Prólogo

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El mexicano dormia plácidamente, sin ser consiente de lo que pasaba alrededor, pronto se armaria el caos.

Y ya estaba apunto de suceder cuando se dio cuenta que no estaba en su cama, si no en el frío y duro suelo, después se dio cuenta que algo manchaba sus mejillas y se levantó para tratar de averiguar que era lo que estaba pasando. Cuando abrió sus ojos  se fijó que no era su habitación ni mucho menos. ¡Era una jodida cueva!

Y lo que empapaba sus mejillas era las gotas de agua por la húmedad de la sala.
Pronto se dio cuenta que no estaba solo, su capital CDMX estaba a su lado, solo que la capital aún estaba dormida.

Miró a su alrededor y en la oscuridad divisó a una chica, era Cuba.

Ella y su capital, La Habana, estaban temblando del miedo que sentía al no saber donde estaban

México—¿Cuba?

Cuba—¿uh? ¡MÉXICO! Menos mal que hay alguien más —suspira aliviada—

México—si wey, este sitio ya me está asustando un chingo, mejor busquemos algo para alumbrar

Cuba—asiente—

Se levantaron y el mexicano levantó a su capital, el cual estaba confundido y con miedo, pero pronto se le pasó al saber que no estaban solos.
Los dos países con sus respectivas capitales trataban de buscar alguna salida o alguna cosa que les pueda alumbrar pues ninguno tenía sus móviles

Derrepente una luz cegadora se encendió en la sala, en el suelo no muy lejos de ellos estaban sus amigos de sudamérica y de centroamerica.
Empezaron a levantarse al sentir la luz fuerte en sus ojos, la cubana trato de divisar quien era quien les alumbraba.
Vio a un país que no se le hacia conocido de ninguna manera.

Era un chico algo bajito, bueno... Bastante para decir verdad. Con una camiseta marrón algo descuidada y unos pantalones vaqueros con zapatos negros, su camisa no estaba rota ni sucia, solo estaba arrugada. En su rostro se veía inseguridad.

Chile—¡WEONES PERO DONDE CHUCHA ESTAMOS!

El Salvador—ya, no grites

Ecuador—¿¡donde estamos?!

Venezuela—¡marico no grites!

Ecuador—¡no grites tu, mamaverga!

El chico que sostenia la linterna se asustó por los gritos de los países, mientras que las capitales sólo trataban de calmar a sus respectivos países, aunque obviamente ellos también estaban asustados

México—¡ya pendejos ya callense!

Uruguay —che ¿y vos quien sos? —dijo con voz algo tranquila Uruguay señalando al chico que sostenía la linterna

Guinea Ecuatorial—y-yo.... Me llamo Guinea Ecuatorial....un gusto

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🎨Siento no saber imitar los acentos de latinoamerica :')

🎨Disfruten uwu

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