La puerta fue golpeada insistentemente, y HongJoong suspiró mientras le palmeaba la espalda y se sentaba en la cera.
- ¿Seguro que YeoSang esta aquí? -
SeongHwa dejo de tocar y se derrumbó en la puerta, con una expresión preocupada.
- Seguro, su madre me lo confirmó -
HongJoong asintió y se levantó, rodeando la casa y observando por cada ventana, buscando señales de alguna actividad.
- ¡SeongHwa! - exclamó - ¡ven rápido!
Detrás de un cristal, se veía claramente como aquel pequeño chico luchaba contra un hombre alto, que al parecer, lo había desvestido y ahora lo besaba contra su voluntad.
La ventana de aquellá puerta con picaporte era lo único que le impedía a SeongHwa matar a aquel bastardo.
No lo pensó dos veces y rompió el cristal con su mano, y la abrió, tirando al hombre de lado y abrazando al chico indefenso.
- ¿Llegué muy tarde? -
- Llegaste justo a tiempo -
Ambos se miraron por un corto tiempo, cuando tuvieron que llevarlo hacia el médico y luego a la comisaria, a dar su declaración.
Al llegar la noche, HongJoong se despidió de ellos y fue a su casa, asegurando que "su secreto" seguiría siendo guardado. SeongHwa tan solo le preguntó si no estaba mal en dejarlo ir.
- Entendí que no puedes tener el amor de alguien que ha dado su corazón a alguien más - explicó Kim, sonriendo y saliendo de la casa.
SeongHwa abrazó a YeoSang cuando se quedaron solos en la sala, transmintiendole toda su calma y su calor.
- Tuve miedo - confesó - mucho miedo.
- Lo sé - murmuró el mayor - y lamento haberme alejado de ti.
- No hyung, esta bien - lo miró - no es que yo valiera mucho a la final.
SeongHwa negó con la cabeza y le robó un casto beso, corto y dulce.
No le importaba saber de todo su pasado, de ese oscuro momento de su vida; no le importaba que la gente hablara mal de él; no le importaba nada, salvo estar junto a él.
- Deja de decir estupideces - aclaró, amarcandolo mientras sus piernas se enredaban a su cintura - porque no hay ni habrá otro Kang YeoSang como tu.
- ¿Tan sucio? -
- Tan puro - corrigió - tan dulce, paciente, amoroso, amable, tan...tan tú.
- Lo siento, SeongHwa - susurró, escondiendo su rostro en el hombro del mayor - lo siento por no ser tan fuerte.
- Vamos a dormir - lo llevó hasta su habitación - y deja de pensar eso, que yo te amo así.
Sonrió, antes de dejarse abrazar y terminar dormido entre los brazos de SeongHwa.
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