01. Encuentro

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Caminando por una calle de tierra, iban pasando dos jóvenes, que parecían ser simples campesinos, el primero, de al rededor de 19 años, con cara despreocupada y expresión relajada y un cabello castaño largo y despeinado, que parecía que no se había bañado, vestía ropas de pueblerino, un pantalón simple, unas sandalias de cuero y una camiseta blanca y encima de esta una chaqueta de tela muy suave y manga larga y en su cuello llevaba un collar que tenía la forma de una estrella. El otro por su parte era un chico como de 15 años, tenía una cara algo fina pero sin expresión, con una mirada que penetraba hasta el alma, con un cabello igual de castaño pero más corto y con un tono más rojizo y sus ropas eran casi las mismas sólo que este usaba zapatos, un pantalón más grueso, llevaba algo que era parecido a un manto negro que le llegaba un poco mas abajo de las rodilla y una bufanda gris que cubría su boca, a pesar que era un día soleado, y el sol estaba en su punto más alto, no parecía afectarle el calor. Mientras caminaban, miraban la naturaleza a su alrededor, los árboles a su izquierda, el río a su derecha y los pájaros que volaban sobre sus cabezas, mientras la admiraban vieron un carruaje acercarse desde lo lejos en su dirección, entonces el mayor dirigió la palabra al menor.

-Recuerda como lo ensayamos, tu eres John y yo soy Kevin, Ok?
-Claro, no olvidaría tus palabras hermano.-Dijo el menor en un todo totalmente neutro.
-Muy bien, así se habla mi pequeño hermanito.-Respondió el mayor mientras acariciaba la cabeza del menor y sonreía despreocupadamente.

Mientras el carruaje se acercaba, Kevin apresuró su pasó para encontrarse con este alzando su mano para llamar la atención del conductor. Quien conducía era un hombre de mediana edad, que parecía un comerciante, y en su carruaje iban su esposa e hija, una vez se encontraron, Kevin preguntó.

-Disculpe señor, ¿se dirige a la capital?
-Así es.-Respondió amablemente, el hombre tenía una miraba amable, que transmitía confianza.
-Perdone la molestia, podría llevarnos, a mi y a mi hermano??

El hombre al verlos a los dos dudo un poco, no parecían malas personas, pero últimamente han habido muchos asaltos por parte de bandidos.

-Le aseguro que no somos ladrones, sólo somos viajeros, y queremos llegar a la capital. Le prometo que no seremos una molestia en su viaje.-Dijo Kevin al ver la inseguridad del hombre.

Después de decir eso el hombre se veía más tranquilo antes sus palabras y decidió ayudarles.

-Muy bien suban, pero no puedo hacerlo gratis, como verán soy comerciante, no puedo darme ellujo de hacer nada gratis, y tengo una familia que mantener.
-No se preocupe, nosotros podemos pagar.
-Entonces espero que no sean impacientes, por que la capital está todavía a mediodía de camino.
-Muchas gracias.-Le contestó Kevin.

Estando de camino, Kevin iba en la parte de atrás del carruaje observando el paisaje y el atardecer, mientras John estaba a su lado con las piernas dobladas hacía su pecho, y con los ojos cerrados, aunque realmente no estaba dormido. El carruaje llevaba diferentes artículos como pieles de diferentes animales y criaturas o monstruos, joyas y piedras preciosas y semillas y granos de la más alta calidad. Kevin que estaba perdido en sus pensamientos volteó a ver la esposa e hija del comerciante, la esposa que parecía que estaba a punto de dormirse debido al largo viaje, era una mujer muy hermosa, debía estar a mediados de sus 30 y sus expresiones era suaves, dignos de una dama y su cabello era muy largo y rubio, y si hija que probablemente tenía unos 16, se veía que ya estaba dando sus primeros saltos a la adultez, y su cabello era de un dorado brillante, y aunque la chica era muy hermosa no se fijo el ella, sino más bien en ellos como una familia, y pensó que era curioso, pero a la vez interesante. La chica se percató de la mirada de Kevin, entonces al voltear la vista hacía Kevin estos cruzaron miradas y Kevin al percatarse de que había estado observándolas por bastante tiempo, este le devolvió una sonrisa, pero ella apartó la vista bruscamente, y Kevin sólo quedó con una cara de incertidumbre. La madre al percatarse de la acción de su hija le llamo la atención.

