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Tenía prendida la televisión, pero no la veía, si no que veía las gotas de lluvia que resbalaban por mi ventana, y que curiosamente me entretenía, todo hasta que siento como mi celular vibra dentro del bolsillo de mi pantalón. Un "llego en cinco minutos" de tu parte estaba en el encabezado de mis notificaciones.

Me paré de mi cama y arrastré mis pies hacia el baño. No me preocupaba por cómo estaba vestido; unos jeans azules y una sudadera gris puesta, que de hecho te pertenecía.
Peleé con mi cabello para mantenerlo en su lugar al menos hasta que llegaras, y apenas iba bajando las escaleras hasta que oigo como tocaste el timbre como loco.

Bajé las escaleras de dos en dos apresurando mi paso. Corrí con una sonrisa grande a abrirte la puerta.

—Hola Yoo...—, ni saludarte me dejaste; tomaste mi barbilla delicadamente y la levantaste, uniste tus delgados labios con los míos. Me empujaste hacia dentro y como pudiste, te quitaste tus Converse y tu abrigo, pero nunca despegado tus labios.

Y ya cuando el aire escaseaba entre nosotros, te separaste de mí y me saludaste con una de esas sonrisas tuyas que de solo verlas me embriagaban.
Me acosté en tu regazo como un niño pequeño, me rodeaste con tus brazos y tu calor corporal me invadió.

Susurraste en mi oreja un "te quiero", uno que ilusamente yo creí.

¿Cuanto tiempo vas a fingir que me quieres, amor?


VK_asYourboss

|Psycho| YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora