¡¿Una chica?! |Hinata x Kageyama| (KageHina)

Capitulo 4- Un aliado.

Los dos "chicos" se encontraban a oscuras en el cuarto de almacenamiento, solo había un silencio sepulcral de parte de ambos. Hinata ahora mismo se encontraba demasiado nervioso, puesto que luego de explicarle su situación a Kageyama, este solo atinó a quedarse en silencio, dejando con miles de preguntas al pelinaranja ¿Qué le iba a decir? ¿Iba a tratarlo diferente y con rechazo? ¿No iba a poder jugar más al voley? Los ojos de Shouyou comenzaron a cristalizarse por las lágrimas y estaba a punto de llorar a moco tendido hasta que escucho la voz que tanto estaba esperando.

"Y-Yo, es difícil de asimilar, pero sigues siendo el mismo, misma resistencia física, misma movilidad, misma capacidad de salto...no creo que sea un obstáculo para seguir jugando."Hinata soltó un fuerte suspiro y Kageyama siguió hablando." El único problema sigue siendo que te descubran y creo que la única solución a eso es seguir ocultándolo y...voy a ayudarte a encontrar la cura a...bueno a e-eso." El pelinegro llevo su mirada a su mano en la oscuridad, y que por más que no pudiese verla, podía sentir en esta aún el tacto suave y cálido en el pecho de Hinata y esto logró que un escalofrío recorriera por toda su columna vertebral y logrando que se sonroje, ¿En qué estaba pensando?

"Y-Yo, gracias Kageyama." Hinata empezó a soltar lágrimas, esta vez de felicidad, por poder contar con alguien a parte de él mismo en este problema." Definitivamente voy a encontrar la cura a esto." Tobio escucho como el pelinaranja sorbía sus mocos y supo ahí que estaba llorando e instintivamente lo abrazó para que se apoye en su pecho, cosa que sorprendió a ambos.

"¿Kageyama-kun?" Hinata ni bien pronunció su nombre volvió a provocarle escalofríos al pelinegro logrando que lo separara de él rápidamente y con nerviosismo.

"¡Hinata boke!" El ojiazul golpeó en la oscuridad la cabeza de Hinata con menos fuerza que la usual, pero aún así fuertemente.

"¡¿Que cojones Kageyama, por qué me golpeas?!" Ambos "chicos" empezaron a golpearse entre sí a modo de juego, sin darse cuenta que seguían pasando los segundos y minutos en ese lugar a oscuras, demasiado juntos y con una tensión inexplicable, al reaccionar ambos eso dejaron de golpearse y volvieron a quedarse callados levemente agitados por la "pelea" de recién.

Kageyama había dejado de jadear luego de unos segundos pero Hinata no, cosa que en medio del silencio podía escuchar aquellos jadeos que sin explicación alguna estaban poniendo raros al pelinegro y no sabía que hacer.

"Y-Yo, ¡Tenemos que salir de aquí!" Kageyama se levantó con torpeza y algo apurado y se dirigió a la puerta intentando abrirla, un intento inútil, cabe decir.

"Yo te ayudo Kageyama-kun" Shouyou se levanto algo asustadizo por la oscuridad y sin ver mucho se acercó a leves pasos hasta chocar con algo duro pero cálido, la espalda de Kageyama. El ojimarrón se aferró un poco más a kegayama haciendo que el pelinegro no aguantara más y se diera media vuelta alarmado.

"¡N-No me toques!" Algo asustado Hinata comenzó a retroceder y logrando que con una pelota ubicada en el suelo se tropezara para luego así caer, preocupando a Kageyama." ¿H-Hinata estas bien?"

"E-Eso creo..." El "chico" sobó su cabeza aún en el suelo y sin poder pronunciar una palabra más sintió un peso encima de él." ¿K-Kageyama, qué haces?"

Aunque no podía ver nada en la oscuridad, podía sentir la figura de Kageyama acercándose cada vez más a su rostro, poniendo nervioso al pelinaranja.

"Hinata, sé que dije que te iba a ayudar, pero por el amor de Dios idiota, ¿Puedes entender que ahora eres una chica encerrada a oscuras con un hombre?" Hinata trago saliva con fuerza y algo asustado y tímido asintió por más que Kageyama no lo vea.

"Y-Yo, lo siento." El pelinegro se separó de Hinata luego de unos segundos y quedaron ambos tirados en el suelo.

Otro silencio incómodo volvió a aparecer, ambos estaban con muchas preguntas en su cabeza y no sabe que hacer. Hinata por su parte sentía su corazón latir a mil por hora y su cara ardiendo ¿Qué le estaba pasando? Mientras que Kageyama maldecía en su cabeza millones de insultos en japonés 'Genial, ahora Hinata debe pensar que soy un maldito pervertido y que le hago esto a todas las chicas, maldita sea Kageyama escupido ¿Que me está pasando?'
Los grillos empezaron a sonar de fondo, mientras que el viento soplaba haciendo que las hojas hicieran su respectivo sonido, era una noche tranquila y el silencio del gimnasio y del almacén calmaba a estos dos "chicos" logrando que sus ojos se cerrasen poco a poco y cayendo en un sueño profundo luego de un día agitado.