Perdon || Todoroki Shōto

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La nieve caía en las calles cerca donde estaba un conjunto de departamentos y casas que sus techos estaban cubiertos por los copos que caían, la pelinegra estaba en el sofá con una taza de chocolate caliente, como las hacía su pareja o más bien ex-pareja. El bicolor llamado Shōto Todoroki, le había puesto los cuernos con la héroe Yayouzorou Momo, en frente sus ojos en un fiesta para celebrar su compromiso. Pero pasó que la mencionada y Shōto se habían puesto ebrios, bastante, que terminó en una escena de besos lujuriosos enfrente de la muchacha de cabellos negros y reflejos azulejos.
La muchacha miró la taza una vez más recordando los momentos que habían pasado, sobretodo en invierno, mordió su labio para no llorar, le dolía y mucho. El hecho que tu prometido se acueste con una persona que no te agrada mucho, es doloroso, al final soltó las lágrimas ocultando su cara en las mangas del suéter que le había prestado Midoriya cuando pasó el acto, sollozaba y se quejaba con gran dolor hasta que golpearon la puerta. Esta claramente escuchó hasta el punto de que ella se levantó con pereza y con la voz aún quebrada pronunció.

Midoriya-San, ya dije que quiero estar sola...— Dijo esto último con un hilo de voz, al otro lado estaba Todoroki Shōto con una pequeña cajita, una simple y pequeña cajita, que al escuchar el nombre del cabellos verdes se molestó, pero más le ganó el sentimiento de arrepentimiento.

Aizawa-San, amor. Soy yo, Todoroki...— Dijo con su voz gruesa y algo quebrada, ya que él había llorado por el tiempo que estuvieron separados y también por su error, pero había pasado algo con su bebida de margarita. Este sacó sus llaves para abrir el departamento que supuestamente era de los dos.— ¿podemos hablar?

— ¡L-Lárgate! Ya no te quiero ver...— Dijo la menor, él solo abrió la puerta con sus llaves dejándose ver, su cabello despeinado, con ojeras y ojos rojos por no dormir muy bien esos días, aparte llorar como loco, el mayor miró de pies a cabeza lo que era su ex-prometida y pareja. Este la abrazo con fuerza aferrándose a ella sin querer soltarla nunca más.— ¿¡Q-Qué crees qué haces, Shōto?!— Exclamó la menor empujando a Todoroki de su cuerpo.

Perdón, Perdóname, (Nombre), Yayouzorou le puso droga a mi bebida con intensiones de que pasara el acto, pero no tenía conciencia de lo que yo tenía en mi mente. Realmente si estoy bastante arrepentido por lo que hice, te amo y te extraño bastante, no he dormido bien por ti, he llorado como loco solo al saber que te hice daño, soy un idiota y lo sé. Te amo (Nombre) no sé qué sería mi vida sin ti...— Soltó abrazando con más fuerza a la mujer de estatura pequeña, él con su pie derecho cerró la puerta con un empuje. Los dos estaban llorando, desahogándose del dolor mutuo que sentían al no sentirse los dos durante ese mes. Ella tomó la ropa entre sus manos arrugándolas con tanto dolor.

T-Todoroki... No llores, te amo y te extraño bastante...— Dijo la menor separándose un poco limpiando las lágrimas del mayor, ella aún mantenía lágrimas cayendo de las mejillas que estaban rosadas. Este miró una vez más a su ex-prometida para callarla y consolarla con un beso que no dudo en dárselo, aquel beso que curaría el corazón roto de los dos.
Se separaron momentáneamente y Shoūto volvió a darte un beso que no olvidarías, ni con alzhaimer se van a borrar, era un beso de arrepentimiento y pidiendo perdón. Claramente correspondiste con dulzura, sin embargo, él mayor solo te besaba con más intensidad y desesperación, llevando sus manos a tu cadera que se formó gracias a tu "relleno de amor" que acumulabas en la zona de tu barriga, glúteos y pechos.

Te sonrojaste por aquel acto del mayor, puesto que no solo era por sorpresa, si no, por vergüenza de tu cuerpo. Teniendo una baja autoestima, pero Todoroki no le dio importancia a tu cuerpo, de hecho, lo adoraba.
Este te llevo a la habitación de el apartamento donde vivían juntos tumbándote en el suave colchón de la cama que había allí, Shoūto se separó levemente del beso quitándose la chaqueta y el polo que tenía puesto mostrando su abdominales marcados, tú palpaste con tus manos todo su abdomen con timidez provocando ternura al mayor. Él mayor estaba sonrojado mirándote con ternura y lujuria, tomó con sus labios los tuyos sellando de nuevo un beso suave y lento. Mientras que sus manos viajaban hacia los botones del sweter y la camisa rosada que poseías, mostrando tus pechos que para "mala suerte" estaban sin brasier. Soltó un suspiro y llevó su boca al pezon izquierdo empezando a lamer con su lengua con delicadeza misma, su mano izquierda se posó el pecho derecho estimulándolo con suavidad y de forma circular. Su mano derecha agarro tu nalga izquierda apretándola un poco, luego te dio un leve golpe.

Sueño contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora