#7 Interrogación

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¿Les digo algo? Si alguna vez necesitan ayuda con la literatura inglesa, busquen ayuda con Raymond Ayala.

Debido a la excelencia de "mi" trabajo, que realmente hizo Raymond saqué 8.

Llegué corriendo de el colegio a mi casa, Raymond y papá conversaban en el jardín, seguro era día libre de mi papá porque los dos estaban en short en los camastros al lado de la piscina tomando el sol.

No me importo el hecho de que estuviera papá presente, me lancé sobre Raymond, quedamos en una posición algo extraña, es decir, mi rodilla estaba en su amiguito, nuestros rostros a centímetros.

Aún así sonreí.

-Saqué un ocho.

Su rostro estaba rojo, se veía nervioso.

Como no, su amiguito estaba poniéndose feliz, dios mio, que hormonas.

-Felicidades.- medio sonrió.

-Gracias.- escondí mi rostro en su cuello.

-Selena estas incomodando a Raymond.- dijo mi papá.

-¿Y?

Sabía que no me bajaría de él hasta que me aburriera, así que dejó ese tema.

-¿En que sacaste 8?

-Literatura Inglesa.

Los ojos de mi papá casi salen de su lugar.

-Siempre sacas 5 o 6.

-Raymond me ayudó con un trabajo y gracias a eso Saavedra me puso 8.

-¡Eso sin duda hay que celebrarlo! ¡Natasha!

La empleada llegó corriendo.

Estúpidas lambisconas.

-Dígame señor Gomez.

-Avísale a mis hijos y a mi esposa que se arreglen, iremos a comer.

-Si señor.- la mujer desapareció.

-Bueno, vallan a arreglarse, hay que festejar el primer 8 de mi princesa. -besó mi mejilla y se fue.

-¿Primer ocho?

Alcé la mirada, nuestros rostros estaban a cm, no se cuando fue que Raymond empezó a rodear mi cintura con su brazo.

Su amiguito seguía feliz si, pero creo que ahora que papá se había ido tenía más confianza.

-No siempre el mejor amigo de tu papá te hace la tarea.

Raymond rió.

-Creo que debes ir a arreglarte.

-Me gusta más estar aquí con usted.

Él se sonrojo, Patético.

-Tu papá puede malinterpretar esto.-Al cuerno mi papá.

Me acerqué a él lentamente, cuando estaba a tan solo un centímetro de sus labios el cerro los ojos, besé su mejilla rápidamente y corrí al interior de la casa.

No vi su reacción, pero de imaginármela me daban ganas de reír.

Me puse una blusa de encaje blanco, un short estampado y tacones negros, simplemente me hice una "cebolla"

Mamá y mi hermana portaban vestidos de colores pasteles y recogidos perfectos, ese sinceramente no era mi estilo.

Al principio me decían cosas, luego se resignaron a que no iba cambiar.

Papá condujo hasta un restaurant, de esos en los que te sirven una baba de comida y tienes que vender un riñón para pagar la cuenta.

La comida no fue muy interesante, papá y Raymond hablaban de negocios, mamá y Rebecca de moda, mi hermano se mensajeaba con quien sabe quien y yo simplemente los observaba a todos.

Agradecí cuando Gomez pidió la cuenta y nos devolvimos a casa.

Ya era de noche cuando llegamos, me metí a mi habitación, me puse la pijama cuando estaba por dormir alguien llamó a mi puerta.

Era Dylan.

-Hola Chris.- sonreí contenta.

Adoraba a mi hermano, era realmente bueno hablar con el.

-Hola chiquita.

Siempre me había llamado así, literalmente.

-¿Qué sucede?

-Bueno, es que tu eres una chica y..

-¿Quién te gusta?-suspiré.

Mi hermano había salido con una chica en sus 16 años. Su nombre era Camila y era un verdadero dolor de cabeza, sin contar que le puso el cuerno a mi hermano.

-Se llama Alicia. —se rascó la cabeza.

-Ajá, continua.

-Ella es realmente diferente.- rió enamorado.

-¿Diferente en que sentido?

-No es la típica chica obsesionada con la moda y el físico, es más como tú, por eso te pido ayuda a ti.

-¿Cómo yo?- fruncí el ceño.

-Ama el skate, las fiestas, odia a las huecas, es grosera, alocada, tu entiendes, prefiere los tenis sobre los tacones, las gorras sobre las diademas... Como tú.

Finalmente mi hermano se había conseguido a una chica bien.

-Bueno.- sonreí, No seas empalagoso, odiamos a los chicos así, se coqueto, excitante ¿Sabes a lo que me refiero no?-el asintió.- Comprale cosas, háblale sobre skate, sorprendela, ya sabes, pasa por ella sin previo avisó, llévala a lugares.

-Creí que a las chicas les gustaban los hombres románticos.

-A las chicas normales si.

Dylan rió.

-Gracias hermanita.- se acercó a mi y me abrazo.

-De nada.- sonreí.

-¿Y tú?

-¿Yo?

-¿Cómo vas con el amor?

-El amor es una estupidez Dylan, sin ofender.

-¿Segura?

-Si ¿por?

-Por como mirabas a Ayala ¿te gusta no?.

Daddy's Friend Chip ❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora