Temporada 13: Septiembre 25

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— ¡Los quiero a todos trabajando! —Cragen palmeó.— ¡A sus lugares! — El Capitán regresó a su oficina y cerró la puerta. Las miradas se compartieron unos segundos antes de que cada oficial, asistente y detective se moviera a su lugar para hacer lo que se debía hacer: Michael Thomas había sido capturado y nadie iba a permitir que saliera libre.

Amaro tomó su copia del caso y se postró en su escritorio a revisar cada palabra de su informe. Fin salió directo a la casa de Novak. Y Olivia se comunicó con Warner para apresurar las pruebas.

Amanda por su parte estaba en el cuarto de descanso, intentando limpiarse la herida que capturar a Michael le provocó.

Sí, sí, lo entiendo. No sé si ya se cambió. La estoy buscando, Melinda. 》

Amanda escuchó la voz de Olivia acercarse. Alzó la cabeza, la echó ligeramente hacia atrás,  esperando malas noticias. Sus ojos azules se clavaron en la puerta. Cuando Olivia la abrió, se quedó quieta unos instantes, observándola, Rollins podía resultarle alarmantemente tierna. La voz de Melinda la regresó a la realidad. Olivia corrió su mirada a la espinilla de Amanda y echó un suspiro que denotó alivio en ella pero incertidumbre en la rubia.

La morena avanzó hasta la cama en donde estaba Amanda y sacudió su mano pidiéndole que no se tocara más la pierna. — Ya la tengo aquí, no ha limpiado nada. Te enviaré las fotos ahora mismo, Melinda, pero procesa las pruebas ya. Sí, de acuerdo. Está bien. Sí, sí, no olvidaré la presentación de tu hijo por nada del mundo. De acuerdo. Gracias, un beso, bye. 

— ¿Ahora qué pasó? — Rollins habló en un quejido parecido al de una adolescente impaciente.— Aparte de que Melinda tiene un hijo y yo no sabía. —Sus ojos azules no perdieron la expectativa en Olivia.

— Todo está bien, son buenas noticias. —Sonrió para tranquilizarla, en un movimiento inconsciente, deslizó los dedos de su mano izquierda en el cabello suelto y desaliñado de Amanda.– Warner necesita una foto de tu pierna; parece que quedó un poco de tu sangre en la rueda de la bicicleta de Michael. Lo comprobarán con tu base de datos. —Olivia dio un suspiro.— Melinda tiene tres hijos y soy madrina no oficial de cada uno. —Sonrió con cierto orgullo maternal. 

Amanda empuñó la sábana en cuanto sintió la extraña cercanía de Olivia, tuvo que invocar toda su fuerza para no hacer más que fruncir casi imperceptiblemente el entrecejo. Los dedos de Olivia se quedaron envueltos en la suavidad de ese cabello rubio con mechones dorados.

— De algo sirvió que aventará su bicicleta contra mí. —Sonrió con exquisita ironía. — El parque las tiene numeradas, ahora sí no puede negar nada de lo que pasó. Y con el audio...

— Calma. —Olivia la interrumpió.— Todavía tenemos que esperar a Novak y que Melinda confirme su teoría. —Sonrió nuevamente, esta vez por darse cuenta de que el rostro de Amanda seguía lleno de tierra. Tiró suavemente de su agarre en la cabeza de la rubia para observar mejor.— Oye, vamos a tomarte esas fotos y luego te ayudaré a limpiar la herida. Tienes que darte un baño, estás hecha un desastre.

Olivia consiguió hacer reír a la detective sureña, Amanda le dedicó una sonrisa de labios fruncidos y sin pensarlo, tiró del brazo derecho de Olivia para hacerla sentarse a lado en la cama. Olivia se sentó y desprendió la mano que tenía en el cabello rubio, quiso pasar su mano por la mejilla sucia de Amanda pero se contuvo, dándose cuenta de que quizás había excedido el contacto físico. Finalmente, ellas dos sabían de la otra casi nada.

— Supongo que es lo que pasa cuando combinas sudor, sangre y tierra. —Comentó la rubia aún con ese aire fresco de risa. Lamentando en cierta medida que Olivia la haya privado de su tacto. — Mandémosle esa foto a Warner, entre más pronto todo esté listo, él va a ir a prisión.

Alguien Más LlegóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora