six

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El viernes me la pasé pensando que hacer, seguí sin decirle a nadie lo que me pasó. Escribí sobre eso en una hoja de mi cuaderno, y conservarlo, por si alguna vez me olvidaba cuando fuera adulta. Creo que nunca lo olvidaría, pero aun así lo hice. Estuve en mi cuarto todo el día acostada en mi cama, pensando. Pensando sobre Seulgi. ¿Era cierto que ella era la luna? ¿Será realmente el fin del mundo? ¿Por qué me habló a mí? ¿Le habrá hablado a otra persona? Me dió un poco de celos de solo pensarlo, ¿Por qué pienso eso? ¿Acaso me gusta...?

¡No! Es solo curiosidad. Pienso sobre ella porque es un misterio.

No lo dudé más. Escribí en la hoja sobre lo que iba a hacer. Abrí la ventana, con cuidado de que no haga ruido. Corrí hacia el parque. Y ahí la vi, sentada en el suelo, en el mismo lugar que el jueves, mirando hacia el cielo.

— ¡Seulgi! — grité y corrí hacia ella.

— No tengo mucho tiempo. — dijo ella con tranquilidad y se incorporó. Era un poco más alta que yo. Tragué saliva.

— ¿A qué te refieres?

— Tengo que volver. — lanzó una mirada hacia el cielo y luego volvió hacia mi. La miré sin saber que decir. — ¿Quieres venir conmigo? — extendió su mano abierta suavemente, como invitándome.

— ¿A-a donde? — dije nerviosa.

— Al cielo. — dijo y sus ojos brillaron, dejándome ver las galaxias dentro de ellos. Lo pensé, sabía que ella era la luna, y que debía volver, ya había pasado tiempo. Una semana, para ser exacta.

— Si, quiero. — y tomé su mano.

Ella me abrazó alegre y me miró. Yo sonreía y temblaba, sonrojada.

— ¿Sabes quién soy, verdad? — me preguntó ella.

— Si. — dije segura, más segura que nunca en mi vida.

— ¿Y sabes el riesgo que tomas haciendo esto?

— No, no lo sé. Pero quiero hacerlo. Hacerlo juntas.

Seulgi rió con esa encantadora risa que tenía, era como un ángel. Y me besó. Pude sentir su sonrisa tocando mis labios.

eclipse; seulrene (terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora