Dueles (One-shot)[CORREGIDA]

único

Yuri plisetsky un famoso cantante de veintidós años , casado felizmente con  Otabek Altin uno de los mejores empresarios de veintiséis años.

Han pasado varios años en los cuales vivieron felices, el rubio todavía podía recordar de cuando aquel chico le había pedido ser su novio y pareja oficial, cuando le propuso casarnos y ser felices juntos, uno al lado del otro.

O al menos ese se suponía que era el plan; envejecer juntos h amarse hasta el final de sus días.

Entonces,  ¿Cómo terminó todo así? ¿Por qué Otabek lo había dejado tan de repente? ¿No fue lo suficientemente para el? ¿Había hecho algo mal?

Quizás fueron las pocas horas que le dedicaba, quizás no debió ensayar tanto para sus presentaciones y pasar más tiempo con él.

Aunque no quiera, siempre aquellos pensamiento terminan atacándolo, haciéndole sentir culpable, haciéndole llorar hasta sentir que no puede más, era todo tan horrible y desastrozo, ¿por qué todo tuvo que terminar así?

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Hace un mes
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Yuri se encontraba en la cocina de la casa terminando de hacer de comer ya que su esposo regresaría de su viaje de negocios y llegaría en cualquier momento, había dejado todas sus responsabilidades en la agencia para llegar temprano a casa ese día.

Quería sorprender a Otabek.

Ni bien termina escucha que la puerta ha sido abierta y se escucha la voz que tanto había extrañado esos días.

-¡Yuri, estoy en casa!

Casi en automático sus pies se dirigen hacia donde se escucha la voz,  el ruso sale de la cocina y se encuentra a ese perfecto hombre del cual se enamoró hace ya varios años.

-Bienvenido, beka.- saluda en el momento que depositaba un suave beso sobre los labios de su esposo, siendo alejado de este, logrando que la sonrisa que tenía fuera desapareciendo poco a poco.

Otabek lo miraba con una rara mueca en su rostro mientras sus manos no hacían más que sujetar sus hombros para impedir que se acercara más.

-¿Sucede algo?- pregunta desconcertado por su reacción.

-Necesitamos hablar- al notar el todo de voz que su esposo había usado, supo de inmediato que era algo sumamente serio- Quiero el divorcio- sin embargo no esperaba aquellas palabras- He conocido a alguien- es ahí cuando su mundo comienza a fragmentarse hasta derrumbarse por completo.

-¿Q-qué?- se formó un nudo en su garganta impidiéndole hablar.

¿Cómo paso eso? ¿Eso es lo que pasaba cada que salía de viaje? ¿Se veía con esa persona? ¿Desde hace cuánto? No podía evitar que las preguntas que solo lograban destruirlo más aparecieran en su cabeza, fue solo cuestión de segundos.

-Lo que escuchaste, he conocido a alguien- lo volvió a repetir como si no hubiese sido claro ya la primera vez, sin esperar una respuesta comenzó a caminar en dirección a las escaleras que lo llevarían a la habitación que habían compartido durante años, sin embargo, al poner un pie en el primer escalón se detuvo- Hoy no dormiré aquí, iré a un hotel, mañana a primera hora llegará mi abogado con los papeles para que firmes el divorcio.

-¿Eso es...? ¿Eso es lo que quieres?- preguntó con la voz entrecortada, sin despegar sus ojos de aquella mirada achocolatada que tanto adoraba y que lo estaba destrozando.

-Sí- respondió el kazajo con voz dura y firme, sin sentimiento alguno y así siguió el rumbo a la habitación.

Yuri, ya sintiéndose totalmente derrotado cayó de rodillas y las lágrimas no tardaron en recorrer por su rostro, su corazón dolía, el hombre que le prometió estar siempre a su lado le falló, lo desechó como si él no valiera la pena.