❝ Incluso si esto es efímero, siempre te amaré.❞
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" Podía verte incluso si nadie más lo hacia, habías llegado a mi lado como una alerta de esperanza. Tranquilo. Niño de la Luna. Prometo protegerte entre mis brazos esta noche y amarte...
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❝Somos el principio de una historia que no pretende terminar❞
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En una noche común y en un ambiente templado, se encontraba Taehyung. El alcohol corría libremente por sus vasos sanguíneos, haciendo que sus acciones se vieran torpes a los ojos de las personas que caminaban casualmente por ahí.
Pero él no iba solo como todos creían.
—Eso te pasa por desobedecerme, Taehyung.
El chico solo sostuvo su cabeza con firmeza cuando el dolor se trasladó hacia ese lugar, bufando cuando la advertencia llegó hasta sus oídos.
—No es el fin del mundo Jeongguk, deberías ser más "casual" y no un amargado conmigo.
Escuchó un adorable gruñido y sonrió con sorna, molestar al que era su guardián le parecía un pasatiempo muy divertido.
Su vecina favorita abrió la puerta principal. Con su bastón desgastado y sin lentes para la visión, trató de agacharse para revisar sus plantas.
—¡Oh! ¡Señora Ana!
La mujer ya anciana le miró perdida para luego sonreír, mostrando su escasa dentadura.
—Pero miren a quién tenemos aquí. Nada más y nada menos que al jovencito Taehyung, cuénteme, ¿cómo le va?
—Pues nada bien, Señora Ana, verá, me siento más vigilado que nunca últimamente.
Sintió un golpe en su brazo que disimuló con una risa.
—Ya veo, ¿su madre le protege demasiado?
— Mh si, algo así — respondió pensativo, comparando los regaños de Jeongguk y su progenitora.
—Que mal, ¡dígale que no sea tan amargada!
Sus ojos se dirigieron a Jeongguk, se veía precioso esa noche, incluso con su ceño fruncido intentando parecer intimidante.
—Claro, yo le informo.
La viejecilla siguió con la mirada el rostro de Taehyung, confundida al no ver nada más que sus arbustos reflejados en su iris.
—¿Qué mira, joven?
—Nada Señora Ana, nada.
Con un asentimiento se despidió de la fémina y retomó el camino hasta su casa.
—Cuando llegues no quiero ni presenciar el regaño de tu madre, te hará trizas.
—Cuento contigo para que me cures el día siguiente, bonito — pasó su brazo alrededor de Jeongguk, para acercarle más.
Jeongguk se acurrucó en él, dispuesto a encontrar ese calor que lamentablemente, su cuerpo no poseía.
—Si claro, como si no supieses que soy un Ser de Luz.
Por qué sí, Jeongguk solo existía ante sus ojos, un ángel guardián que llegó para mejorar la vida de mierda que tenía.
Y una vez completada su misión, se iría para siempre de su lado.
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Perdón por este preludio tan básico, prometo seguir mejorando ㅠㅠ
Si han llegado hasta aquí, muchísimas gracias por leer el prólogo de esta pequeña y simpática historia, prometo no defraudarles ♥
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Me despido con este TaeHyung tan bonito ฅ'ω'ฅ, ¡hasta la próxima!
