| Tᴇᴍᴏʀ ᴀ Dɪᴏs.

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Después de que Tharyad vió esto, no pudo hacer mas que sentir terror, Móstoles se veía invencible.

Tharyad: (Y ahora... ¿qué haremos? Sabíamos que este día llegaría, maldición, maldición...).

Fue entonces cuando Schroeder se levantó a duras penas, y volteó a ver a Móstoles.

Schroeder: No... No dejaré que... Que nos lastimes así, ¡somos tus hermanos!

Schroeder apenas y podía hablar, a lo que Móstoles respondió.

Móstoles: Todos somos hermanos, pero, entonces, ¿por qué actuaron así conmigo? No tienen otra solución mas que perdonar sus pecados, expiarlos de esta manera, lo siento, Schroeder.

Dijo Móstoles, para, de un parpadeo, desaparecer.

Schroeder volteó con solo la cabeza a todas partes, alterado... Entonces, se calmó y cerró sus ojos, colocándose en pose de combate.

Schroeder: (Respira... Respira... Analicemos esto. Tharyad ya no puede pelear, pero puede usar curación, de hecho lo esta haciendo ahora mismo con la cara de Ernhardt, pero no le queda mucha fuerza; Ernhardt ya no puede ni despertar, le tomará mucho tiempo recuperarse y su Thusía ya no sirve pues esta noqueado... Ahora... Solo me queda... Concentrarme).

Schroeder era el único que podía sacar a la Unión de Didaché de este enrollo... Entonces, un pequeño remolino de viento se empezó a formar alrededor de Schroeder, Móstoles apareció detrás de Schroeder.

Schroeder: ¿Sabes lo peligroso que es usar de esa forma tu bendición?

Dijo, para después, sin dudarlo, soltar un puñetazo detrás de el, posicionándose correctamente, aquél golpe Móstoles lo esquivo dando un salto hacia atrás.

Móstoles: Lo sé, pero ahora lo he dominado, no hay quien pueda pararme, mas que Dios, lo sabes, ¿no? 

Schroeder: Si controlas cada partícula pensando en todas y cada una de ellas de manera simultánea de esa manera, destinando sus probabilidades haciendo caer a la rueda del destino a las nulas, ¿cómo piensas que vas a acabar bien? ¡piénsalo bien, Móstoles! 

Móstoles: Oh, querido Dios, guía a este apóstol en el Santo Cielo, no lo hagas caer en la tentación...

Mientras Móstoles decía esto, iba caminando hacia atrás, desapareciendo en el remolino de viento que se hacia cada vez mas potente. Schroeder se puso alerta y dio vueltas en su propio eje, en pose de combate, serio y muy concentrado, no sabía por donde atacaría Móstoles, hasta que...

Móstoles: Amén. 

Escuchó Schroeder desde su oído derecho, solo para darse cuenta que... ¡la mano de Móstoles había atravesado el pecho de Schroeder, de la nada!

Móstoles reía, el remolino de viento seguía con una potencia constante, no se veía nada desde adentro hacia afuera, pero desde afuera, Tharyad puesto en cuatro con la mano en la cara de Ernhardt, pudo ver con preocupación como sangre salía de la boca de Schroeder, como los mismos ojos de su amigo se abrían completamente ante la sorpresa de esta situación, inánime en ese momento.

Schroeder: ¿Cómo...?

Tharyad dió un grito de desesperación, estaba viendo a su amigo... ¿morir?

Móstoles: Si, esa pregunta es buena, ya que, lo que menos imagines que puede pasar, lo que menos probabilidad tenga de pasar, ¡va a pasar, Schroeder, eres ingenuo! 

Dijo Móstoles, riendo... Entonces.

Schroeder: ¿Cómo...?

Móstoles: ¡Jaja! ¡exacto! ¡cómo sucedió! ¿no es gratificante el sonido de la-...?

Schroeder interrumpió a Móstoles tomando su puño, puño que había atravesado su pecho.

Schroeder: ¿Cómo puedes ser... Tan idiota?

Móstoles: ¡¿Qué?!

Schroeder levantó la mirada, y cuando menos lo pensó Móstoles, su brazo estaba siendo destrozado gracias a la fuerza con la que Schroeder tomaba su puño.

Móstoles: ¡Grrra, maldición!

Schroeder se quitó el brazo y puño de Móstoles de su pecho, vió cara a cara a su oponente y se colocó en pose ofensiva abierta, de un pisotón acabó con el remolino de viento, y entonces, se impulsó hacia Móstoles con el puño delante apuntando directamente a su rostro como si de una lanza se tratase. Móstoles colocó una cara aterrorizada, no sabía que hacer y... Recibió el golpe de lleno, un golpe descomunal que lo aventó aproximadamente cien metros lejos de donde la Unión de Didaché estaba. Cayó al suelo con el rostro hecho mierda.

Schroeder se impulsó de un salto hasta donde estaba Móstoles, a no mas de dos metros lejos de aquél individuo cayó al suelo con ambos pies y caminó lentamente hasta el enemigo. Los cara de Schroeder no emitía algún sentimiento, tenía las cejas algo levantadas y su gestura emitía... Nada, ningún sentimiento, asimismo, el contorno de sus ojos era gris y su pupila amarilla.

Schroeder: Entonces... Se acabó, Móstoles.

Cuando Schroeder se acercó al cuerpo de Móstoles y levantó sus ropas, para consiguiente levantarlo a el... Móstoles ya no estaba.

OʀɪɢɪɴᴀʟsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora