días anteriores, Chanyeol y Kai entraban a la cocina y charlaban un poco, el chico revisaba su teléfono mientras Kai cocinaba y comían juntos, luego, cada quien realizaba sus tareas, pero por lo visto, hoy Chanyeol había decidido saltarse dicha parte.
Sin más, Kai se dispuso a preparar una pasta sencilla, algo que no le llevase mucho tiempo pero que tuviese buen sabor y así lo hizo. Todo mientras se preguntaba qué corría por la mente del chico de rizados cabellos. Una vez la comida estuvo servida, observó los dos platos, uno a cada extremo de la mesa, tal vez, sólo tal vez... debía acercarse a Chanyeol, por lo menos le daría un pista si es que, en efecto, debía ser más cercano al chico o, por el contrario, darle su espacio, siempre creyendo que el llamado efecto Kim simplemente fuese un invento de los universitarios y que nada de eso fuese en realidad cierto. Tomó el plato de Chanyeol y lo puso al lado del propio, dejándolos sentados uno al lado del otro, entonces, sirvió un vaso de soda y otro de agua acomodándolos respectivamente y, entonces, se dirigió hasta las escaleras.
—Chanyeol, ¿Quieres comer? —habló de forma fuerte, pero sin gritar, llamándolo. Como respuesta, puso escuchar la puerta de la habitación de Chanyeol abrirse.Llevaba una cara alargada y el teléfono celular fuertemente agarrado de su mano derecha, se podía decir que, a simple vista, parecía molesto, pero por alguna razón, Kai sabía perfectamente que él estaba triste. Se removió en su silla mientras buscaba enrollar un poco de pasará en su tenedor para después comerla, alzó la mirada y se topó con un Chanyeol totalmente rígido, que sólo miraba el plato de comida sin hacer ningún movimiento de interés.
—Muy bien, ¿Puedo saber qué sucede? —pronunció con suavidad y cuidado intentando no herir más al menor. Pero no obtuvo respuesta alguna, sólo un Chanyeol que había decidido empezar a comer lentamente, como si en verdad no quisiera hacerlo pero estuviese obligado a, y en cierto punto eso era lo que pasaba.
—Está bien si no quieres comer aún. Si esto no te gusta también puedes decírmelo —Dijo mientras señalaba con su tenedor el plato de comida.
Chanyeol solo negó con la cabeza mientras seguía comiendo lentamente, sin despegar los ojos de aquella pasta cremosa.