Capitulo 19.

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Louis abrió los ojos y estiro los brazos por encima de su cabeza. Harry sujeto una de sus muñecas y se las llevo a los labios.

— Me cuesta mucho controlarme cuando te tengo cerca  — le dijo Harry mientras recorrió el dorso de su mano con la boca.

Louis se estremeció, aquel contacto desato de nuevo el torbellino de deseo que lo había embriagado la noche anterior. Sin dudarlo, se inclino sobre él y comenzó a besarle el pecho.

 — Lo mejor es no controlarse, detective Styles. — Sus ojos zafiros lo desafiaron abiertamente. Louis contemplo su rostro y le sostuvo la mirada mientras su boca trazaba cada milímetro de su torso musculoso. Levanto la mano para recorrer su mandíbula áspera, luego las mejillas hasta posarse en sus labios entreabiertos para comenzar a descender, muy lentamente, una vez más.

— Llámame Hazza — le pidió Harry y contuvo el aliento —. Anoche lo susurraste una vez y sonó maravillosamente bien.

— Hazza… Hazza — le susurro en su oreja.

Harry lo aprisiono entonces por la cintura y lo sentó encima de él. Era una invitación que Louis no iba a desaprovechar. Comenzó a besarlo y Harry sintió una descarga de placer que lo dejo aturdido.

Louis lo acariciaba y lo provocaba con la lengua en suaves movimientos circulares. Cuando llego hasta donde Harry deseaba que el llegara y justo cuando creía que iba a estallar, Louis comenzó a desandar su camino de besos, subiendo de nuevo por el abdomen y el pecho hasta llegar a su boca. Se movió encima de el logrando que Harry lanzara un ronco gruñido.

Su ardor creció y sus ansias se hicieron cada vez más sofocantes, hasta volverse arrolladoras. Y no quedo nada más que Louis, la pasión y la magia que le entregaba.

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— Eres tan parecido. — Sus dedos acariciaban su mejilla temblorosa —. Es casi como tenerlo aquí.

Bradon Rogers volvió la cara, aquellas manos le causaban repugnancia. Había estado tocando su rostro durante toda la noche. Le había dicho que se parecía a la persona el amaba tantas veces que ya había perdido la cuenta. No recordaba en cuantas oportunidades le había repetido que él no era la persona que él creía que era.

No era Boo Bear. Le había gritado su nombre, una y otra vez pero el parecía no escucharlo. Lo observo mientras se dirigía a la ventana. Intento zafarse, pero las esposas que le rodeaban sus muñecas y lo tenían atado a la cama no cederían con facilidad. No importaba cuanto se esforzara por liberarse, sabía que no había escapatoria posible.

No entendía que hacia aquel tipo allí. Lo había dejado entrar a su casa porque lo había convencido con su historia de la encuesta para la Comisión de los Derechos de los Animales. Más tarde, en un momento, el lo había sujetado por detrás y cuando se despertó se encontró atado en su propia cama, con una vestimenta que él no reconocía y con un peinado sumamente diferente al suyo. El pequeño Bongo había logrado huir antes de que pudiera hacerle daño.

— ¿Quién demonios eres? ¿Qué quieres de mí? — Gruño y exigió su atención.

Pero él ni si quiera se giro a mirarlo. Su Boo Bear no le haría aquellas preguntas; sabia que, cuando estuvieran juntos, deberían cumplir con el destino que les habían asignado. Sería la última vez que haría aquello, ya no tenía sentido dilatar el momento del reencuentro.

Se giro lentamente y lo observo, sus ojos están vacios: lo miraban, pero no era a él a quien veían. En su mente y en su corazón era Boo Bear el que estaba tendido en aquella cama y esperaba por él.

Don't Forget Me (Larry Stylinson) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora