Día viernes por la noche y no era de extrañarse de que una que otra fiesta se realizara en algún vecindario de la ciudad. El clima era agradable, una cálida brisa de verano hacía mover el follaje de los árboles.
La música se lograba escuchar desde fuera de la linda casa azul de dos pisos. El reloj marcaba las dos de la madrugada y la fiesta se concentraba mayoritariamente en el jardín trasero del hogar.
Allí las personas reían y bailaban bajo las lindas luces decorativas que cruzaban el jardín de un extremo a otro. También algunos se acercaban a la parrilla para tomar una de las deliciosas hamburguesas que unos chicos asaban mientras bebían, otros se acercaban a la mesa donde diferentes botellas y vasos descansaban e incluso muchos ya se habían lanzado a la piscina del hogar y nadaban como si no hubiera un mañana.
Por fin un nuevo semestre se había terminado en la mayoría de las universidades del país, por lo que la juventud no tardó en armar un festejo que valiera todos esos días trasnochando por los estudios, por trabajos y exámenes del infierno.
Dentro, específicamente en la sala, de un lado un grupo enorme de gente se concentraba alrededor de una mesa para jugar con vasos llenos de diferentes bebidas alcohólicas y una pelota pequeña. Por el lado opuesto, en el sofá más grande de la estancia, se encontraba un grupo de amigos distribuidos entre el acolchado sillón y el suelo, formando un círculo amorfo. En el medio habían muchos vasos y botellas, vacías y llenas. Platicaban entre risas, algunos ya muy poco conscientes.
Sin embargo, uno de ellos observaba a sus amigos bastante sobrio y en todos sus sentidos, dado que ninguna gota de alcohol se había deslizado por su garganta en toda la noche. No le gustaba beber, mucho menos fumar, pero le encantaba pasar el rato junto a sus amigos en las fiestas que organizaban. No era necesario que bebiera para pasarla fantástico junto a ellos. Desde su lugar en el suelo, bebió un sorbo de su soda de naranja, mientras veía a cada uno de los presentes.
Sentado a su lado derecho se encontraba a quien consideraba su mano derecha, aquel que quería tanto como si de un hermano se tratara y que de vez en cuando le regañaba como si fuera su padre. Sabía que podía confiar en KiHyun siempre, en cualquier momento él iba a estar disponible para escucharlo y consolarlo como solo el sabía hacerlo. Junto al chico de cabellos castaños y mejillas abultadas, se encontraba el menor de todos y dueño de la casa, el que podía ser tan serio como extrovertido. Adoraba demasiado al pequeño de cabellos grisáceos, para el era una especie de hermano menor, le encantaba mimarlo y cuidarlo. Estaba seguro de que haría cualquier cosa por ChangKyun, solo bastaba que se lo pidiera y ya estaba. A su izquierda, se encontraba, inusualmente sonriente, el mayor de todos. El moreno, quien siempre se mantenía callado pero atento a cada uno, no podía evitar sonreír de oreja a oreja por cualquier estupidez, era en verdad muy tierno a pesar de ser tan fornido. Era un hyung bastante protector, siempre cuidaba de cada uno, mucho más de los menores. HyunWoo era sumamente confiable y leal, no por nada eran amigos desde hace tantos años junto al castaño de ojos afilados que estaba a su derecha. Frente a él, sentados en el acogedor sofá, descansaban tres personas bastante bulliciosas por el alcohol que corría por sus venas. A un extremo estaba el más bullicioso de todos, el que consideraba era un verdadero rayito de sol. Aquel pelirrojo alegraba sus días grises muy rápido, lo distraía cada que algo no iba bien. Agradecía mucho a MinHyuk por todas esas salidas improvisadas que hacían cada vez que se estresaba estudiando. Al otro extremo, riendo a carcajadas, se encontraba su amigo de cabellos celestes y lindos hoyuelos, ese que le encantaba molestar a modo de juego. Era muy tierno verlo enojar, JooHeon en si era demasiado tierno, siempre lo andaba buscando para darle mimos.
Por último, sus ojos se posaron en el rubio que se sentaba en medio de los otros dos, ese que quedaba justo frente a sus ojos. Sonrió con ternura al verlo reír junto a sus amigos. Al hacerlo sus ojos se cerraban y como reflejo tendía a golpear lo que sea que tuviera cerca. Se permitió dejar de lado la conversación que mantenían sobre momentos vergonzosos del pasado para enfocarse en la persona frente a el. No había que indagar mucho para saber que estaba completamente ebrio, todos sus amigos lo estaban. Era divertido verlos actuar de forma diferente y mucho más extrovertida de lo común. Pero su atención se la llevó él, Chae HyungWon, su compañero de departamento y como más le gustaba nombrarlo, su precioso novio.
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Drunk Beauty.× HyungWonHo
FanfictionA sus amigos les encantaba emborracharse en las fiestas que hacían, sobretodo su querido novio. WonHo siempre tenía que cuidarlo. Sin embargo, esto no llegaba a molestarlo, no cuando este le dejaba ver una faceta de su actitud muy diferente a la que...