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Sus ojos curiosos viajaron al rubio que le tendía una taza de café.

—Hip—achinó sus ojitos que a primera impresión parecían simples ojos castaños.

Vaya que estaba equivocado.

—que me ves imbécil—susurró—Hip—y el rubio sonrió.

Las gotitas escurrian de su cabello castaño profundo y ahora podía notar las ojeras del chico.

—¿Quieres café? —el castaño parecía un erizo de tierra, esos que uno tocaba y clavaban con sus púas.

Vaya que le dolió las púas.

Pero era tierno en fondo y cuando ya te tomaba confianza podía dejarse acariciar.

Debí de acariciarte más.

—cuidado, esta caliente—murmuró preocupado al ver la humeante taza de café y la sonrisa burlesca del castaño.

—cómo yo—

Sus mejillas ardieron de vergüenza y esa linda pero estúpida sonrisa se quedó grabada en su mente.

¿Quién iba a pensar que hasta recordarla le dolía?

Sus tupidas pestañas, sus ojos marrones como el cacao recién molido y sus labios semi rojos.

Y así terminaron y empezaron algo que quiso ser infinito pero no pudo ser.

El rubio sonrió al ver al castaño gritar en el ventanal.

—¿¡Que haces?! —dijo entre risas al observar que el castaño se intentaba subir a la baranda.

El olor a madrugada fría y silenciosa se hizo su adicción por que le recordaba a aquella vez.

Aquella vez que la fría brisa revolvía el cabello castaño, como sostenía la cintura del castaño con temor a que este se cayera y como la dulce voz del castaño tarareaba una canción.

Habia un peligro y era las consecuencias de amar a Tony Stark.

Por qué ese chico podía parecer un desastre al principio y eso te podía espantar.

Pero luego de conocerlo es imposible separarte de él.

Es imposible no querer abrazarlo, tocarlo, besarlo y amarlo.

Es imposible hasta el día de hoy.

Comenzaron a gritar cosas al viento, importando le un bledo la demás gente.

Comenzaron a reírse por historias que Tony contaba.

Historias extrañas pero interesantes como aquella vez que Tony se encontró a sus padres teniendo seco y se asustó y terminó llamando a la policía.

O cuando a Pepper le llegó la menstruación y el se puso a llorar porque pensaba que su amiga se iba a morir.

O cuando Bruce le preguntó a la profesora si le podía decir las respuestas a Tony en el examen.

Fue raro.

Terminaron saltando y cantando canciones típicas de viejitos.

Como Sandro con su Rosa, Rosa la maravillosa.

Terminaron golpeándose con almohadas, jugando con las sábanas y diciendo "Buuh soy un fantasma".

Y ya cuando estuvieron lo suficientemente cansados.

Se tiraron en el colchón mirándose fijamente los ojos.

—me gustan tus ojos azules—

En ese momento el no supo que decir y Tony al no recibir respuesta.

Se limitó a dormir.

Sin tomar en cuenta que el rubio se le quedó mirando todo el resto de horas que quedaba.

Con Tony aprendió a despreciar el amanecer y amar la noche.

Por qué sólo era ella la testigo de cuánto se amaban esos dos jóvenes amantes en la noche que silenciosa mantenia el romance y las locuras, los besos y las miradas, las lágrimas y las caricias... El dolor y la decepción .







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baby, I'm perfect for you [[Stony]] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora