cap. III

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Luego de un tierno vals bajo la lluvia y unas bromas en una de aquellas empapadas bancas del parque, WonWoo y MinGyu siguieron el camino hacia la casa del menor entre risas y roces tiernos.

El par caminaba con sus manos disimuladamente entrelazadas bajo un silencio cómodo y un sonrojo apoderándose de ellos, sonriendo juntos como si fueran sólo ellos dos los únicos en el mundo, acompañándose mutuamente.

Cuando empezaron una conversación, lograron intercambiar al menos 10 palabras, ya que una interrupción se hizo presente en su lugar.

—¡Hey, miren! ¡Es el emo inadaptado y su novio la jirafa!—uno de sus compañeros que de casualidad iba por la acera opuesta, soltó un fuerte grito, llamando la atención de sus acompañantes y algunas personas desconocidas, quienes miraron con molestia a sus agresores.

«Incluso cuando las palabras más crueles me apuñalan»

WonWoo, avergonzado de las palabras del chico, bajó la cabeza y reemplazó su sonrisa por una expresión triste soltando la mano de MinGyu. Ese chico no merecía que lo molestaran por su culpa.

MinGyu miró a los chicos con desdén, hirviendo en furia por sus palabras ¿es que acaso no sabían apreciar la hermosura de una persona? su furia se disipó al momento que sintió la mano de WonWoo zafarse de la suya con una mirada baja y los ojos cristalizados.

Negándose a dejar que su niño (porque aunque fuese mayor que él es su niño) sintiese el desprecio de sus compañeros, agachó un poco su cabeza y le susurro al oído:—No les des el gusto, Nunu. Si ven que te afecta, disfrutarán el hacerte daño.—tomando su mano, lo miró a los ojos y le sonrió, su sonrisa ensanchándose al momento de ver como el mayor le devolvía la sonrisa.

«Sonrío otra vez porque estás ahí
Eso es lo que haces»

MinGyu vió como el mayor volteó hacia los chicos y realizó un gesto que los hizo alejarse enojados. Inclinándose más adelante, notó lo que los hizo alejarse con las orejas echando humo y se declaró muerto de ternura. WonWoo les estaba sacando la lengua.

¿Cómo es posible que un ser tan puro e inocente tenga simple la capacidad de sobrevivir en un mundo tan cruel como este?

MinGyu, cegado por la hermosura de WonWoo, tuvo el atrevimiento de robarle un beso en la mejilla, provocando que el mayor enrojeciera de vergüenza.

—Yah, MinGyu-ssi...—se tapó la cara con su mano libre después de dar un ligero empujón al más alto entre tanto el sólo reía entre abochornado y sorprendidos por su repentino descaro—Respeta a tu mayor.

—No le falté el respeto, hyung. A usted también le gustó—el menor sonrió y abrazó al mayor por los hombros, mientras WonWoo trataba de empujarlo sin éxito, en ningún momento negando lo antes dicho.

Quizás podía lucir relajado por fuera, pero por dentro el gritaba "¿¡Qué mierda estás diciendo, hombre!?". Quizás sí, Kim MinGyu es un muy buen actor, pero el pánico escénico no suele estar en sus planes.

WonWoo cambió el tema y por más que MinGyu quisiera echarselo en cara para hacerlo sonrojar como tanto le enternecía, no lo hizo debido a que quería seguir conversando amenamente con el mayor.

Así fue el transcurso a casa de MinGyu, bromas iban, bromas venían, los sonrojos hacían presencia y las lágrimas de felicidad se asomaban en sus ojos de momentos fugaces.

Ellos sentían como dentro de su estómago crecían un milenio de emociones que cada vez se intensificaba. No era parecido a un malestar, no, aquí no había dolor, no había llanto, no había tristeza. Lo que si había era un amor floreciendo en lo más profundo de su corazón, que aún cuando sus altibajos estaban predestinados, con el tiempo serían correspondidos, teniendo asegurada la felicidad de Kim y Jeon.

«Otra vez me siento especial»

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