Salir del aula numero 7 donde se impartían las clases de 4to año, era una tarea difícil, especialmente a las 12:00 PM, tenías a los estudiantes del aula 6 de enfrente saliendo rápido como caballos en una carrera, chocando con los del aula 5 que salían corriendo como gacelas asustadas luego de ver a una leona acechándolos, sin duda era una estampida lo que allí afuera se encontraba, chocando unos contra otros en los casilleros del pasillo del ala oeste del Instituto Rush Valley y mas hoy, día en el que todos quieren llegar a sus casas y empezar aprovechar al máximo los primeros días de vacaciones.
No es por ser egocéntrico, ni nada por el estilo, pero soy de 4to año, no voy a rebajarme a salir corriendo y encontrarme con todo eso ahí afuera, la gran mayoría de mis compañeros piensan igual, los únicos que no lo hacen son los raritos del salón, aquellos con los que ni siquiera te gustaría presentar un simple dibujo de la clase de arte, aquellos que ni sus nombres recuerdo.
5 minutos, tan solo 5 minutos tomaría dejar de escuchar los golpeteos de los escandalosos 1ero y 2do año, no se ¿Por qué carajos pusieron a 4to año tan cerca de esos ineptos de 1ro y 2do? ¿Por qué nos rebajan de esa manera sabiendo que somos la mejor generación que han tenido en mucho tiempo? Es intolerable tener que salir y encontrarnos con ellos todos los días.
Esos 5 insignificantes minutos parecieron una eternidad, pero cuando la tortuoso escandalo se acabó, me levante y tome mi chaqueta de cuero del espaldar de mi asiento la puse sobre mi hombro derecho y tome mi libreta negra de apuntes, note que, de los 42 estudiantes de 4to año quedábamos unos 18, gire la cabeza a los puestos de alrededor y encontré a Angie, a Christina Andrews, chica alta de piel muy blanca con un cabello castaño claro que se había cortado por solo un poco por debajo de los hombros, Robert River chico alto, un poco más que yo de piel clara y cabello oscuro con lentes cuadrados además de ser un aficionado al ejercicio y Valentina Rhoades chica de baja estatura, quizás mide 1.56 M a lo mucho, muy inteligente, a la par con Angélica, ya que antes de sus 15 años, dominaba a la perfección 2 idiomas, yo apenas estoy dominando el inglés, tiene piel bronceada, ojos levemente achinados de color marrón y la quiero como a una hermana menor.
Faltaba alguien en ese grupo.
-oigan chicos ¿Dónde está Edward?- pregunte mientras intentaba encontrarlo con la vista en algún lugar del aula, como coños pudo salir tan rápido que ni lo viera, por dios santo, se sienta delante de mí y no lo vi.
-se fue corriendo a penas sonó el timbre, al parecer tenia reunión con el equipo de natación hoy y casi se le olvida- dijo cristina mientras se acomodaba la camisa blanca del uniforme la cual se había abierto un poco por tener que aguantar el tamaño de las tetas de mi amiga-odio este uniforme-dio un suspiro luego de lograr poner los botones en donde deben estar.
El uniforme del Instituto Rush Valley, está compuesto por una camisa de vestir blanca y pantalón negro, las chicas con su falda negra, es un poco agobiante utilizarlo, pero fuera de horas de clases nos dejan llevar chaquetas o incluso quitarnos la camisa blanca y llevar una de otro color pero muy pocos hacen esto, a pesar de todo tengo que admitir que se puede a llegar a tener cierto estilo con este uniforme.
-Edward siempre deja todo para último momento-dijo Robert con una expresión de decepción en el rostro.
-oye Robert que acaso-comenzó a decir Valentina- ¿no tenías que buscar a la profesora Rosario para entregarle un trabajo atrasado sobre las plantas?-
Los ojos de Robert se abrieron como dos platos blancos-mierda, si es cierto-dijo antes de salir corriendo del aula, mientras nosotros nos reíamos, al salir me pareció verlo chocar contra algún chico de 1ro, espero no lo haya matado, sinceramente aguantar una tacleada de Robert no debe ser nada fácil.
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Diario de un patán
Teen Fiction¿de que sirve enamorarse? en mi opinión creo que no sirve para nada, si la principal razón por la que se llega a tener el corazón roto, es precisamente enamorarse, gracias dios yo no me enamoro. O eso creía. hasta que llego ella, no se como explicar...