Piropos [BillDip]

#7

El castaño estaba haciendo las últimas rutinas de su entrenamiento diario. Desde hace tiempo las burlas hacia él que era un flacucho con brazos de spaguetti le empezó a molestar, y quería cambiar eso,demostar que si se proponía podía cambiar su físico y hacerse más fuerte.

Todo los días trotaba y hacía unas cuantas sentadillas y abdominales. Hasta ahora el único cambio que observa era que ya tenía más resistencia y velocidad, eso le animaba, pero el hecho de que su cuerpo siguiera en el mismo estado no le hacía sentir conforme con sus rutinas.

En ese momento Dipper acaba de correr por un circuito que su hermana hizo en el bosque. Estaba jadeando y soltando unas pequeñas gotas de sudor que veían desde su frente y descendían hasta sus mejillas sonrojadas,su cabello está a pegado a su frente y su piel brillaba como una perla pulida, una imagen muy aperitiva a la vista de un demonio rubio.

El castaño no se dio cuenta cuando Bill apareció por detrás, agarrándole de su delgada cintura. El caliento aliento chocando con su cuello lo hizo estremecerse.

-Ay Pino, no hace falta que corras tanto, a fin de cuentas corres todos los días por mi mente - dijo guiñandole el ojo y con una sonrisa ladina.

El niño iba a darle un codazo pero ya se había acostumbrado a Bill y sus frases raras. Aún así siempre se sonrojaba, aún así su corazón se aceleraba y sus pupilas se expandian... Algún día aprendería a controlar todos esos síntomas.