¡Fantasma tonto!

Parte Única (?

*portar un sombrero verde = En China este dicho se emplea en las personas a las que le han puesto los cuernos.

*vinagre/olor a vinagre = celos

[Perdonen los posibles errores (?]

——

Xie Lian ha escuchado un rumor que corre por la Ciudad Fantasma.

Todo empezó por su gusto de querer ir a pasear por los puestos de chucherias fantasmales. Estaba concentrado viendo un bonito tocado cuando de pronto la pareja de vendedores fantasmas se puso a cuchichear.

—Te juro que es verdad.

—Lo dudo, el soberano Hua ChengZhu no es esa clase de fantasma.

—¡En verdad, estos viejos ojos lo vieron por sí mismos!

—Pero... el soberano está casado con alguien tan lindo como Xie Daozhang, ¿Cómo sería capaz él de...? ¡oh, X-Xie Daozhang!

—¡Soberano Xie! Es un gusto tenerlo aqui, ¿quiere llevarse ese tocado? ¡Luciría muy bien en usted!

Xie Lian simplemente sonrió, dejando el decorado en su mismo lugar.

—Solo estaba viendo.

Ambos fantasmas sintieron que su existencia estaba en peligro, ¿Cómo es que el adorable soberano estaba irradiando una vibra igual de peligrosa que la de su viejo soberano?

—¡Eh, por supuesto, soberano Xie!

—El soberano Xie puede ver lo que guste, no insistiremos.

La pareja decidió concentrarse en los otros compradores que tenían. Ah, ¿acaso fueron escuchados?

Mientras tanto, Xie Lian se hizo el que continuaba viendo, pues su mente empezó a idear alocadas cosas.

"Estaban hablando de San Lang, ¿acaso hizo algo?" no pudo evitar preocuparse. Se le vino a la cabeza las veces que su esposo le avisaba que tenía tanto trabajo que debía de quedarse, a solas, pares de palos de incienso dentro de la habitación que funcionaba como una pequeña biblioteca.

"Es solo trabajo. Entonces... ¿por qué me mencionaron?" Se iba preguntando en lo que empezó a caminar de puesto en puesto.

Decidió comer algo para quitarse el mal sabor de boca. Unos bollos de carne le fueron servidos inmediatamente.
Obviamente el chef del lugar utilizaba la carne que comen los mortales, ya que a su nuevo soberano no le gustaba la carne de la Ciudad Fantasma.

En lo que dejaba pequeñas mordidas en el blanco manjar, un par de fantasmas con cabezas de bestias empezaron a hablar fuertemente.

—¡Debiste verla! Era una belleza. Su cuerpo era magistral y sus ojos reflejaban hasta el más codiciado tesoro.

—Suenas como imbecil, aquí no puede haber tal mujer.

—¡La hay! La vi entrar por una de las puertas del palacio del viejo soberano, seguramente se volverá su servidora.

—¿E-El soberano? Pero él está casado.

—¡Y eso que! ¡Aquella belleza seguro es la causante de cientos de infidelidades! Además el soberano se casó con un hombre, y seguro hay aspectos en los que ese dios marcial no lo complace.

—¿Aspectos?

—¡En la cama, idiota!

Xie Lian casi deja caer aquel bollo que había tomado.

"¿San Lang... infiel? Eso es imposible" fue lo primero que pensó.

Sabía que San Lang admiraba, al igual que él y cualquier persona culta, la belleza femenina. Pero desde que él llegó, aquellos cuerpos femeninos que solían danzar en los pasillos del gran palacio, abandonaron su lugar, dejando solo un par de decoraciones.