cap. II

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Ambos decidieron que cuando terminase el período escolar, irían juntos camino a casa de MinGyu en el primer autobús que saliese. Pero ellos no contaban con que ningún autobús saldría de la estación debido al tráfico.

Así que, los chicos se propusieron a caminar el recorrido desde la escuela hasta la casa del castaño a la hora de encontrarse en la salida.

Iban juntos por las aceras de el ruidoso Seúl, rozando sus hombros y hablando con entusiasmo entre sí, ignorando la cercanía que a ambos les aceleraba el corazón de manera impresionante.

«Cada vez que esos días solitarios vienen
Llegas y me recuerdas
Lo importante que soy.»

WonWoo no solía ser muy abierto con desconocidos, sólo lo era con sus amigos más cercanos, que cabe aclarar, ni siquiera estudiaban en su misma escuela. Esa fue la razón de la sorpresa de MinGyu, quien creyó que iba a ser más difícil acercarse al chico.

A los ojos de MinGyu, WonWoo era alguien único con una personalidad hermosa, era relajado y divertido, sabía cómo hacerte reír y como animarte. Y por el poco tiempo que ha pasado con él, pudo darse cuenta que es de ese tipo de personas que te podían enamorar con sólo sonreírte, algo que, recientemente hacía mucho cuando estaba junto a MinGyu.

«Paso de ser nadie a alguien
Y me convierto en una versión muy especial de mí.»

Sus risas se disipaban entre el ruido de la ciudad, hasta sintieron gotas cayendo sobre sus rostros y hombros, mojando sus uniformes.

Lluvia.

¿Nada podía ir peor?

-Maldición-siseó WonWoo en voz baja mientras dejaba de reír y fruncía el ceño-Llu...

-¡Lluvia!-MinGyu río interrumpiéndolo, mientras comenzaba a correr con los brazos en el aire al rededor del parque por el que casualmente pasaban.

WonWoo levantó la cabeza, mirando al menor y sonriendo por su repentino entusiasmo, sintiendo las gotas de lluvia cayendo con más fuerza sobre si mismo, caminando hacia él para no perderlo de vista.

Notó como MinGyu urgaba su propia mochila, luego sacando unos parlantes aprueba de agua y colocando música animada para ambos.

-¡Ven, Nunu! ¡Baila conmigo!

Sin pedir permiso alguno (aún cuando no era necesario) tomó la mano del mayor quien sonreía brillantemente, bailando junto a él.

«No importa cuánto el mundo intente deprimirme.»

Pasaron al rededor de veinte minutos bailando más de una canción haciendo caso omiso a las cada vez más numerosas gotas de lluvias que los empapaban. Ambos ríen de sí mismos, hasta que en los parlantes resuena un vals, lo mismo que hizo que WonWoo bajase la cabeza, siendo atacado por un profundo rubor. Ambos ya sabían lo que venía a continuación.

Se sorprendió cuando levantó la cabeza y allí estaba MinGyu, haciendo una reverencia y ofreciendo su mano.

-¿Me concedes este baile?-el castaño levantó un poco la cabeza, mostrando una sonrisa que derritió a WonWoo.

El mayor tomó su mano, sonriéndole de las misma manera mientras se abrazaba al cuello del menor, quien rodeo sus caderas con sus brazos, moviéndose al ritmo de la música.

Ambos eran testigos de la manera en que sus latidos pasaban de estar tranquilos a acelerarse rápidamente, siendo envueltos por el sonido de la música y de la lluvia, mientras que la misma caía sobre ellos, haciéndolos sentir de manera extraordinaria. Se miraban a los ojos acaramelados, sus uniformes goteaban por los bordes, el agua inundaba sus zapatos y el cabello se pegaba caóticamente en sus frentes, estaban totalmente empapados. Pero eso era lo que menos importaba, estaban juntos y se sentían cautivados con los ojos del otro, estaban atrapados.

Un momento mágico, podrían decir.

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