Recordaría ese verano como el más caluroso de toda su vida, él teniendo tanto dinero como para quemarlo sin remordimiento, estaba sentado a orilla de su gran piscina, esta era tan profunda que muchos dicen que era un túnel hacia el mar y a veces sirenas se podían encontrar, su casa enorme rodeada de incontables árboles que alcanzaban más de cien años de existencia, no lo salvan de la temperatura que azotaba su cuerpo.
Suspiro profundo bajo su sombrilla roja como una cereza en la estación actual, se removió en su sitio algo desesperado pues solo faltaba quitarse su short para estar completamente desnudo, pero el calor era tan atroz que esa idea ya le era muy tentadora, a diez segundos de empezar a quitarse su última prenda oyó a su padre; Howard Stark un genio de su generación alto delgado con canas que no ocultaban su edad y con ella la experiencia, severo y aunque un maestro en áreas como la mecánica era un completo imbécil en el ámbito familiar por consecuencia un mal padre.
--- Anthony, que haces aquí a esta hora? ---se oía como siempre al dirigirse a su hijo, irritado--- hoy vienen mis amigos, no quiero verte por aquí con esa ropa ---y sí, para Howard Stark sus antiguos compañeros en la guerra eran sus amigos, aunque este solo estuvo en la seguridad de su país mientras creaba distintas armas para que sus "amigos" usarán, de allí toda su fortuna "el poder lo tiene quien tiene el mazo más grande" siempre le dijo a su hijo.
--- Estaré en mi habitación ---Anthony aunque no seguía las órdenes de su padre al pie de la letra y siempre fuese altanera su forma de responder siempre obedecía... Al margen--- no causaré problemas --- rodó los ojos pues eso era siempre lo que su padre pedía y ya estaba harto de aquello.
--- Hoy es diferente... ---miro hacia la derecha evitando ver aquellos ojos café idénticos a los de él--- ellos quieren conocerte; el menor demostró de inmediato su incomodidad en el asunto, se iba a negar hasta que su padre siguió--- Rogers vendrá.
El Capitán América, Steve Grant Rogers, aquel chico de Brooklyn a quien alteraron genéticamente por un suero creado por Howard y _______ para crear super soldados que ayudarán en la guerra, pero las cosas salieron un poco muy mal y al final él fue el único supersoldado que ayudó en la Guerra y que hizo la diferencia en el campo de batalla; era un héroe, no, un superhéroe, y Anthony, oh el pequeño Anthony que ya contaba con dieciocho años de edad admiraba más allá de los límites de lo humano.
Era mediodía y Anthony Edward Stark se encontraba en la sala de su mansión en un traje formal negro, que Jarvis había elegido, Anthony hubiese jurado que su mayordomo había elegido el atuendo más caluroso posible solo para molestarlo un poco, una pequeña broma tal vez?
Los invitados empezaron a llegar todos con distintos trajes formales igual de calurosos que el suyo, en vez de hacerle sentir normal le hizo sentir más calor como una manifestación de empatía que muy pocas veces el millonario tenía; otros contaban con su uniforme formal militar uno de ellos conocido por Anthony, James Buchanas Barnes, el mejor amigo de el Capitán América era alguien igual de admirable pero para aquel niño caprichoso no era el Capitán América y no era importante.
Siguió esperando al Capitán en un lugar estratégico de aquella sala enorme que podía abarcar hasta doscientas personas en su interior cuyas paredes estaban abarrotadas de cuadros tan caros como podía conseguir a la venta "los que más quiero son propiedad de un museo" oyó mencionar a su madre un dia cuando esta hablaba con su mejor amiga acerca de esta enorme sala, eso le hizo dar cuenta de que las personas como él solo quieren lo inalcanzable, su padre quiere todo el poder, su madre algunos cuadros famosos, y él a Steve Rogers.
Después de media hora esperando en aquel infierno lo vio, más magnífico de lo que alguna vez imaginó, su cabello seguía dorado aunque tuviese la misma edad de su padre, no tenía arrugas ni líneas de expresión a excepción de aquel ceño fruncido que mantenía siempre aunque si sonriera un poco él se borraria de inmediato, Anthony solo se limitó a suspirar desde su sitio pensando en como rayos acercarse a semejante ser humano; ignorando por completo a aquella mujer que él tanto amaba, la tía Peggy, Margaret Carter una mujer hermosa y sencilla que hipnotizaba a muchos, pero con la facilidad que los conquistaba era con la que los rechazaba esta fue un gran ejemplo a seguir de Tony pues era su madrina y se la pasaba con el dandole el amor que sus padres nunca le otorgaron, esta hermosa dama era quien antes de dormir todas las noches le contaba las aventuras del gran Capitán America y que Anthony oía tan impresionado que a ella le estrujaba el corazón.
