Quince.

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Narra Temari.

Sakura estaba en él piso, probablemente había sido envenenada, no sabíamos que había pasado pero ahora estábamos preocupadas.

Nunca habíamos subestimado a nadie, ni siquiera a los tres imbéciles presentes, ¿pero como mierda le habían hecho eso a Sakura sin qué lo notáramos?

—Mat..–Dije mientras ella revisaba a Sakura. –¿Esta bien?

Matsuri negó.

—Esta en algún tipo de Genjutsu. –Fruncio su ceño. –Él problema es que no se que tipo de genjutsu es. –Gruño molesta.

—Hinata.. –susurro con dificultad sakura.

Sin decir otra cosa Hinata se acerco, activando su byakugan.

Tenten, Ino y yo las cubrimos para que ninguno de los presentes vieran lo que hacían.

—¿Ya dejaran de subestimarnos mocosas? -Dijeron burlonamente.

—Nunca lo hemos hecho imbéciles. –Su voz había salido fuerte y a la vez débil, pero era un alivio que Sakura ya estuviera bien.

—Es algo un tanto difícil de detectar, pero una vez detectado es fácil deshacerlo. –Dijo Hinata en voz baja.

Asentimos.

—¡Bien hecho Hina! –La felicite.

Inmediatamente nos pusimos en posición de defensa, hoy era el día que teníamos que acabar con esto, no habría otra oportunidad, esta vez no podíamos dejarlos escapar.

Nos miramos entre nosotras. Sakura no podía atacar ahora, todavía no había descartación de veneno así fuera un genjutsu, no podíamos descartar el envenenamiento.

Bien la que tenía que atacar ahora era.. y sin decir algo Matsuri inicio la batalla, bien éramos Matsuri y yo por el momento.

Yo y Matsuri podíamos atacar y analizar sus nuevos jutsu, mientras el resto se preparaba.

Y aún que ahora el problema era también saber si eran los únicos, ya que Itachi había dicho que había una cuarta persona.

Mordí mi labio al ver cómo golpeaban a Matsuri y la lanzaban lejos.

Tal vez pareciera que éramos débiles en batallas de cuerpo a cuerpo, pero eso era solo una facha, por qué claramente no era así, habíamos estrenado por años, tanto la mente como el cuerpo y difícilmente podían derrotar a Matsuri.

Tal vez si los habíamos subestimado..

Narrador.

Temari seguía mirando, como atacaban a Matsuri sin una pisca de piedad, ella tenía que aguantar, por qué Temari estaba dudando cosa que no había hecho hace años.

Cuando Temari por fin se decidió, lanzó un ataque a larga distancia para que Matsuri lo pudiera esquivar.

Era la primera vez en dos años que iba a volver a usar su abanico y por alguna razón estaba dudando en hacerlo.

Lanzo el Föüton más fuerte, que tenía, llevandóse todo alrededor.

Tal vez se había pasado un poco, miro hacia la dirección de Matsuri y ella estaba bien, sonrió aliviada y regreso su vista hacia donde estaban los enemigos.

Cuando el polvo se despejó pudo verlos a todos sin ningún rasguño en la misma posición que estaban antes de atacarlos.

Frunció el ceño y espero a que dijeran algo o Hinata dijera algo, pero al parecer ella también estaba sorprendida.

—¿Hinata? –Dijo dudando un poco.

—Hay alguien más. –Dijo volviendo a su postura sería. –Y tiene una fuerte defensa.. –Hinata se veía molesta. –es un niño.

—¿Qué? –Pregunto Sakura.

—Lo ví, todo su aspecto era el de un niño, como máximo tiene 12 años. –Dijo mirandolas seriamente, para después dirigir su mirada al frente. –¡No sé por qué estás con ellos, pero ellos no son unas buenas personas! –Dijo de manera brusca.

Y esa no era una manera correcta de alejar a alguien de una situación así, pero Hinata estaba molesta y no podía controlarse, no cuando recordaba como la trataron y pensar que ese niño pudiera haber sido tratado como a ellas, le molestaba, no podían hacer algo como eso, ¡Incluso el niño era muy fuerte!

Lo único que podía pensar Hinata era que el niño había sido maltratado y obligado a entrenar para llegar a ese poder.

El chico ni siquiera se molestó en salir a decir alguna palabra, sin embargo, golpeó en la cara a Hinata, moviendola un poco de su lugar.

Y dejándola ahora confundida, ¿Cómo no lo había visto?

El chico volvió a golpear su estómago, para luego Hinata comenzar a evitar sus ataques, que eran rápidos, pero los podía ver, tal vez no lo había visto por qué no tenía la cabeza fría como para pensar en atacarlo, era el enemigo también, pensó, para después golpearlo y alejarlo fácilmente de ella.

El niño sonrió.

—¡Eres divertida mamá!

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Perdón por no actualizar antes, gracias por leerme, aún. (:

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