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La venta de Omegas fue una práctica común en tiempos antiguos. Se les subastaba en público, desnudos para la consideración de sus amos, Alfas con recursos y monedas suficientes para comprarlos de estar en buen estado físico. Cuando estaban intactos, se ofrecían en templos cerrados porque su valor era mayor, una mercancía para los nobles.

Por eso mismo Geralt se extraño a ver a uno tan libre, cantando y tocando su laúd en medio de aquel bar de manera confiada. Reparo en el cuello del omega, libre de marca y de algún collar que lo protegiera (como muchos omegas hacían para protegerse cuando no estaban unidos o vendidos a algún alfa). Aún así trato de ignorarlo lo mayor posible, los omegas por lo general traían demasiado drama y escandalos, era lo menos que necesitaba.
Y aún así el bardo fue directo hacia su mesa.
- Yo te conozco...¡Eres..Geralt de Rivia!

Sí, definitivamente donde había omegas había drama y escándalos.
Pero Geralt tenía que admtir que era diferente a los omegas que conocía aunque la verdad casi siempre se topaba con omegas féminas. Era raro encontrar a un omega varón, no porque no hubiera, si no, que por lo general eran escondidos y protegidos con más recelo por la forma tan inhumana que solían ser tratados por el hecho de ser un omega varón.
Era obvio que el omega frente a él nunca había pasado por nada de eso.
Tal vez en algún momento de su vida había pertenecido a la nobleza. Sólo en la nobleza los omegas ya sean hombres o mujeres eran considerados valiosos.
Como moneda, pero importantes al fin y al cabo.
También por es razón eran en extremo mimados y consentidos, eso explicaría la ropa de seda del bonito traje del bardo y sus facciones delicadas y cuidadas en combinación con su piel junto con sus potentes ojos azules.
Pero Geralt no estaba dispuesto a averigur eso.
Se levantó de su asiento sin prestarle atención a nada de lo que decía el omega.
- ¡Espera! ¡Espera! Necesitas... ¡Necesitas
que alguien cuente tu historia!
Y así era como Jaskier (ni siquiera le preguntó su nombre, el otro se lo había dicho así nada más) se había pegado a él mientras el trataba de alejarse lo más posible del omega junto con Roach.
Tenía media hora de conocer a Jaskier y no dejaba de hablar.
- ¡Tú hueles a... a peligro! ¡Muerte! ¡Aventuras! A...A...¡A auténtico alfa!
Jaskier no mentía, en su vida como bardo había conocido a muchos, muchos alfas, tanto como hombres como mujeres y ninguno había tenido esa mirada tan fiera y protectora como el brujo frente a él. Él sería su próxima musa
- Es cebolla.
¡Que cebolla ni que ocho cuartos! Ese era un alfa entre alfas, si como brujo intimidaba, sumado al hecho de que era un alfa era el combo perfecto. Ya se estaba imaginando todos los éxitos de canciones que tendría junto a ese alfa
- ¡No, no, no! No me entiendes -Dijo el omega tratando de seguirle el paso al alfa- Necesitas... necesitas a alguien que cuente tus hazañas, tus logros, por suerte para ti ¡Yo puedo hacer eso!
- Esta bien, acércate.
Jaskier sonrió por dentro, sabía que su técnica de insistir e insistir funcionarían
Entonces, sintió el golpe en su estómago.
Aunque nadie lo creyera Geralt no era partidario de la violencia y menos contra omegas, pero también era partidario de que todos era iguales y que si alguien se merecía un golpe deberían dárselo, ya sea alfa, beta o omega.
Jaskier si que se lo merecía.
- ¡Ouch! Jaja... ¡A eso es a lo que me refiero! ¡Tus historias serán legendarias!
Ok, ese tipo le empezaba a asustar a Geralt, nadie seguiría ahí después de tremendo puñetazo. Se enderezó en su lugar y miro con seriedad al omega que seguía parloteando a su lado.
Bien, tendría que usar su último recurso
- Escucha, omega. Trabajo sólo, lárgate de aquí.
La voz, la maldita voz de alfa que siempre había odiado usarla. Sabía de por si que su aspecto como brujo era intimidante, sumado con el hecho de ser alfa tenía el efecto de espantar a cualquiera que se le acercara más cuando aún no aprendía a controlar su voz y aroma.
Sólo la usaba en casos extremos, justo como en ese. Dónde su voz había salido casi en un rugido y su aroma de alfa se hacía presente en el ambiente junto con la mirada intimidante que le brindaba al omega.
Pero este ni se inmutó, al contrario. Su sonrisa se ensacho más.
- ¡Eso! ¡Eso! ¡Justo eso! Por Dios, ya quiero verte en acción, ya quiero ver todo lo que escriba sobre ti.
Y sólo con ese comentario saco su laúd y empezo a tocarlo mientras taradeaba, Geralt sólo lo miro sin entender nada y se dió por vencido mientras se subía a su yegua.
- Oye, ¿no tienes espacio para uno m...?
- No.
- Ok, ok, entendí ya. En serio que me darás muy buen material.
Geralt pudo observar que mientras el bardo seguía taradeando y tocando el laúd sacaba de igual manera un collar grueso, obviamente, antimordidas y se lo ponía con toda la calma del mundo sin dejar de taradear, tocar el laúd y caminar a su lado.
- ¿Y eso?
- Un collar anti mordidas, dah.
- Ya lo sé... A lo que me refiero es que ¿Por qué te lo pones ahora? En el bar no lo tenías.
- Ah, es que parece que eres un tipo que viaja mucho y mi celo es en unos días, no quiero que nadie nos moleste.
Bien, no sabía como y cuando pero Geralt se había convertido en el cuidador de ese excéntrico omega.
- Tú eres el que me va a dar trabajo.
- Me halagas.
- Idiota.
Y el omega siguió taradeando su estúpida canción.

When a humble bard
Graced a ride along
With Geralt of Rivia
Along came this song

From when the White Wolf fought
A silver-tongued devil
His army of elves
At his hooves did they revel

El alfa y el omega de Rivia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora