El milagro

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— Rosa ¿Por qué? — Lucero la acomodó en sus piernas, no había nada más que hacer por ella.

— Con Manuel íbamos a casarnos, pero de un momento a otro cambio, era como otra persona... ahora entiendo porque... lo vengue, en el más allá estará orgulloso de mí... iré con él... por fin estaremos juntos para siempre —  centró su mirada en su amiga —  no debes morir... escuche al Rey al hablar con sus hombres de confianza, podría haberse quedado en la retaguardia, pero quería estar aquí para ti, prefirió rescatarte que atacar el palacio, tú eres su prioridad. Oí que ordenó a sus guardaespaldas que si se daba el caso que tú y él estuvieran en peligro, que te salvaran a ti... él te ama... estoy segura... cuídate, vales mucho — la pelirroja murió tranquila.

Al ver como estaban las cosas, los humanos que quedaron decidieron ir al Palacio, a tratar de tomar la nave e irse a la Tierra, ya que las tropas del castillo venían a atacar al Rey para matarlo y hacerse con el poder.

Lucero, con la ropa manchada de la sangre de su amiga, estaba al lado del soberano para curar su herida, pero al ver que pasaba se levantó, y gritó a todo lo que daba su voz.

— Si ustedes no quieren seguir luchando, entonces lo haré sola, extraterrestre, demonio, me da igual cómo le digan ustedes — apuntó al monarca — es el único ser en el universo que me ha tratado con algo de dignidad, ni mi padre ni mi hermano se preocuparon por mí como él, vayan y prepararse para el ataque a la Tierra si él pierde, a ver si los del planeta harán algo. Lo más seguro los gobernantes pactarán para recibir lo que dejen los amos que invadan nuestro mundo... son todos unos cobardes, yo iba a morir tirándome de un edificio pensando que no servía para nada, ahora entiendo que lo mejor que puedo hacer es dar mi vida por salvar a mi mundo y a quienes viven allí —  escupió al piso — huyan cobardes, metan sus cabezas bajo la cama. Me saludan a nunca vuelvan — tomó un arma y se puso al frente de las fuerzas del gobernante, dispuesta a vender cara su vida y la de su amado. 

De a poco todos los humanos se mezclaron con las fuerzas reales que vestían de plateado, esperando que las puertas cediera ya que los rebeldes de ropa dorado llegaron e intentaban entrar, uno de los grises que estaba al lado de la mujer, le soltó el seguro del arma, ella avergonzada siguió mirando la entrada.

— Tienes razón, detendremos esto aquí y ahora, o moriremos en el intento — dijo el humano a su lado.

— Al ataque, por Rosa — gritó Lucero cuando entraron los renegados, y comenzó a disparar en la primera línea de fuego.

Por suerte la batalla fue rápida y terminó a favor de las fuerzas combinadas, que por fortuna no tuvieron muchas bajas.

A las horas se daba el aviso desde el castillo, las fuerzas del soberano ganaron, los humanos serían liberados y los que quisieran irían a la Tierra, los que se quisieran quedar, serían tratados como iguales, no como esclavos, cuando termino la transmisión, Lucero besó al Rey y lo abrazó, feliz.

— Te dije que no estamos hechos para amar — explicó el monarca a la morena — pero creo que contigo he aprendido, siento algo tan fuerte por ti, que si tengo que morir por protegerte lo haría sin titubearlo — ambos se abrazaron — te amo — fue lo último que ella escuchó antes que se desmayará.

Cuando despertó estaba en una cama, en la habitación del gobernante, rodeada de los líderes humanos y algunos extraterrestres, entre ellos el monarca, todos con expresiones diferentes, algunos asombrados, otros preocupados, el gobernante estaba entre nervioso y contento, ella ya podría identificar como se sentía con solo mirarlo.

— Tranquilos, solo fue por las emociones que tuve, estaré bien, todavía puedo quedarme un par de años antes de que el ambiente me afecte — trato de levantarse.

— Quédate acostaba, debes descansar mucho en tu estado, él crece más rápido de lo normal entre ustedes — dijo el Rey nervioso.

— ¿Crece? Quieres decir que tengo alguna enfermedad — preguntó preocupada tocándose el vientre, que estaba algo hinchado.

— Estás embarazada — le dijo tomándole la mano.

Apenas escucho eso, de nuevo la mujer se desmayó.

— Y ella es la que arengo a todos a la lucha... la guerrera invencible — muchos rieron.

Cuando volvió a despertar, Lucero estaba con recuerdos vagos de lo que escuchó.

— Soñé que me decías...

— No lo soñaste.

— Pero me dijiste que eso era imposible.

— Los médicos están investigando, hay algo nuevo en tu ADN, único, es lo que buscamos por tantos milenios.

A los cuatro meses nació la pequeña, tenía mucho de los grises, pero sus ojos eran más pequeños, y sus rasgos más humanos, también tenía algo de cabello oscuro en su cabeza.

— Si le pasa algo a mi hija — amenazó el Rey al médico encargado de los procedimientos para tomar muestras a la niña.

— Seré lo más cuidadoso posible Señor, es nuestra princesa.

Con su sangre y la de la madre los investigadores estaban seguros que podrían lograr muy pronto un híbrido gris-humano, y que el resultado serían hembras que podrían reproducirse.

EL GRIS TERMINO EL RELATO.

— ¿Por qué volvió ella? — preguntó el psicólogo.

— Ya no podría quedarse en mi planeta, sino moriría. Todos los sobrevivientes tuvieron que volver. Les borramos la memoria, sino se imagina como los hubieran tratado en la Tierra si hubieran contado esto, pero ahora queremos que empiecen a volver para establecer una alianza entre ambas razas. Ya no morirán en nuestro ambiente.

— ¿Y qué quiere que haga yo?

— Que la ayudes a recordar lo que pasó, quiero que vuelva pronto con nosotros, pero la mente de ustedes es muy extraña para mi gente. Temía causarle un daño si la traía y le contaba todo esto, luego haré que los demás vayan con usted para lo mismo.

— ¿Y cree que ella me crea? — el ser le pasó un relicario, era igual al que siempre llevaba la mujer, el Rey dijo mi rosita, entonces se abrió, vieron una imagen holográfica de Lucero con un bebé en brazos, recuerdo del primer mes de vida de mi tesoro, mi bella flor, Rosita, era la voz de la morena.

— Si ella abre el suyo verá lo mismo, debe decir mi rosita, es la clave. Ahora tenemos listo un dispositivo que podrá mantener a los humanos en nuestro ambiente sin causarles daño. Quiero que vuelva mi estrella, mi Lucero... la hecho tanto de menos —  luego miró fijamente al humano — lamento haberlo metido en este problema.

— ¿Problema? — que puede pasarme ahora se preguntó el humano, preocupado.

— Todavía hay gente de otras razas que no quiere que nos aliemos con ustedes, e intentarán acabar con mis planes, Lucero siempre ha estado cuidada por varios agentes. Así como lo estará usted desde ahora.

Le mostró la imagen de una joven preciosa, rubia, de ojos rasgados, exóticos, y una sonrisa que dejo sin habla al psicólogo.

— Desde ahora ella cuidará de usted, es una aliada, ustedes los conocen como nórdicos.

— ¿Pero cómo...?

— Tranquilo, pronto la conocerá.

Entonces despertó, el hombre estaba en su cama, ya estaba amaneciendo, pensó que todo había sido un sueño, producto de su ansiedad, pero cuando se movió sintió algo en su mano y vio que tenía el relicario, al abrirlo con la contraseña vocal, vio la imagen de Lucero y la bebé, y se escuchó la voz.

— Diablos, todo es real.

Se metió a la ducha para despejarse, ya cuando estaba tomando desayuno, tocaron insistentemente el timbre, cuando abrió quedó con la boca abierta, allí estaba la mujer rubia, la agente nórdica.

— Desde ahora estaremos juntos — le dijo y pasó caminando muy sensual al interior de la casa.

El doctor se perdió en sus pensamientos, deseando que su guardaespaldas no tuviera pareja.

FIN

¿Qué me pasó?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora