[DARLING]
Explicar como me sentía en estos precisos momentos era totalmente imposible, hace unas horas me encontraba con mi familia riendo de cualquier cosa graciosa que nos sucedia todos los días. Y ahora me encontraba huyendo, huyendo por mi libertad.
|3 Horas antes|
─Vamos cariño no toda la vida te podrás quedar en casa sentada con un libro en manos, tienes que conocer personas. ─animó mi bella madre. A veces podía ásfixiarme pero siempre tenía razón. ─ ¡Bien, tú ganas! Llamaré a los chicos para ver que harán hoy ─. Asintió mientras depositaba un tierno beso en mi frente y retiraba de la habitación.
Y como le prometí me apresuré en llamar a mis amigos.
─¿bueno? ─. Preguntaron detrás del celular.
─ ¡Hola, Brandy! Soy Darling. ─ respondí
─ ¡Oh Darling, guapa! Estabamos esperando tu llamada, tu madre dijo que llamarías.
─ Ah así que mi madre eh ─. Dije disgustada.
─ sabes que tu madre lo hace porque te quiere, ¿verdad? ─. Preguntó más que obvio.
─ Si, como sea. ¿qué harán hoy? ─pregunté ya más emocionada por el plan.
─ Iremos a casa de Charlotte, según lo que nos contó fue que la pasaríamos MUY bien ─. Resaltó el muy.
─ Me parece bien, nos vemos allá. ─ Colgué.
Tocaron la puerta y me sobresalte.
─¿quién? ─ pregunté.
─ Cariño soy tu madre.─ contestaron detrás de la puerta de mi recamára. ─ pasa─. Contesté ─ ya está todo listo abajo, puedes irte ya.─ dijo sonriente.
─¿ya me sacas madre? ─. Pregunté incrédula, pero mi bella mamá me lanzó una mirada asesina y tuve que bajar rápidamente por mis cosas e irme a casa de Charlotte.
Realmente no le quise decir a mamá que era algo escalofríante el camino hacía la casa de mi amiga ya que me tomaría de exagerada e incluso como una tonta excusa para no salir de mi recamára. De hecho ya estaba llegando al punto exacto donde la hermana mayor de Charlotte había asesinado a su novio y a la chica con quién la engañaba, incluso a ella misma. ¿por qué sigo siendo amiga de Charlotte? Por miedo que ocurra lo mismo conmigo.
La calle estaba muy solitaria, la brisa del viento golpeaba en mi rostro y un fuerte escalofrío me atrapó cuando escuché como varias hojas chocaban entre ellas, paré mi paso inmediatamente e hice lo que no debía, volteé atrás y lo que me atormentaba salió de un brinco pero no lo ví. Grité tan fuerte que al mismo tiempo tapé mi rostro con ambas manos, pero no me había pasado nada, estaba bien y quité lentamente mis manos, al ya no tenerlas obstruyendo mi vista solo observé una ardilla quién al verme salió corriendo vélozmente. No la culpo yo haría lo mismo. Dejé pasar ese mal entendido y apresuré mi paso para llegar a mi destino.
─ ¡Harley! ─. Gritaron el apodo que me habían puesto mis amigos, claramente esa voz pertenecía a Fredy. Lo supe mientras me iba acercando.─ hola. ─respondí el saludo. ─ bien ahora llamemos a la puerta para que Charlotte nos abra.─dijo Camerón.─ me parece una gran idea.─dijeron al unisono Cristina y Mariano al mismo tiempo, eran gemelos.─ yo lo hago─. Hablé por último y todos asintieron.
Toqué la puerta pero nadie abría, volví a tocar pero nuevamente nadie correspondió el llamado, realmente estaba confusa así que volví a ínsistir por última vez, nadie abrió así que empezamos a bajar las escaleras para retirarnos, pero cuando ya ibamos por el penúltimo escalón la puerta se abrió y aútomaticamente vimos hacía atrás, no se encontraba nada, ningún rastro de Charlotte, todos estabamos átonitos, solamente nos observabamos pero a la vez la curiosidad nos estaba carcomiendo. Y fue Fredy quién dió la iniciativa.
─ ¡¡Fredy joder!! ¡no vayas! ─grité en un múrmuro.─ tenemos que hacerlo.─respondió. Dejé que siguiera, cuando estaba empujando poco a poco la puerta para que se abriera la cerraron tan fuerte que todos empezamos a entrar en desesperación. Aunque eso no bastó para que nos retiraramos, Camerón fue ahora quién con una patada derribó la puerta, mientras Cristina y yo estabamos aterrorizadas por lo que nuestros ojos estaban viendo. Charlotte estaba tiraba en las escaleras del segundo piso, todos subimos como pudimos, yo me dédique a ver su pulso, aún tenía pero estaba débil, saqué mi celular y llamé a la ambulancia, solo tenía 1% de batería. ¿cómo se descargó tan rápido? La ambulancia me dijo que harían todo para llegar lo antes posible. Saqué el cuerpo de mi amiga hasta donde el arbusto en el que había salido la ardilla, Cristina y yo nos encargamos de que se quedara ahí, luego regresamos inmediatamente con los chicos pero el único que se encontraba era Mariano, él nos escondió atrás de un árbol cercano de la casa y nos contó lo que había sucedido, estaba frío, con miedo, era inéxplicable. Al parecer la hermana de Charlotte no se había muerto, estaba viva y fue ella y su madre quiénes se llevaron a los chicos, pero no nos dió tiempo de pensar un plan, nos cedaron. Lo único que recuerdo ver es a mis dos amigos desmayarse para luego yo hacer lo mismo.
|Actualmente|
Estaba desesperada, necesitaba salir de aquí y lo único que podíamos hacer era correr, correr y correr.
─ Harley, ¿¡a dónde vamos!? ¡Ya me cansé! ─dijo mientras lloraba.─ ¡tranquilizate! Yo también estoy cansada pero necesitamos salir, ya no tenemos celulares y aunque los tuvieramos no tenemos batería.─dije inhalando y exhalando. Luego espezamos a escuchar sirenas de la polícia, todos volvimos a tomar postura y buscar la forma de que nos encontraran.
─ ¡harley! Mira.─ apuntó la ventana que se encontraba arriba del refrigerador─. Bien esa es nuestra salida.─dije para ver a todos y que estos asintieran, decidimos que Cristina saldría y asi fue, movimos las cosas que estaban ahí y fueron pasando uno a uno, la ventana era bastante grande, aún no me creo que hayan sido tan idiotas de dejarla a la vista.
Todos ya estaban afuera solo me estaban esperando a mi, así que empecé a sacar mi pierna y mi brazo derecho, seguida mi pierna izquierda pero el brazo izquierdo alguien lo había jalado. Los chicos empezaron a gritar y a tirar piedras a la persona que me tenía atrapada, solo pude luchar para no volver a entrar a esa horrible casa. Derrepente la hermana de Charlotte me tomó con sus uñas mientras estas aruñaban mi brazo, los chicos aún seguían defendiendome. Cristina no paraba de llorar ella estaba en shock como yo, la madre de Charlotte tomó una jeringa y me inyectó, me dolía y realmente mucho, estaba al borde del llanto y la desesperación. Luego de unos minutos mi cuerpo dejó de resistirse. Ya no supe más.
Abrí poco a poco mis ojos, aún me sentía débil, mi vista estaba algo borrosa pero mientras se iba acostumbrando a la luz mejoraba. De pronto escuché mi nombre y voltié a mi izquierda, mi madre estaba llorando al igual que mi padre, al percatarse que ya había despertado empezaron a preguntarme tantas cosas que nisiquiera entendí ninguna. Solamente sonreí como pude. Y levanté mi brazo izquierdo sin embargo me dolió tanto que solté un gemido de dolor.
─ Cariño tu brazo sufrió varios aruños profundos, es mejor que no hagas mucha fuerza.─dijo mi padre sollozando. Asentí y observé a mi alrededor, estaba en una habitación blanca y llevaba una bata.─¿dónde estoy? ─pregunté ─. Estás en el hospital ─respondió mi madre mientras quitaba algunas lágrimas rebeldes. Después ví a mis amigos a mi derecha, todos se veían cansados. Pero tenía que hacer algo.
─¿qué sucedió? ─pregunté.─ todo terminó ─respondió un Camerón cansado. Asentí con una sonrisa débil y un suspiro de alivio.
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Colaboraciones Y Posibles Historias
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