-Oye, Rosaline, eso es de muy mala educación hacerle eso a nuestros invitados.
-De que estas hablando? Ellos no son nuestros invitados, sólo son unos simples forasteros.
-Oye! Perdone la búsquedas de mi hija.-Dijo la mujer dirigiéndose a Kevin.
-Oh no no, no hay nada de que preocuparse.-Respondió Kevin con una sonrisa despreocupada en su rostro. Y sólo rió.

Al parecer a ella no le agradaba el hecho de que estuvieran viajando junto a dos desconocidos, era razonable, que de la nada en medio de un viaje familiar se les unieran dos extraños, aún si tuvieran la misma edad, siguen siendo extraños, además, por como están vestidos, parecen alguien que maneja mucho dinero, tanto ella como su madre andaban vestidos que parecían hechos de seda fina, tal vez eran una familia rica, además hay ciertas clases sociales que no se llevan bien, tal vez por eso ella parece tener cierto desprecio hacia ellos, que parecían pobres pueblerinos, fue lo que pensó Kevin.
Una vez llegada la noche, decidieron acampar en un campo abierto rodeado de árboles cerca del camino principal, todos se sentaron juntos, al rededor de una fogata mientras comían la cena que había preparado el comerciante junto con su esposa, Kevin y John habían sido invitados a comer todos juntos. Ellos dos comían juntos mientras el comerciante comía junto a su esposa y la hija junto a esta, y para romper el silencio el hombre prosiguió a preguntar.

-Entonces, Ustedes de donde vienen?

Kevin llevo su mano a su barbilla y haciendo un gesto como si buscará la respuesta correcta respondió.

-Nosotros somo viajeros, así que hemos venido desde muy lejos.
-¿Vienen del país vecino? Pero no lucen como los lugareños de allá.-Dijo con confusión el hombre.
-No no, no venimos del país vecino.
-¿Entonces vienen del otro continente? Pero aún así saben hablar bien nuestro idioma.- Prosiguió a hablar con rapidez el hombre.
-¿Eh? No no, este, a ver, ¿como le explico?-Kevin lleva su dedo a la frente y haciendo un expresión hilarante contesta al hombre.- Nuestro lugar de origen es poco conocido, así que sería muy complicado de explicar.
-¿Poco conocido? No creo que haya un sólo pueblo que no este registrado en el mapa del reino, o en los mapas de los otros continentes.
-La verdad es que hemos estado viajando desde que éramos niños, no tenemos padres, y nunca nos quedamos en ningún lugar respectivo.
-Debe ser muy duro para ambos.-Dijo la mujer mientras nos miraba con empatía.-¿Como han hecho para vivir hasta ahora?-Preguntó ella.
-En cada ciudad o pueblo hacemos diversos trabajos temporalmente hasta tener suficiente para volver a movernos.
-La deben pasar difícil.-Dijo el hombre.
-En realidad no, es un estilo de vida del cual estamos acostumbrados.-Respondió Kevin con despreocupación.-Por cierto su comida esta deliciosa.
-Me alegro que te guste.-Dijo la mujer con una expresión afable.

Mientras Kevin mantenía su conversación con la pareja, la hija, Rosaline alzó su mirada hacia John, el hermano menor, a ella le pareció un poco extraño él, su rostro inexpresivo, su mirada vacía pero penetrante, lo increíblemente callado que era, en todo el viaje sólo Kevin había hablado, a pesar de que sí tiene realmente un muy buen rostro, algo le desconcierta de él. Mientras lo miraba, él alzó su vista hacia ella, pero ella no pudo evitar sentirse incómoda, era como si estuviera su alma desnuda, y cada secreto, y cada pensamiento quedará expuesto, esto la hizo sentir escalofríos y un sudor frío recorría su espalda, y mientras era presa del nerviosismo y sus manos temblaban, Kevin susurró algo a oído de John, y todo el pánico que la atormentaba se disipó. Ella quedó con la incertidumbre de que fue lo que sucedió, ella no podía explicarlo pero sintió que algo era diferentes en ellos.
Una vez terminaron de comer, se fueron a dormir, pero en mitad de la noche, un grupo de sobras que salían desde los árboles, los rodearon.

Dioses (Nombre Provisional)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora