Lluvia || Tsukiyomi Ikuto

58 3 1
                                    

— Ah~ — Suspira— Eres un idiota ¿Lo sabes?

(Nombre) observaba a su pareja quien estaba postrado en su cama, enfermo.
Si, seguro. Era un simple resfriado e Ikuto iba a estar mejor en cualquier momento.
Pero aquella pelirroja tenía una poderosa necesidad de estar cuidándole, ya que Tsukiyomi siempre estaba atento a cualquier cosa que la necesitara y de alguna forma la chica no sabía cómo devolverle los favores, sin embargo, Ikuto tenía la costumbre de enfermar en los peores momentos y eso estresaba a la pobre muchacha.
Aquella pelirroja soltó un suspiro molesta mientras cruzaba los brazos.

El enfermo soltó un estornudo y continuó quejándose hasta que se dio cuenta de la molestia de su novia. Comenzó a toser lo cual entre sus atracones comenzó a hablar.

— No me mires así, no es mi culpa ser de huesos débiles.— Reprochó el violinista con una mirada triste.

— ¿¡Quién te manda a quedar atrapado bajo la lluvia!?— Escupió (Nombre) — ¡Pudiste haberte quedado en la universidad pero en vez de eso tuviste la brillante idea de ir corriendo a tu departamento!

El chico estornudo y alterado respondió.

— ¡Ya te lo expliqué, (Nombre)! — Replicó Ikuto entre su tos y estornudos. —Me quedé tarde con el pianista practicando el dueto, me descuide un rato y el pianista se fue. Y justo cuando estoy a muchas calles lejos de la universidad comenzó a llover...

La chica miró incrédula a su novio y simplemente quería darle un golpe en la cabeza por lo tonto que podía ser aunque fuera bastante inteligente. El departamento de la chica estaba a tan solo 2 calles de la universidad de Tsukiyomi, eso hacía aumentar más la molestia.

—¡Pudiste haberme llamado para dejarte entrar a mi casa y esperar a que pase la lluvia o quedarte, grandísimo tonto! — Gritó (Nombre) bastante molesta por la respuesta de su novio.

Entre tos el chico quería responder.

— ¡Comencé a entrar en pánico y preferí correr! — Exclamó entre tos.— ¡Perdón por ser así!

Dijo el violinista defendiéndose aunque era imposible defenderse de una estudiante de las leyes de Japon enojada. La mencionada soltó un gruñido con rabia y le miró con una flama de ira que crecía cada vez más en los ojos azules de la chica.
Tsukiyomi se reincorporó en el colchón y se enfocó en ella, a pesar que sentía que en cualquier tiempo ella lo golpearía como acostumbraba hacerlo cuando estaba enojada con él.

— Si tanto te molesta ¿por qué viniste a cuidar de mí? — Dijo con duda mientras estornudaba.

(Nombre) desvió la mirada con un ligero, muy ligero tono rosado en sus mejillas. La mirada de la roja se suavizó un poco.

— P-Porque no podía dejarte en este estado y ya.— Respondió nerviosa.— y porque Tadase casi... Me obligó.

Ikuto sonrió de manera pícara. Aun estando con fiebre y tos, le era muy fácil leer a su amada (Nombre).

— ¿Con qué Tadase te obligó eh? — Dijo burlándose, poniendo más nerviosa a la chica. — El rubor en tus mejillas me dice otra cosa.

Un chillido salió de la chica y le lanzó una almohada a la cara de su novio. Está resopló molesta y con un ya muy visible rubor en el rostro, exclamó. — ¡No estoy sonrojada! Es tu maldito resfriado.—

— Estás mintiendo — Canturreó el mayor — Haz venido solamente porque te preocupas por mí.

A este punto (Nombre) estaba demasiado roja como su propios mechones desordenados al venir a primera hora de la mañana. Su novio sonreía triunfante.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 20, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Sueño contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora