IX: Final.

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- Hice todo lo que pude...

- ¿Eso que significa? ¡¿Que carajos significa eso, Yennefer?!

El aroma del brujo alfa se extendió por toda la habitación haciendo que incluso el beta castaño se echara para atrás con el cachorro que de nuevo traía en brazos y se removía incómodo llorando. Castiel se puso por inercia en frente de su cuñado y cachorro empezando a gruñir levemente en señal de protección. Geralt volteo a verlo molesto, un alfa enfadado era lo que menos necesitaba ahora y no le importaba que Castiel hubiera ayudado a rescatarlo si intentaba algo no le importaría desahogarse con el alfa de ojos azules.

- Significaba que dejes de ser un puto alfa orgulloso y que te calmes -El olor suave a pie se hizo presente en la habitación y de inmediato la expresión de Castiel se suavizo al igual que lloriqueo de Jack- Va para ambos -Gruño el omega viendo a su alfa.

- Pero, Dean...

- Nada de peros -Gruño el omega al tiempo que colocaba una de sus manos en el hombro de la alfa hechicera y sonreírle poquito en señal de apoyo- Yennefer es de las mejores hechiceras y curanderas que he visto junto con Rowena -Dijo antes de voltear a ver al peli plata y sin importarle que se tratara de un alfa y que le ganara en altura y musculatura se coloco frente de él, imponente- Deberías estarle besando los pies.

- Pero Jaskier...

- Jaskier estaría mucho mejor, si no lo hubieras apuñalado -Echo en cara viéndolo con el ceño fruncido. La tensión puesta en el ambiente- ¿Por qué no le haces un favor a todos y dejas de culpar a todo el mundo de tus acciones?

- Yo no...

- Claro que lo haces De Rivia -Interrumpió el omega molesto- Conocí a Jaskier en su peor momento y en ese momento tu nombre salía de su boca una y otra vez -Geralt ahora si lo veía expectante sin saber que hacer- El maldito brujo alfa que no podía dejar su puto orgullo de lado para simplificar todas las cosas entre ellos...El maldito Geralt de Rivia que no podía ver el destino aunque estuviera frente de él -Rió un poco ironico. Dean claro que sabia de orgullo y el del alfa era incluso mucho más grande que el suyo- Tu reputación de cazador es buena, pero tu reputación como alfa es un asco...

- No me conoces -Gruño el alfa colérico al tiempo que tomaba bruscamente a ese omega insolente del cuello de la camisa. El gruñido de otro alfa se escuchó de fondo.

- ¡No lo toques!

- ¡Castiel! -Regaño el omega y sin decir nada, sólo con su mirada hizo que su alfa se quedara en su lugar gruñendo bajito. Dean Winchester no era un omega como los demás, era como su Jaskier, insolente y con una bocota y Geralt ya quería callarlo apenas teniendo unos minutos de conocerlo. Apretó más el agarre y Dean le dirigió una mirada de desdén- ¿En serio, chico rudo? ¿Eso es lo mejor que tienes? -Dijo irónico el omega antes de con un fuerte empujón se quitará al alfa de encima- Haz algo bien por una vez y si siquiera sientes algo por ese pobre omega y al menos ve a verlo si tienes los pantalones para eso...

El recuerdo de un Jaskier sangrante y agonizante hizo que Geralt temblara inconscientemente.

- ¿Cómo...Como esta? -Pregunto sin saber que más decir.

- Ve a verlo -Dijo el omega suavizando su expresión- Te necesita -Susurro antes de sonreír poquito- Ahora ¿Quién tiene a mi cachorro y por qué lo hacen llorar?

Geralt había visto escenarios horribles a lo largo de su vida, más en una vida como la suya. Muerte, violaciones, abandonos, guerras; el temor de cualquier humano él lo había enfrentado y visto cara a cara más de una vez y había estado bien. No importaba, pero no podía con la imagen frente de él. Jaskier estaba recostado en una, de hecho, bonita cama de terciopelo rojo y su ropa antes manchada de sangre había sido cambiado por uno de esos bonitos trajes cómodos que el omega adoraba y siempre presumía. Solo faltaba una puta vitrina para que Jaskier pareciera una princesa en un sueño y eso sólo hacia que las entrañas le hirvieran. Jaskier no debería verse así, nunca debería verse así, tan quieto, sin moverse, tan silencioso. Como si lo obligaran a despedirse de él antes de tiempo. Geralt saco su cantimplora de detrás de su espalda y le dio un trago mientras empezaba a caminar alrededor del omega, queriendo percibir su aroma a rosas, pero nada. Nada llegaba a su nariz, dio otro trago.

El alfa y el omega de Rivia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora