Era una bella tarde en una de las grandes ciudades de la nación Asgardia, el sol tan brillante y sofocante igual que siempre, alumbraba los altos rascacielos, todos los edificios de aquel lugar eran blancos con algunos pocos detalles que se diferenciaban, los cristales de sus ventanales eran de distintos colores llamativos, cada construcción tenía su respectivo color dependiendo de la función que la nación había otorgado, cualquier habitante podría distinguir los edificios con tonos azul claro sabiendo que estos eran viviendas dónde podrían pasar la noche, los rosados eran grandes plazas para alimentos y restaurantes mientras que los anaranjados servían para las telecomunicaciones, por otro lado los amarillos eran comerciales y entre muchos otros; Asgardia era la única nación que había organizado así sus viviendas y edificios, está última idea era de los habitantes de origen Chino basándose en el arte del Feng Shui.
Se apreciaban magníficas naves espaciales paseando de un sitio a otro, las personas caminaban serenamente entre sus largas avenidas, vestían de curiosas prendas sueltas y muy cómodas, la mayoría de las mujeres chinas llevaban túnicas holgadas casi transparentes de texturas suaves y ligeras, traían hermosos sombreros, mientras que los hombres usaban pantalones aguados y sutiles playeras.
En uno de los departamentos de esos edificios con cristales azulados vive una capitana, Besh Rhot, era una mujer alta de piel bronceada, cara redondita con ojos en forma de almendra color negros con un curioso anillo blanco ente la pupila y el iris, su cabello trenzado negro le llegaba por las rodillas y vestía de ropas oscuras, leía las noticias en su celular; los aparatos de la época eran de hologramas táctiles con imágenes perfectamente definidas, tan sólo el aparato era una pequeña vara metálica, de aproximadamente diez centímetros, con cuernos en los extremos de los cuales provenían aquellos hologramas, tenía un solo botoncito, justamente en el centro estaba un hueco para la huella digital, a sus lados estaban las bocinas mientras que el la parte trasera una microcámara.
«Nijamaraluj está mañana abordó en sus naves espaciales a más de 3 millones de sus habitantes las cuales se estima que lleguen a la gran base Fángzhōu este vienes 11 de octubre de 2043» ojeaba mientras deslizaba los hologramas hacia arriba esperando no encontrar malas noticias, «Fuerte sismo en el sector 9 de Asgardia» «El presidente de la nación Hidramperia advierte el último eclipse de la humanidad» «Asgardia logró salvar al 80% de su población el cual en estos momentos se dirige a Fángzhōu compitiendo con Nijamaraluj»
—¡¿Qué?! Eso no es cierto —Murmuraba para ella misma sorprendida.
De imprevisto se impacto al ver los hologramas del teléfono que cambiaron sin previo aviso «alerta sísmica地震警报» se había puesto en automático con colores rojizos, su aparato emitió una alarma que pronto también se oyeron por los altavoces de las calles y todo el edificio, Besh se levantó con temor plegándose a una pared, escuchaba que por los pasillos la gente salía de sus departamentos tan deprisa para salir del edificio «Es inútil bajar, estamos por las nubes» pensaba hasta que un movimiento súbito la interrumpió, el edificio se balanceaba lentamente de lado a lado, caían sus floreros, adornos y demás cosas, sus trofeos de sus repisas se estrellaban contra el suelo, las luces se apagaban con sus lámparas agitándose, se podía percibir como el concreto crujía mientras se agrietaban las paredes, sus muebles se desplazaban de un lado a otro, y una de sus puertas se abría y cerraba con fuerza, las alarmas se dejaban de oír, solo se percibían llantos y la misma naturaleza del sismo, la capitana miraba con terror hacia las ventanas pensando que era el final de todo, los edificios de enfrente chocaban entre sí y vislumbro que algunas naves caían o se desviaban del camino, Besh trato te caminar hacía la puerta, pero el brusco movimiento no la dejo moverse, los minutos parecían una eternidad, el azulado suelo comenzó a partirse cundo por fin el desastre acabó.
—¡Dios mío! —Bisbiseaba mirando una grieta bajo sus pies.
Camino sigilosamente hacia su cuarto que como el resto del departamento quedó hecho una ruina, tomo su bolso, una arma que saco de uno de sus cajones tirados y corrió a la salida, abrió la puerta del apartamento y distinguió a muchos de sus vecinos asustados tan apresurados por salir, el suelo del pasillo se quebraba.
—¡Regresen a sus departamentos! —Dirigía un personal de protección civil— ¡El pasillo no está en buenas condiciones, deben regresar a sus departamentos!
—¡Nada está bien aquí! —Gritó uno de los residentes— ¡los suelos están agrietados! ¡Debemos salir de aquí ahora!
Besh caminaba entre la multitud pasando a un lado de la pared.
—¡Regresen a sus departamentos! —Intentaba nuevamente aquel hombre pero no pudo controlarlos.
Después de casi una hora bajando escaleras salió de aquel edificio dirigiéndose a otro que tenía cristales púrpuras. Aquel era un apartamento muy grande de vehículos voladores. Pasó mostrando sus placas de capitán para evitarse una larga fila, subió a un quinto piso y camino sobre una acera entre autos y naves de todo tipo, (algunos habían quedado dañados) llegó frente un vehículo rojo muy moderno, pasó su huella digital para abrir la puerta, una ves sentada en su cómodo asiento color crema se colocó su cinturón de seguridad y comenzó a encender el vehículo con una serie de botones, al encenderse por la parte inferior del vehículo se reflejó una luz azul neón haciendo que esté comenzará a levitar.
Siguió por las grandes avenidas principales, habían muchos edificios afectados, afortunadamente ninguno cayó durante el sismo, aparecieron más naves que de costumbre, Besh se acercó a un gran edificio símil a la torre Eiffel, este tenia ventanas con cristal rojo, era el ministerio del sector 5 y la construcción más grande de la ciudad, estaba justo en medio de hermosos jardines con fuentes y faroles muy llamativos, parecía que ahí no sucedió mucho. Continúo hacia una rampa que la dirigía por debajo del gran parque, entrando divisó un gran estacionamiento de naves lujosas, aquel lugar tenía alumbrado atómico, prosiguió a estacionar su vehículo a unos cuantos metros lejos de las entradas y camino hacia unos elevadores que la llevarían a la parte superior del edificio.
Un par de minutos más y llegaba con su batallón, se formó para pasar lista y asistió a la reunión a la que habían sido convocados.
—Buenas tardes capitanes, es un gusto tenerlos aquí a pesar del sismo de hace una hora —habló el general Chao Li, un hombre de rasgos asiáticos, cabello canoso y de piel morena y arrugada— Les debo notificar que necesitaremos que asistan al sector 12 para que comanden las naves espaciales, se les dará un determinado número de pasajeros, ustedes deberán cuidarlos como a sus propios hijos.
»Cada uno de ustedes contará con una nave espacial Jiānyù chuán 2990, un modelo muy sencillo para llegar a la luna, una vez ahí, en la base espacial lunar llegarán otras naves que nos trasladarán hasta Fángzhōu para por fin iniciar la nueva era de la humanidad, la Edad Espacial«
»Todas las naciones se negaban en afirmar la fecha exacta del gran eclipse universal, y bien ustedes saben, como lo hemos venido estudiando antes, en este último y gran eclipse universal, Hercólubus ocultará a la Tierra en las tinieblas durante cinco meses y medio, y como pueden notar, en todo el planeta, todos los días, se manifiestan terremotos no menor de 7 grados, saben que es el resultado de la fuerza electromagnética de este gran titán, el planeta ya no es habitable y no podemos aferrarnos a este que fue tan maravilloso miles de años atrás, debemos avanzar.
»Estos desastres están apareciendo más continuos, hace un par de minutos nos han avisado que lo que quedaba de las islas de Canadá y Nueva York fueron sumergidos en los océanos, falta muy poco para que América sea sumergida por completo y por ello todas las naciones espaciales están actuando de inmediato. Ya se nos ha agotado el tiempo«
»Todos sus pasajeros están en marcha al centro de naves espaciales del sector 12, vienen de distintos países no espaciales, gracias a ellos pudimos finalizar nuestros proyectos, todos ellos tienen su boleto de pasaje«
Besh quedaba tan pensativa mientras su general hablaba, «Por fin saldremos se este infierno, por primera vez iré al espacio, no creí que sobreviviría para vivir este momento» Olvidó que seguía en su reunión que poco tiempo después finalizó.
Unas horas más tarde Besh regresaba a su departamento, casi oscurecía y se podía apreciar dos apuestas de sol, el planeta Hercólubus parecía un segundo sol todas las tardes, pero durante los últimos meses este parecía un poco más desvanecido y más cerca de la gran estrella, pareciera que en cualquier momento llegaría el eclipse más temido por la humanidad.
Malas noticias escuchó la capitana cuando llegó a su edificio, «Fuera de servicio» tradujo unas cintas en chino que rodeaban el lugar, muchos quedaron en la calle, el gobierno no se molesto en ello, tenía otros asuntos más importantes.
Enseguida Besh tomó su celular llamando a una de sus mejores amigas que afortunadamente estaría en la misma nave del día siguiente, manejó casi media noche por las carreteras desde el sector 5 hasta llegar al 10 pasando sobre grandes ciudades que alumbraba la oscuridad con diversos colores de cada uno de sus edificios, eran hermosas ciudades muy coloridas, uno que otro sitio había quedado en ruinas aun manteniendo su esencia, a lo lejos divisó el gran mar y curiosamente hizo una parada en una de las playas, camino sobre la arena un rato admirando quizá por última vez las playas del planeta.
Finalmente al llegar con su amiga pasó el resto de la noche en un edificio idéntico al del sector 5, en una de las habitaciones de su amiga, justamente en el primer piso de los departamentos.
Fleur Wembley, era una hermosa mujer de piel clara, nariz fina con ojos verdosos (resultado de una mutación genética) tenía su cabello corto y de colores azulados, es amiga de Besh de hace mucho tiempo, trabajaban juntas desde que iniciaron su carrera.
A la mañana siguiente se podía apreciar aquellos dos soles, la capitana había recibido un gran número de notificaciones en su celular, más que de costumbre, al parecer muchos sitios de todo el planeta continuaba en decadencia.
Fleur preparaba el desayuno mientras que Besh atendía otros asuntos por su teléfono, veía la lista de todos sus pasajeros que le habían otorgando, eran justamente las veinte personas prometidas.
—¿Qué harás con tu Fahuoquian? —preguntaba la mujer sirviendo el jugo dejando escapar una sonrisa.
—Supongo que la dejaré, no logré conseguir los papeles para transportarlo, resulta más barato comprar otro vehículo que llevarlo conmigo —contestó con la mirada en su celular.
—Oh es una lástima ——Hizo una leve mueca tomando su cintura con una mano y con la otra el vaso —me alegró mucho cuando lo compraste, fueron de los mejores vehículos, me imagino que con esos podrías huir de los sismos sin problemas ¿No crees? —tomo un sorbo de su jugo y la miro por arriba de su vaso.
—Si, eso creo, desafortunadamente estaba haciendo tiempo para ir a mi reunión de ayer y ahora estos últimos sismos han sido inadvertidos —Dejaba su celular dispuesta en ayudar a servir los platillos.
Fleur se dirigió a la estufa guardando silencio cuando de pronto las alarmas sísmicas se oyeron una vez más. Dejo caer su espátula del susto alzando sus manos.
—¡DIOS! ¿¡UNO NO PUEDE NI DESUYAR POR ESTO!? —Vociferaba dirigiéndose a la salida para abrir la puerta.
La capitana se movió en automático sintiendo una leve taquicardia mientras seguía su paso, durante la bajada su amiga continuaba quejándose…
—Por eso pedí mi cambio al primer piso, ¡una ya no puede vivir tranquila aquí porque el mundo se cae! —siguió afuera del edificio.
