Capitulo único.

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Marinette llevó sus brazos alrededor de la nuca de su novio, cortando lo más que podía la distancia que había entre ellos para así poder valsar la balada que acababa de sonar, perfecta para cualquier pareja que quisiera bailar.

Se encontraban en la boda de sus amigos de secundaria, Iván y Milene. Una fiesta muy amena y divertida, pues tenían amigos que llevaban años sin ver y, casualmente, ese evento había servido —aparte de festejar un nuevo matrimonio— para revivir viejos momentos con todos sus amigos.

Bueno, pero esa boda también le había hecho pensar muchas cosas a Adrien. Actualmente, su vida estaba en perfecto orden: era inmensa mente feliz con las personas que actualmente lo rodeaban, pues sentía que eran amistades tan profundas que las consideraba familia, ademas, se venían cosas prometedora en su trabajo.

Pero la cosa que lo hacía sentirse el hombre más afortunado del planeta era estar con su hermosa novia, Marinette.

La amaba como a nadie más en el mundo y sabía que el sentimiento era recíproco. No podía hacerse a la idea de una vida sin ella a su lado.

En definitiva, esa mujer era a quien Adrien quería por el resto de su vida. Esa mujer que a pesar de los tantos años de conocerse, no dejaba de sorprenderlo y cada día lo enamoraba más.

De repente, le llegó una idea a la cabeza.

¿Qué tan loco sería proponerle matrimonio?

Varias veces ellos habían hablado sobre el futuro que querían juntos y estaban sorprendidos de tantas coincidencias que tenían en mente: vivir juntos, adoptar a un hámster, casarse, viajar por todo el mundo, tener tres hijos, darles muchos juguetes y seguir siendo felices hasta que sean viejitos.

Pero dejaron sus planes a largo plazo para seguir disfrutando de su juventud. Aunque podían seguirla disfrutando, pero ahora en una nueva etapa en donde él la pudiera presentar como su hermosa esposa.

Para qué prolongar más las cosas si deseaba pasar el resto de su vida con ella. Además, Adrien ya se sentía listo para dar ese gran paso en su vida, aunque claramente tenía que preguntarle a Marinette si se sentía de la misma forma.

No perdía nada con hacerle la propuesta, pero si lo iba a hacer, tenía que salir todo perfecto para probarle a Marinette que podía ser su hombre ideal.

Cuando la boda de sus amigos llegó al final, él ya tenía organizado cinco pasos
para que su propuesta saliera perfecta. Aunque, necesitaría la mayor ayuda posible para llevarlas a cabo.

Paso 1: Lluvia de ideas.

— Ideas, chicos. Necesito ideas —Adrien vagaba por toda la sala, mientras se dirigía a sus mejores amigos.

Había visitado a Nino y a Alya para contarles la "gran noticia" y que, de paso, le ayudaran a poder planear la propuesta ideal.

Alya, al enterarse, empezó a llorar de la emoción; feliz de que Adrien captó las indirectas de su novia y, por fin, podría ver a su mejor amiga vestida de blanco.

Pero su reacción no se comparó en nada con la de Nino, que corrió a los brazos del rubio para llorar en su hombro. También se encontraba igual de contento, pero se podía escuchar como le susurraba a su amigo que era un "soldado caído".

— Yo tengo algo en mente —habló Nino, chasqueando los dedos—. ¿Y si le pones el anillo en un ramo de flores?

— No, Nino —contestó su novia—. Eso es muy cliché.

— O si no les gusta esa idea, una vez ví un video donde un chico fingió morirse y cuando su novia se acercó, él se hincó para proponerle matrimonio.

Operación: compromiso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora