María siente que todo lo que pasa es su culpa e intenta evadirse de la realidad, pero aún así no puede escapar de su pasado, que está presente a su alrededor, siente más angustia y molestia todos los días de su existencia, maldiciendo cada día de el...
Me levanto de la cama con pesar, y me dirijo al baño a ducharme. Mientras que el agua caliente cae sobre mi piel, me permito pensar en todo lo ocurrido tiempo atrás, pero dejo de estar en esa burbuja melancólica al recordar pensamientos dolorosos; asíque vuelvo a lo que estoy haciendo y empiezo a enjabonarme la cabeza y el cuerpo.
Cuando ya he terminado, salgo de la ducha mientras que agarro la toalla y me envuelvo con ella. El baño está lleno de vapor caliente, pero me es recofortante ya que así mantengo el calor en mi cuerpo.
Bajo las escaleras ya vestida y arreglada para dirigirme a mi trabajo, pero antes me permito beber una deliciosa taza de café mientras que acaricio el pelaje de mi perro, Sardinilla.
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Aún recuerdo el porque le puse ese nombre, no puedo evitar escapar una sonrisa mientras que el recuerdo pasa por mi mente. Le puse de nombre Sardinilla porque cuando aún era un cachorro, cada vez que me descuidaba de mi plato donde había unas deliciosas sardinas, él se dedicaba a robármelas y yo no me daba cuenta; incluso creí que me había vuelto loca al ver que desaparecian del plato, hasta que le descubrí como se subía a la silla y me las robaba. Las sardinas son su debilidad.
Me despido de Sardinilla, subo a mi coche y manejo hasta mi lugar de trabajo, donde nada más llegar me pongo mi "uniforme" y empiezo con mi trabajo.
Mientras que miro algunos informes, un compañero me llama.
- Doctora López Ruiz, la necesitan en quirófano urgentemente - dijo rápidamente mi compañero - - Ahora mismo voy - le respondí, y fuí al quirófano.
Sí, soy doctora. Mi nombre es Maria López Ruiz y tengo 22 años.
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Después de terminar mi jornada. Voy al parking donde empiezo a buscar mi coche entre tantos, en el parking no había nadie y eso era muy extraño y a la vez abrumador, es como si se tratara de una escena de terror donde a la chica se le caen las llaves, no se da cuenta de que hay alguien detrás de ella y la apuñala. Genial... ahora tengo miedo. Solo espero que no se me caigan las malditas llaves.
Encendí mi coche, me subí y aceleré lo más rápido que pude. Juro que me ha dado un mini infarto en aquel estúpido parking.
- Joder, casi me meo en las bragas del susto - hablo para mí sola mientras que conduzco -
Decido ir a mi lugar favorito, que es una playa muy tranquila que vengo para sobretodo pensar. Cuando llego, me quito los zapatos los cogo y me adentro a la suave arena blanquecina donde entierro mis pies mientras que miro el orizonte donde el día está acabando y la noche empieza.
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Me voy acercando a la orilla del mar. La playa está muy tranquila y el viento suave que recorre por ella, choca con las hojas de las palmeras que hay por la arena, ese viento suave y tranquilo me acaricia con delicadeza mi rostro, moviendo mis cabellos que se ponen en mitad de mi cara jugueteando entre sí.
Decido darme un baño en ese precioso mar y así liberar toda la tensión que llevo. Solo se escucha el sonido de las olas chocando contra las rocas y el zarandeo de las hojas de las palmeras producidas por el viento.
Al cabo de una hora y media, me dirigo a la orilla y después de unos minutos empiezo a vestirme.
Cuando he terminado, camino por la arena para ir a mi coche e irme a mi casa ya que es tarde. Me pongo los auriculares, los conecto a mi móvil retomo mi camino. Cuando ya estaba por la mitad del camino hacia mi coche alguien o algo interrumpe mi caminata sin previo aviso...
