La niña sigue gritando mientras mira en la dirección del cadáver de su hermana. Corro hacia el auto con ella en mis brazos. Es increíble como mis manos se han acostumbraron a matar. No tiemblan ni un poco. Mi convicción las mantiene firmes.
Enciendo el motor. Ahora vamos en dirección al refugio. La miro a ella. Es muy joven. Demasiado joven. No muy linda. Espero que el cielo pueda perdóname. Intento callarla con todo el cuidado posible, pero sus lágrimas siguen mojando sus mejillas. Pobrecita. No es su culpa. Le digo que le daré fruta, fruta de verdad si se comporta bien. Ese truco funcionó conmigo hace mucho tiempo atrás, ese truco me consiguió este trabajo, los protectores del futuro, Los Pioneros. Ella me pregunta porqué maté a su hermana. Me entristece que haya tenido que ver lo que he hecho. Es por tu propia protección, le miento. Ella es probablemente una de las ultimas niñas sin vacuna. Esas perras del Aquelarre han eliminado la posibilidad de ser madres en todo el mundo. Han matado a mujeres embarazadas, y vacunado niñas hasta que sus óvulos se pudren. Han pasado más de 15 años desde que comenzaron. Tengo que esconder a esta niña hasta que ella aprenda a protegerse a sí misma. La llevaré al líder.
Por el espejo retrovisor veo 3 motocicletas siguiéndome a toda velocidad. Prepárate, pequeña, le digo. Ella mira hacia atrás y me pregunta qué está pasando, me dice que quiere irse a casa. Mientras invento una excusa, intento perder a las motoristas. Si el líder se entera lo descuidado que fui mientras salvaba a la niña, los más probable es que me castiguen.
Ella sigue gritando que quiere irse a casa, y tras decirlo, el vidrio de su ventada es quebrado. Muevo el auto para hacer que el motorista caiga, y lo consigo, pero ella se toma de la ventana y entra al vehículo con gran agilidad. Estúpida Aquelarre, y sus minions engreídos.
Detén el auto, ella me ordena con su voz de miel a través de su casco. Obedezco. La conozco. Me estaciono rodeado por las otras dos motoristas.
Nos mantenemos en silencio. Escucho la respiración suave de la niña, que intenta con gran esfuerzo mantenerse calmada. Parece que es astuta ¿Será así como ella respira mientras duerme? Suena tan suavecito. Quiero disfrutar mis últimos minutos de vida. Veo los ojos de la mujer a través del vidrio del casco. Pienso en lo mucho que lamento haberla puesto en esta situación. Escucho el sonido de la chaqueta de cuero moverse, y luego el sonido de la pistola preparándose justo tras de mi cabeza. No lo hagas en frente de ella, le ruego. Las otras me están mirando, contesta. Lo siento, suspira. Sé libre le digo a la niña. Ahora la pequeña se ve más hermosa que nunca. Espero que el sonido del disparo no haya sobrepasado el volumen de mi voz, cuando miré a la chiquilla. Sus ojos bien abiertos. Su vida llena de esperanza. Todavía queda un largo camino, pequeña.
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Nuevo cielo
Short StoryPara algunos, que ella sea capaz de dar a luz, es una amenaza, para otros, es la promesa de una nueva humanidad.