30 Días de OTP || GiyuuTan

1. Abrazo

Eran las 12:00 y Tanjiro estaba en la plaza, sentado en una banca,
no tan abrigado, solo llevaba encima una chaqueta media fina y una bufanda. Estaba esperando a su pareja, Giyuu Tomioka, pero estaba tardando un poco.

Tanjiro no quiso preocuparse demasiado, solo habían pasado unos 5 minutos pero, cuando esos 5 se convirtieron en 20, empezó a debatirse si debía continuar ahí y no ir a verificar si algo le había sucedido a su amado.

Hasta que pudo divisarlo a lo lejos.

──¡Oh, llegaste!──exclamó con emoción el menor, levantándose de la banca para ponerse en frente del contrario y depositar un beso en los labios ajenos.

──Sí, lamentó haber tardado tanto, se me fue la hora.──al decir eso, liberó un suspiro de sus labios.

──No te disculpes, no pasa nada, al menos llegaste sano y salvo.──sonríe de forma cálida.

──Bien, gracias por entender. Ahora, ¿caminamos?──el azabache da media vuelta y comienza con la caminata sin siquiera esperar respuesta alguna. Sabía que de todas maneras Tanjiro lo seguiría.

──Em...Sí, claro.──su tono, por más que lo quisiera, no había salido tan animado como de costumbre. Solo se limitó a seguirle el paso unos centímetros más atrás.

Estos días no fueron de lo mejor, Giyuu y Tanjiro no iban de lo mejor, más bien. El mayor ya ni siquiera le daba un abrazo al contrario, y Tanjiro lo notaba distante, demsiado. Sabía que tenía mucho trabajo pero, por lo menos, quería un pequeño abrazo. Aunque luego se sintiera egoísta por pensar así. Su novio debía de estar con la mente centrada en su labor, era importante después de todo, debía entender. Él siempre entendía.

Tanjiro miraba atentamente la mano ajena, pensando en sujetarla y entrelazar sus dedos. Pero algo dentro de él decía que no lo haga, que Giyuu se podría sentir incómodo o peor, rechazarlo. A veces odiaba imaginarse cosas tan negativas y poco probables.

──Estás muy callado, Tanjiro.──el pelinegro rope el silencio abrumador.

──Oh, ¿es así? Lo siento, no me di cuenta. Supongo que estoy algo distraído.

A pesar de su excusa no pudo evitar fijar sus ojos en el más bajo, notandolo algo, tal vez, desanimado. Eran pareja, lo conocía, obviamente podía darse cuenta de su comportamiento decaído.

La verdad, últimamente notaba al de cabellos rojizos triste, y eso, le preocupaba de sobre manera, pero Giyuu nunca fue muy experto en el amor, así que no se daba cuenta que la culpa de que su amado chico se encontrará así, era su culpa.

Repentinamente, detiene el paso y causa que Tanjiro choqué con su espalda.

──¿Todo está en orden?──se da vuelta para verlo.

──¿Eh? Sí...¿Por qué no lo estaría?──trata de darle una pequeña sonrisa para disipar la preocupación que notaba en el mirar azulado de su acompañante.

──Ajá...Bueno, no te creo. ¿Qué te pasa? ¿Y podrías verme a la cara cuando te habló?, por favor...──musito lo último con suavidad, él nunca fue un hombre demsiado exaltado.

──Yo...es que, yo...te he notado algo...lejano a mí, distante...

──Ya hablamos de esto, Tanjiro.──un suspiro escapó de su boca, exhausto de haber tenido esa discusión que ha estado fastidiando en su relación hace unas semanas.

Pero, para el menor, esas palabras fueron algo...duras. Le dolió, ya que sintió que su malestar era insignificante, una tontería.

──Sí, tienes razón...Son solo estupideces, realmente no quiero molestarte. Olvidemos esto, solo...sigamos caminando.──tras decir eso, no demoró en retomar la caminata, pero esta vez yéndose él por delante.

──Ah...No, cariño, ven. Espera.──se percató de lo que sus palabras habían provocado, comenzando a seguirlo.

──No, está bien, lo entiendo. No quiero aburrirte con mis dramas, Giyuu.──a pesar de sentirse mal le enseñó una sonrisa cerrada. De verdad no deseaba malgastar las pocas veces que tenía para ver a su persona amada en discusiones sin sentido.

──Por favor.──insistió el pelinegro y con bastante facilidad logró alcanzarlo, tomando suavemente de su muñeca para jalarlo y así, rodearlo con sus brazos.

Por fin...Por fin un maldito abrazo.

──Lo siento, no quise que sonará como si me aburrieras...Amor, no tiene nada de malo que me cuentes lo que te agobia, solo estoy algo...cansado por el trabajo. No he podido darte la atención que mereces, perdón.

──Sé que no te molesta pero, no lo sé, no quiero agotarte más de lo que probablemente ya estás. No te presiones, sabes que lo comprendo. Te esperaré lo que haga falta. ──se aferró más a aquel abrazo.

──Hey, basta. Ya dije que buscaré la manera, no sólo por ti...Te extraño, cariño.──confesó mientras tomaba el mentón ajeno y hacía que lo mire. Eran pocas las veces que Giyuu se mostraba sincero con sus sentires. El menor amaba esos momentos.

──Pero promete que si es muy complicado que encuentres un hueco libre, aprovéchalo para descansar.

──Lo prometo.

──Hecho.

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Como podrán notar, lo edite. Ahora quedo más decente.

¡Nos estamos leyendo!