Por Una Maldita Apuesta

Perdóname

Narra escritora

En una habitación se encontraban tres Donceles, uno de cabello negro, uno de cabellera rubia y otro de cabello rojo,

- Vamos Sasuke, no te enojes tan rápido - dijo Deidara

- Dime, ¿Tu que hubieras hecho si Itachi te dijera algo así? - dijo

- Bueno, lo castro - dijo serio

- Ves dei- chan, Sasuke tiene toda la razón - dijo

- Bueno si, - dijo

Y de repente unos golpes en la puerta se escucharon, unos, para nada gentiles,

- Sasuke sal de ahí, tenemos que hablar - dijo

- No quiero verte - dijo

- No seas necio, sino tendré que botar la puerta - dijo enojado

- Le diré a Kakashi - dijo

- ¿QUE RELACIÓN TIENES CON ESE KAKASHI? - dijo furioso

- No te importa - dijo

Y esa fue la gota que derramó el vaso, comenzó a golpear la puerta, los donceles estaba con miedo, Gaara empezaba a llorar y Deidara solo trataba la manera de contemplar a su hermano

Todos estaban asustados, esa bestia iba a botar la puerta de seguro, pero por el pasillo iba pasando Naruko, que al verlo golpear la puerta le pego en la cabeza

- ¿Qué crees que haces imbécil? - dijo serio

- No te metas, solo quiero sacar a SASUKE - dijo

- Pues te digo que no lo harás, ¿Sabes como esta Deidara y Gaara ahí adentro? - dijo

- No, y no me importa, solo quiero hablar con Sasuke - dijo

- ¡¡CASI LOS MATAS CUANDO ERAN MÁS PEQUEÑOS, ESTÁN TRAUMADO DE ESA BESTIA QUE LLEVAS DENTRO MALDITO IMBECIL!! - dijo enojada

- NO ESTOY DE ANIMO PARA HABLAR CONTIGO NARUKO - dijo

- ESA PUERTA NO LA VAS ABRIR, SI YO NO TE LO ORDENÓ - dijo

- JA! OBLIGANE - dijo

- Con gusto - dijo

Y ahí empezó la pelea, la primera en dar el primer golpe fue Naruko que fue bien recibido por Naruto, se puso en guardia y cuando iba a darle un golpe, Naruko le dio otra en el estómago dejándolo sin aire

- A ellos no los vas a asustar - dijo

- Solo quiero hablar con Sasuke - dijo

- Pídeselo - dijo

- Sasuke amor, quiero hablar contigo - dijo Naruto mirando la puerta

- No quiero verte - dijo desde adentro

Y naruto golpeó la puerta y la boto, en un rincón estaba Deidara abrazando a Gaara, los dos lloraban a mares