— ¿Q-que?
— ¡Como escuchaste! ¿te gustaría salir conmigo?
— Pe-pero ya fuimos ayer.
— Eso no contó cómo salida — ella no esperaría un no por respuesta.
— Bien... Después de clases.
— ¡Sí! — estaba muy contenta, de verdad quería recuperar el tiempo perdido.
— Disculpa ¿tu eres Iruma? — la joven de pelo albino se acercó, quedando frente de los dos amigos.
— Sí ¿pasa algo?
— ¿Eh? No, nada, es sólo que...
— Niña estás muy nerviosa ¿acaso te gusta Irumachi? — hablo mientras la miraba fijamente, acompañado con una sonrisa que mostraba inocencia.
— ¿Que? ¡No! Claro que no, es sólo que no se me da muy bien hablar con los demás...
— ¡Clara! No digas esas cosas — la menor asiente — Lo siento por el comentario que hizo mi amiga — se para rápidamente y hace una reverencia.
— No hay problema y la maestra te espera en la dirección — al finalizar de hablar, se dirigió a su asiento.
— ¿La maestra? ¿en la dirección?...
— ¿Ahora que hiciste Irumachi?
— ¿Yo? Nada... O eso creo... — trato de recordar todo lo que había pasado ayer, más no recordó nada malo que provocará ir a la dirección.
— Pues tienes que ir, no quiero que mamá te regañe.
— Tienes razón, ahora vengó.
— ¡Iruma! — grito mientras entraba al salón.
— Hola Azz, ahora vengó ¿puedes cuidar a Clara?
— ¿Cuidarla?
— Sí, sólo vigila que no haga nada raro mientras no estoy por favor.
— Claro, pero ¿a donde vas?
— Que Clara te lo explique, por ahora no puedo — empieza a correr — ¡Nos vemos! — dice mientras se alejaba.
— Claro... — camina hasta el asiento de Clara — Hola.
— ¡Hola Azz!
— ¿A donde fue Iruma? — se siento en el asiento del pelo azul.
— A la dirección.
— A la dirección... — se para de golpe — ¡¿A la dirección?! — grita, ocasionando que todos volteen a verlo.
— ¡Azz, no grites! — igual se para.
— ¡¿Como se pudieron llevar a Iruma?! Aparte ¡tu también estás gritando!
— ¡Pero es para callarte! Y ¡yo tampoco se por que se llevaron a Irumachi!
— ¡Entiendo, tenemos que pensar cual fue el motivo! Pero primero... ¡Sera mejor que dejemos de gritar!
— ¡Bien!
Y los dos al instante dejaron de gritar y de mala gana se sentaron.
— ¿Alguna idea?
— Ninguna, Irumachi no es el tipo de persona que sea mala.
— En el poco tiempo que lo conozco nunca he visto que se comporte de mala manera... Entonces ¿cual será el motivo?
—............— Clara sólo se quedó callada, la verdad no sabía si en verdad su amigo seguía siendo el mismo — Tal vez cambio en el tiempo que no lo vi.... — susurro con tristeza, mientras recordaba.
— ¿Dijiste algo? — la pelí-verde niega — Bien... — suspira — Creo que mejor me voy a mi asiento, parece que todo está normal.
— ¿Normal?
— Sí, Iruma me dijo que te cuidará, por si llegabas a hacer algo raro, pero veo que no, es por eso que me voy — se levanta — Nos vemos Clara.
— ¡Nos vemos! — sonríe por un momento para ya después borrar esa sonrisa — Parece que Iruma se preocupa demasiado.
[Es normal, después de todo...]
Tonta.
— No por favor... Por favor aguanta — pone sus manos en sus oídos, tratando de nuevo ya no escuchar — Haz lo... Aguanta por Iruma...
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— Bien... Aquí voy...
Toc toc.
— Adelante — escucha la voz de una mujer, al otro lado.
— Co-con permiso — dice, mientras habré la puerta y la cierra con cuidado.
— Joven Iruma, buenos días.
— Buenos días directora — mira que a un lado de la directora, se encuentra la maestra — Buenos días maestra.
— Buenos días Iruma, toma asiento por favor.
— Gracias — se sienta en la silla que se encontraba en frente de las dos mujeres.
— Muchas gracias por venir, el motivo por el cual te he hablado es... Por Clara.
— ¿Clara? ¿pasa algo con ella?
— Aún no, pero... Hemos encontrado algo que... Algo de ella, directora por favor.
— Sí — en sus manos se encontraba un pequeño sobre — Iruma, me puedes decir si esto ¿es verdad? — le extiende el sobre.
El menor, con algo de temor, toma el sobre, al ya tenerlo entre sus manos lo habré con cuidado.
— ¿Qu-que? — no se lo creía — Esto...
[Esto no debería de estar aquí] pensó.
— ¡¿De donde sacaron esto?! — grito mientras se paraba de golpe, apretando con fuerza lo que se encontraba en sus manos — ¡¿De donde lo sacaron?! — grito con enojo por segunda vez.
Necesitaba una respuesta, pues el sabía que eso era algo confidencial.
— Tranquilo Iruma, sólo queremos una respuesta — dijo la maestra, no se esperaba una reacción así, pues Iruma se veía que era alguien muy tranquilo.
— ¡No! ¡Yo igual quiero una respuesta, digan me! ¡¿de donde lo sacaron?!
— Iruma — hablo la directora — Eso me lo dejaron aquí, en el escritorio, parece que alguien entro y lo dejó — mientras hablaba, Iruma se sentaba, prestando atención a cada palabra — Dime Iruma ¿eso es verdad?
—..........— apretaba ese sobre con fuerza, su cabeza la tenía agachada, no quería mirar a las dos mujeres que tenía en frente.
— Por favor Iruma habla, tal vez nosotras te podamos ayudar.
— No... — levanta su cabeza, sus ojos ya se encontraban derramando lágrimas — Se que suena tonto, pero nadie nos puede ayudar... Para esto... Ya no hay solución.
— Es lo que me temía... — dijo la directora, sentía lástima por ellos — Iruma, lo siento pero... Quedan expulsados de la escuela.
— ¿Qu-que?
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Loca por tu amor. [Editando]
Romance- Sabes Iruma... me traes loca, tanto así, que mataría por tu amor. *Historia %100 hecha por mi* *Prohibida su copia o adaptación*