Los muertos no hablan

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Julian:

Eran aproximadamente las tres de la mañana cuando me encontraba caminando por el cementerio de mi ciudad natal...creo. Digo creo porque nunca eh estado en esta parte del cementerio, tan adentrándome al bosque que las lapidas y los arboles se mesclaban.

No era la primera vez que caminaba por el cementerio a estas horas y no sería la última pues a diferencia de lo que muchos puedan opinar, una vez que te acostumbras desde pequeño a estas cosas tener miedo es tan solo una mera emoción más que es fácil de manejar y controlar. Lo más importante es darte cuenta de que nada es más aterrador que el ser humano, sin duda es horrible morir a manos de un animal come carne pero... ¿Y de un humano come carne?, una vez aceptas que el diablo camina entre nosotros todo el tiempo y que nosotros lo pisoteamos constantemente, debería intentar alejar esos pensamientos ahora de mi cabeza pues si llego tarde a casa mi Abuela podría regañarme.

Sin embargo esta noche me sentía adolorido de la cabeza, el dolor era insoportable e incluso salía algo de sangre de mi oreja, soporte el dolor ya que si gritaba; pese a no haber nadie que me pudiese escuchar gritando y yo quería con todas mis ganas gritar hasta que me doliese la garganta o se me reventasen los tímpanos; algo en aquel cementerio me hacía sentir que no debía hacer ruidos fuertes...el ambiente se sentía muy tenso pese a estar en completo silencio. Me empezó a doler tanto la cabeza que decidí frenar y recostarme cerca de un árbol.
No pude ni doblar las rodillas que de repente escuche un ruido no tan lejano, parecía ser el sonido de una vieja pala o algún instrumento pesado que se arrastraba sobre la tierra. Recordé entonces aquellas viejas historias sobre el que cuida el cementerio, un viejo loco que vestía un traje color amarillo como un pescador; un hombre de casi 50 años que tenia barba, le encantaba beber en el bar de la cuidad y hacer apuestas. Pero decían que se había vuelto loco tras la muerte de su mujer e hija causada por un incendio.
Yo sentí un profundo miedo y me eche a correr, pues pese a no ser una mala persona se han oído rumores de lo que hace con los cadáveres del cementerio y me aterra el simplemente pensar lo que me haría si me ve en su territorio.
Corrí y corrí chocándome con pequeños baches o algunas ramas de los arboles, cuando voltee la mirada pude visibilizar a aquel extraño hombre con pala en brazos yendo tras de mí pero a una distancia muy distante, corría muy lento y se cansaba pero yo no frene pues sabía que si me reconocía podría hacerme una denuncia y mi abuela me mataría.


Momentos antes.

Me arrincone a una de las tumbas nuevas tras haber caminado un rato largo por los mismos largos pasillos llenos de tumbas con fotos y flores que la gente le envió a sus seres queridos, el suelo de tierra seca, escabrosa y mi cabeza apoyados a esa lapida de terciopelo bañada en flores rosadas y celestes, mi cabeza se fue aliviando de poco a poco mientras me iba también de poco a poco...quedando dormido, pero no podía dormir. Pensaba en lo hermoso que debía ser que te hagan una lapida con un material tan caro y te llenasen de fotos y flores con objetos de valor que poco me importa mencionar y que solo mire de reojo, ¿Tendré yo la oportunidad de que al morir me hagan una lapida así también? Oh preguntas más simples como... ¿Cómo era mi familia? Al ser un adulto imagino que no vivía más con ellos pero no recuerdo como eran.
Me quede observando un buen rato la tumba de aquel individuo.
"Aquí descansa El Pequeño Jack
La luz y la luna tus amigos serán, el sol de la mañana mil fuerzas te dará...
nunca morirás, nunca morirás, tu jamás podrás morir hijo.
19xx -19xx"
Una descripción medio vaga si me lo preguntan, ni siquiera revela como murió y el individuo de la foto es...tan solo un niño, ciento algo de curiosidad hacia el pero se veía bastante feliz en aquella imagen blanca y negro.

Intente forzar el cerebro para recordar algo más que pudiese aclararme que hacía en el cementerio pero no conseguía nada más, me enoje un poco y tome una piedrita y la lance con cuidado, cerré mis ojos pero...seguí mirando el suelo, ese verde césped y un par de hormigas pasando por debajo de mis pies ¿Pero qué?
los quise volver a cerrar pero nuevamente vi el suelo... ¡Oh por dios yo no tengo parpados! ¡¿Qué está pasando!? Esto no tiene ningún un sentido...me repetía pero todo era muy extraño, me asuste y caí hacia el suelo, por culpa de una lapida descuidada que acabe por romper su cruz de madera con mi espalda. Me levante todavía asustado y puse las manos sobre la cabeza, intente llorar pero ni siquiera eso podía... golpee mi cabeza contra el suelo una y otra vez...no entiendo porque no puedo recordar nada...

Sepulturero: Tranquilo niño.

The Sonder's SoundsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora