A veces es necesario tomarnos 5 minutos y recordarnos que estamos haciendo aquí, para no ahogarnos en la desesperación y la locura.
Fue tarde cuando nos dimos cuenta, llego el momento en el cual supimos que nuestro fin era inevitable, todo lo que este bello y frágil mundo azul tenía para ofrecer lo fuimos agotando a través de los años. La codicia del ser humano había podido más que nuestro futuro bienestar, y mientras las décadas pasaron fueron surgiendo nuevos retos con los cuales había que combatir, desgraciadamente era una batalla que sin saberlo ya habíamos perdido.
Con el paso de las décadas los avances tecnológicos crearon un mundo hermoso e increíble, rodeado de prosperidad, habíamos evolucionado para poder tener a la mejor sociedad nunca antes vista, aprovechando el enorme potencial que teníamos como especie.
Desgraciadamente el egoísmo del hombre por querer tener más fue lo que selló el inicio de nuestra extinción.
Guerras se libraron por el poder y control, millones sufrieron, y cuando todo termino, los sobrevivientes lloramos a los muertos por años sin saber que muy pronto los acompañaríamos. Tras conseguir la paz nos enfrentamos a un deterioro global acelerado, al principio fuimos egoístas e ignorantes, no quisimos hacer algo al respecto. Cuando empezamos a actuar nos dimos cuenta de que ya era inútil. Al final comprendimos que ya no había nada que pudiéramos hacer en nuestro mundo para arreglar todo el desastre causado. Y sabíamos que la única esperanza que nos quedaba era buscar más allá de las estrellas cercanas por un nuevo mundo a habitar. Fue así como nació el proyecto Zafiro.
Una misión que consistía en mandar a un grupo de grandes promesas al espacio en busca de nuestro próximo hogar, para que cuando llegara el momento de una extinción global nuestra civilización tuviera a donde escapar.
Se necesitaban a personas que contaran con las mejores capacidades intelectuales y físicas, que fueran capaces de soportar una misión por años en el aterrador espacio. Sin embargo, hasta la mas calificada de las tripulaciones es capaz de sucumbir ante la locura, y actuar bajo sus más bajos y primitivos instintos.
Una misión que definiría el futuro de la raza humana, para la cual no sabíamos si estábamos preparados, pero hay que preguntarnos solo una cosa ¿Es que acaso merecemos un nuevo hogar?
Mi nombre es Damián Black, jefe de ingeniería a cargo del proyecto Zafiro, con un ultimo mensaje para la tierra, hemos fallado...