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Capitulo 1

Capítulo 1

- Mirame Amit - me dijo ella. Pero me negué a levantar la vista. No dejaría que viera mi tristeza, después de todo, ella no debía padecer mi tristeza. - Necesito que te cuides, que te mantengas viva hasta que lleguen. - comenzó a explicarme lo que me había dicho durante dos semanas.

Yo asentí.

- No evites hacer lo que sabes, no intentes ser normal. Haz lo que sabes hacer, que por eso eres quien eres. - dijo mi madre y me dio un beso en la frente.

Se puso de pie y abrió la puerta.

Adiós.

Una voz llena de tristeza y pena inundo mi mente. Una voz con angustia, impotencia.

No digas eso, esta no es una despedida.

Le respondí por el mismo medio por el cual me hablo ella. Proyecte una imagen de mis hermanos, como los recordaba desde la ultima vez. En ella también estaba yo, sonriendo. Y Ingrid también estaba allí.

A continuación cerro la puerta y subí a mi habitación.

No le hacia ningún bien reteniéndola aquí. Este era un asunto mío, y mi madre ya habia estado mucho tiempo aqui, sin poder hacer nada.

Mi madre, ella siempre seria mi madre. Aunque en verdad me haya encontrado, aunque mis verdaderos padres hayan muerto, ella igual era mi madre.

No la podía exponer a tal peligro, bastante que había tenido que aguantar a Aglot, mi padrastro, durante mis 16 años de vida.

Si, mi padrastro, la persona mas horrible que podría existir.

Todavía me pregunto que habría sido de ella si no hubiese tenido que cuidarme, si no me hubiese encontrado en esa balsa a orillas del Mediterráneo.

¿Hubiese sido escritora, como ella siempre deseo?

¿Hubiese formado una familia real, sin magia de por medio?

Tampoco se que hubiera sido de mi.

Estaba destinada a morir, eso lo sabia. Si no , no me habrían dejado en una balsa a la deriva durante la tormenta mas grande de la ultima década.

Lamentablemente no fui yo quien la ligo, y mi madre, Ingrid, murió.

Es decir, Ingrid, la mujer que se acaba de ir. Desearía que fuese otra la que me encontró. Alguien cruel, alguien vil. Alguien que merezca morir y volver a vivir, haciendo de la vida algo eterno y tedioso.

La magia había elegido que yo no moriría, y quien me encontrara tampoco.