La Historia de un Retrato (Johnny Seo - One Shot)

Primera Parte

Se dice que los dibujos hacen conectar a las personas, claro si es que la otra persona le gustaba el dibujo que estaba viendo frente suyo. Además que... Cada dibujo tiene una historia, uno más rara que otras, otras más románticas que otras y así sucesivamente.

Pero no solo las pinturas y los dibujos nos conectan, también nos conectan las fotos, las palabras y las canciones. Porque una foto te puede hacer suspirar, te hacen tener sentimientos encontrados, buenos o malos. El dedicar unas palabras de un libro también y más si esas palabras te hacen sentir mejor o peor, o te hacen recordar algo que no quisiste recordar. Pero él dedicar o que te dediquen una canción... Es un nivel más avanzado, es algo más fuerte y es difícil de superar.

Pero... No vinimos hablar de eso el día de hoy, vinimos hablar... De como un retrato te puede conectar con alguien.

No voy a empezar con lo clásico.

Su nombre es Johnny, un chico lindo y alto, agradable y muy, pero muy lindo...creo que ya lo había dicho. Él todos los días viene a la cafetería donde yo trabajo, siempre pide lo mismo y siempre se sienta en una mesa cerca a la ventana. Johnny todas las semanas lee un libro o a veces está en su laptop o teléfono. A veces viene acompañado, con unos amigos o una chica linda, cuyo nombre no me importa. Siempre sonríe, pero a veces esa sonrisa no llega a sus ojos, me e dado cuenta de ello.

A veces, en mis tiempos libres, lo veo detenidamente e intento guardar cada cosa de él en mi mente, para así poder dibujarlo de a poco en las servilletas de la cafetería o en mi diario. Aunque siempre lo dibujo en las noches antes de dormir.

Pero hubo un día en el que había dejado una de las servilletas en el mostrador, se me había olvidado quitarla de ahí cuando me pidieron poder hacer el café de un cliente. Para cuando regrese al lugar, la servilleta se había ido, al principio pensé que lo había puesto en uno de mis bolsillos del pantalón, que luego la buscaría entre este y la pondría en mi diario. Me había dado cuenta minutos después que no estaba ahí.

Había buscado por todos lados en mi hora de descanso, hasta que me di cuenta de quien era el chico que lo tenía en sus manos, era nada más y nada menos que Johnny, él la tenía entre sus manos antes de irse de la cafetería, junto con él nuevo libro de esa semana. Nunca pensé el como algo como un dibujo hacia alguien que me gusta, me daría mucho nervios y miedo a la vez.

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Para el día siguiente, mi turno era en la tarde, había cambiado de turno con una amiga, ya que esa mañana tenia que llevar a mi perro al veterinario, como era cachorro aun, le tocaba una de esas inyecciones ante alguna enfermedad. Así que ese día no pude verlo y no sabía si le gustaba o no, aunque pensándolo bien, me daba vergüenza el poder verlo.

– Oye... Sabes el chico alto que te gusta, el de nombre extranjero, Johnny – Sunhee dico acercandose a mi, haciendo que me aleje de mis pensamientos – Pregunto por ti esta mañana, pero le dije que hoy te tocaba en la tarde

Me sorprendí mucho al escuchar aquello – Qué? En serio pregunto por mi? – No podía creer aquello, estaba sorprendida.

Ella asiente con la cabeza – Quería saber sobre un dibujo de él en una servilleta, al parecer le gustó mucho – Ella sonríe algo divertida – De seguro viene más tarde

Y yo esperaba que no...

Se que es tonto el que no quiera que eso pase, pero es algo vergonzoso el que un dibujo que tu hayas hecho de tu crush, este lo haya visto y le haya gustado. Es vergonzoso, demasiado vergonzoso, solo quería que la tierra me tragara o desaparecer del todo.

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Cuando termine mi turno, fui a los casilleros para poder cambiarme e irme a mi casa. No tenía planes para la noche de hoy, las clases se habían acabado y estaba de vacaciones, así que podía tener mi maraton de algún drama o de alguna serie. Pero... Toda idea se fue lejos cuando mi amiga me dijo que alguien me esperaba.

Esperaba que no fuera aquel chico, pero todo mi ser me decía que si era él. Cosa que fue confirmada con el chico parado frente a las fotos que estaban a un lado del mostrador. Podía escuchar mi corazón retumbar en mis oídos y lo mas seguro era que él también los escuchaba o eso creía yo.

– Disculpe... – Dije saliendo del mostrador y acercándome a él.

Él al escuchar su voz, desvío su mirada de las fotos y algunos que otros dibujos. Al verme sonrío, haciendo que esa sonrisa llegara en sus ojos. “Su sonrisa es lo más hermoso que he visto” pensé al verlo sonreír. Siempre lo e visto sonreír a otras personas, pero tenerlo de cerca... Es lo mejor que e visto.

– Hey! Tu... Tu eres la chica que hizo este dibujo mío, verdad? – Dijo con algo de nerviosismo.

Se le notaba nervioso y eso me pareció muy tierno.

– Sí, lo hice yo – Esta vez fui yo quien le sonríe.

– Me gusto mucho el dibujo, en verdad que eres muy buena... Te gustaría salir? – Esto último lo tomo por sorpresa, bueno a ambos – Claro... Entiendo si no quieres a penas nos estamos conociendo

– Me parece bien Johnny – Dije con una sonrisa en mis labios. Cuando se pone nervioso es muy tierno.

– Cómo sabes mi nombre? – Dice él confundido.

– Serás porque siempre vienes acá y anoto tu nombre en los vasos de café? – Al ver su expresión, me rió un poco.

Creo que para ambos se nos fue los nervios – Dios! Cierto! A veces eso se me olvida – Esta vez ambos nos reímos.

Estuvimos un rato sin hablar, los nervios volvieron, haciendo que nos quedemos mudos sin saber que decir respecto a la salida. Para mí... Era mi primera cita con alguien, nunca e tenido una pareja y con eso va de que nunca e tenido una cita.

– Te gustaría ir a comer pizza? Aun no e cenado, digamos que acabo de salir de mi trabajo de medio tiempo – Dice él dejando aquel silencio incómodo de lado

– Me parece bien, yo tampoco e cenado, además así podemos conocernos – Lo miro a los ojos.

Fue ahí cuando me di cuenta de lo alto que es él, yo en comparación era una chica muy pequeña, pero esto se notaba aún más a su lado. Pero aún así era apuesto.

– Perfecto, conozco un lugar que de seguro te va a encantar, a mi me gusta mucho, a veces voy con mis amigos para ese lugar – Dice él con emoción en su voz.

Ambos empezamos a caminar, mientras empezábamos hablar, hacíamos preguntas de todo tipo, aunque apenas estamos empezando.

𝒀 𝒆𝒔 𝒂𝒒𝒖𝒊́ 𝒅𝒐𝒏𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒉𝒊𝒔𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂 𝒆𝒎𝒑𝒊𝒆𝒛𝒂 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒆 𝒏𝒐𝒔𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒅𝒐𝒔.