Esperaron aterradas mirando alrededor, vieron salir algunos cuantos de sus edificios, todos tan asustados esperaban algo.
—Ya se está sintiendo —avisaba Fleur casi en susurro— ¿Lo percibes?
Besh asintió con la cabeza muy atenta, un par de momentos y aquel movimiento incrementaba un poco, se pudo apreciar que las cosas comenzaban a tambalearse, pasaban de segundo a segundo y este parecía que no sería cualquier sismo, ambas sintieron un gran movimiento que las hizo caer, Besh se puso de pie rápidamente e intento caminar, pero ya no pudo moverse más, volvió a quedar en el suelo y solo se quedó ahí, sentada viendo en todas direcciones mientras abrazaba a su amiga.
—No, no, no, ¡YA! —Lloriqueaba Fleur cerrando sus ojos en brazos de Besh.
Los árboles se sacudían, unos se elevaban, otros bajaban, los edificios comenzaron a caer a unas cuantas calles, trataron de ponerse de pie dando traspiés y siguieron entre la multitud que salía de los edificios cercanos, el piso se agrieto, a unos metros se levantaba la tierra a gran altura, otros tramos de la calles sucumbían con todo y edificios, Besh se aproximó a un árbol y lo único que se le ocurrió fue abrazarlo con todas sus fuerzas, su amiga la siguió.
Toda la ciudad decaía tan deprisa, muy pronto algunos edificios quedaron bajo la tierra, algunos árboles caían entre las profundidades de las grietas y justo cuando se creía que el sismo nunca acabaría, este se fue aminorando.
—¿Estas bien Fleur? —Soltaba el árbol echando un vistazo hacia atrás.Aún se sentía un leve movimiento, el edificio del cual habían salido, estaba inclinado apoyándose sobre otro.
Paso unas horas y se dirigieron al sector 12 a como pudieran llegar, iban en un automóvil azulado, desgraciadamente la mitad del aparcamiento se cayó con todo y automóviles entre ellos el de la capitana, apenas sí pudieron rescatar la de Fleur.
—Besh ¿Recuerdas cuando nos dijeron que antes del gran eclipse los días comenzarían a alargarse un par de horas más? —Preguntaba Fleur abriendo un bocadillo.
—Creo que si, ¿Por qué preguntas?
—Son las siete de la noche y parece medio día.
Besh mira de reojo hacia el cielo.
—¿Entonces es cierto que el eclipse será mañana? —Preguntó esperando que Besh tubería información que quizá a ella no le habrán dicho.
—No Fleur, es en dos meses, te lo dije hace un año ¿Dónde oíste eso?
—Rumores de las redes… —Da un mordisco a su bocadillo y continúo con la boca llena —Dicen que ahora el sol aparecerá en el Norte —trago y luego aclaró— y no en el oriente.
—Ah no lo sé, disculpa, estaba pensando en otras cosas —dice casi entristecida.Quedaron silenciosas un momento.
—¿Es tu hermano verdad?
Besh afirmó con la cabeza.
—Es el único familiar que tengo —Dice ojeándola, sonriéndole mientras ella veía su celular, sitió cariño hacia su amiga —De hecho, tú y él son mi única familia, no quiero perderlos.
Fleur se enterneció e intento animar a Besh
—No te preocupes por eso, él ya está en la luna, ahora de quién te debes preocupar es de ti, yo siempre estaré a tu lado, llegaremos juntas a la Luna y seremos felices viajando entre las estrellas —Hablo regalándole una sonrisa, Besh le devolvió el gesto siguiendo su trayecto.
En un par de minutos llegarían al sector 12 preparadas para viajar al espacio por primera vez.
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Asgardia
Ciencia FicciónEl final de la gran raza humana llegará pronto, un enorme planeta desconocido afectará electromagneticamente la estructura de la Tierra provocando sismos y desastres naturales... No habrá lugar seguro... Nadie tendría la fortuna de sobrevivir tal e...