¿Un sueño?

51 5 4
                                    

A través de unas montañas se podía ver a una familia caminar, un hombre de cabello claro, una mujer de cabello oscuro, y su hijo, de cabello ondulado. El niño estaba corriendo feliz, cortando varias flores, que le extendía a sus padres a cada segundo, su madre las guardaba en una bolsa sin nada de cuidado, destruyéndolas, y su padre, las tiraba sin más por el camino.

"Ya para con tus tonterías", y con esa frase se vió forzado a dejar las flores.

La mujer tenía una canasta, llena de comida y una que otra cosa más.

«¿Un picnic?»

Claro, claro, eso, todos iban directo hacia una montaña, "algo rara", estaba pensando el niño. Subieron a la cima sin mucho problema, extendieron una manta y empezaron a comer.

Cada vez que el niño intentaba dejar su plato para ir a jugar su padre lo tomaba y lo tiraba con fuerza de su camisa, dejándolo con agresividad en su puesto, a la tercera vez, el niño ya no intentó hacerlo, se quedó viendo su plato, su pan, ya sin apetito.

Luego de un rato, le dió sueño y se acostó a dormir, como cualquier niño haría después de caminar por tanto tiempo.

Se sentía bien, dormir, muy bien.

Hasta que empezó a tener frío, mucho, y empezó a escuchar ruido, demasiado.

Se levantó algo enojado por la interrupción a su siesta, talló sus ojos y miró hacia arriba, mirando un cielo estrellado, sintiendo las gotas sobre su rostro.

Espera, ¿Qué?

«¿Dónde...?»
"¿Dónde estoy?"

«¿Qué está...?»
"¿Qué está pasando?"

«¿Mamá...?»
"¿Papá?"

El niño empezó a llorar, sin saber que hacer, muy asustado, escuchaba muchas cosas, ¿Mounstros? ¿Los mounstros de debajo de su cama?, miró alrededor, la canasta, tenía comida y varias cosas más, materiales de supervivencia, la tomó y corrió hacia un hoyo en la montaña. Bajó rápidamente por el al escuchar un gruñido, llegó a lo que parecía ser una pequeña cueva con algunos huecos por los que pasaba la luz.

Creó una cama con lo que había en la canasta, entre eso, tomó la manta y la extendió sobre él para calentarse, la abrazo con cada vez más fuerza mientras seguía con sus sollozos, que empeoraron al escuchar un fuerte trueno.

«¿Qué está pasando?»

Se empezó a vislumbrar una gran luz blanca y, de repente...

Se levantó exaltado y con lágrimas en su rostro, jadeante y muy confundido, ¿Qué fue eso? ¿Era su imaginación?

«¿Qué? No, eso no pasó»

«Fue un sueño, un sueño, sólo eso», repetía en su mente tratando de entender algo de lo que acababa de ver en su cabeza.

«Un sueño, un maldito sueño, sólo eso»

- ¡Sólo una maldita pesadilla! -gritó ya desesperado mientras se sentaba de golpe, asustando a Peter.- Una pesadilla, una pesadilla -seguía repitiendo ahora en voz alta, mientras movía su cabeza hacía adelante y atrás.

«Nadie me quería, nadie me quería, nadie...»

Manuel, que no se encontraba muy lejos se acercó a la cama y se estiró para lamerle la mano a Gabe, al sentir su lengua, por reflejo, levanto su mano con fuerza golpeando la cara de su amigo.

- ¿Eh? -lo miró.- No-no, lo siento, pe-perdón -dijo intentando aproximarse a él, pero sólo vió como su cerdo salía corriendo.

«Ya nadie me quiere, nadie me quiere, nadie me... ¡Quiere!»

Manoteó con fuerza, lo cuál hizo que tuviera una idea, «ya lo olvidé una vez, puedo volverlo a hacer, sí, sí». Se levantó temblando y empezó a golpear su cabeza con todo lo que encontraba, hasta detenerse en la pared.

- ¡Fue una pesadilla! ¡Eso fue, maldita sea! -siguió gritando, sin parar de golpearse contra la pared. Se giró y continuó los golpes en su nuca pero con menos fuerza.- ¡Vamos, olvídalo! ¡Olvida esa, esa...! -empezó a caer apoyado en la pared.- Esa pesadilla. -terminó mientras se acurrucaba en posición fetal, llorando en sus rodillas.

«Nunca nadie me querría, nadie me querrá, nadie me quiere, sólo quisiera que alguien me quisiera...»

Se quedó ahí, frente a la pared, dejando ver varias manchas de sangre que habían quedado en ella. Y siguió allí, con ese pensamiento rondando por horas, hasta que la fatiga lo hizo caer dormido.

Con un poco de suerte al día siguiente ya no recordaría nada.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
«Ja,
ojalá la suerte sí me quisiera»

⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

Las Crónicas de MinceraftDonde viven las historias. Descúbrelo ahora